Prensa de Estado: la vuelta del arbitrismo
LA PROPUESTA del PSOE para la reestructuraci¨®n de los Medios de Comunicaci¨®n Social del Estado consiste, a grandes rasgos, en la creaci¨®n de una sociedad an¨®nima de capital ¨ªntegramente estatal, cuyo consejo de administraci¨®n ser¨ªa designado por el Congreso de Diputados y estar¨ªa formado por miembros en proporci¨®n similar a la representaci¨®n de los partidos en la C¨¢mara. Esta reproducci¨®n en miniatura del Parlamento nombrar¨ªa y revocar¨ªa a los administradores de la sociedad, y crear¨ªa sociedades de gesti¨®n para el manejo de los diferentes medios, que se?alar¨ªan la l¨ªnea de cada uno de ellos, desde?ar¨ªa el criterio de rentabilidad en la administraci¨®n de la empresa e incorporar¨ªa a los consejos de administraci¨®n de esas sociedades en cascada, adem¨¢s de los delegados de la sociedad matriz, a los trabajadores y a los parlamentarios regionales.Este monumento de improvisaci¨®n, en la mejor tradici¨®n del arbitrismo, sorprende al espectador desde cualquier ¨¢ngulo que lo contemple, pero, sobre todo, arroja serias dudas sobre la capacidad del PSOE para mantener en este tema una adecuada coherencia con sus planteamientos sobre el modelo de sociedad que propone para el futuro.
Se dir¨ªa, as¨ª, que, despu¨¦s de todo, la pol¨ªtica franquista de propaganda (m¨¢s tarde rebautizada ?informaci¨®n?) no fue tan mala como algunos piensan. Parte de las instalaciones de los talleres y edificios de esos peri¨®dicos fueron incautados por los vencedores de la guerra civil a organizaciones pol¨ªticas y sindicales o a propietarios particulares desafectos al r¨¦gimen. El sostenimiento de esos medios, en su mayor¨ªa deficitarios, y la fundaci¨®n de otros nuevos, para mayor gloria del r¨¦gimen, fueron sufragados por los impuestos de los ciudadanos. Pero la doctrina del PSOE parece defender que estos cuarenta a?os habr¨ªan establecido un hecho consumado: la formaci¨®n de un sector p¨²blico de medios de comunicaci¨®n, y en s¨ª mismo respetable, que lleva aparejado la existencia de varios miles de puestos de trabajo. El franquismo, as¨ª pues, habr¨ªa dejado como herencia una estructura ¨²til y positiva a la que s¨®lo habr¨ªa que cambiar la funci¨®n.
Resulta ya sospechoso que esa defensa del sector p¨²blico de los medios de comunicaci¨®n vaya siempre emparejada con el respeto a los derechos adquiridos y al puesto de trabajo de los profesionales del periodismo. Porque esa interesada presentaci¨®n combina la demagogia con la hipocres¨ªa. La pol¨ªtica de saneamiento y reforma de la econom¨ªa, refrendada tambi¨¦n por el PSOE en los pactos de la Moncloa, ha implicado el aumento del desempleo, como consecuencia, a la vez lamentable y l¨®gica, de la necesidad de eliminar el despilfarro e ineficiencia que, tanto en el sector privado como en la empresa p¨²blica, tan activamente contribuyeron a deteriorar nuestra vida econ¨®mica. No se pueden mantener en funcionamiento empresas p¨²blicas deficitarias con el argumento de que su cierre eliminar¨ªa puestos de trabajo. El presupuesto debe utilizarse, no como suero para un hospital de empresas moribundas, sino como medio para asegurar a quienes pierdan su empleo un seguro de paro equitativo, as¨ª como para dar facilidades crediticias a las cooperativas de profesionales que deseen hacerse cargo de la explotaci¨®n de esas empresas, muchas veces deficitarias s¨®lo por culpa del tradicional desprecio de algunos administradores de bienes estatales por el manejo correcto y prudente de los fondos p¨²blicos que les son confiados.
Los socialistas dicen ser partidarios de un modelo de sociedad pluralista orientada por la libertad, en la que la intervenci¨®n del Estado se limitar¨ªa a impedir los abusos, suprimir las desigualdades y ofrecer bienes colectivos que la iniciativa privada no puede o no quiere suministrar. En sus banderas figura, tambi¨¦n, la lucha contra la corrupci¨®n y el despilfarro en la Administraci¨®n p¨²blica, contra el mantenimiento de los restos autocr¨¢ticos en las instituciones estatales. De hacer caso a las ¨²ltimas declaraciones del PSP, el socialismo espa?ol har¨ªa tambi¨¦n suya la autogesti¨®n. La contradicci¨®n no puede ser mayor. Una Administraci¨®n p¨²blica eficiente, al servicio de la sociedad y respetuosa con la iniciativa privada, promotora de la autogesti¨®n y el cooperativismo, nunca podr¨ªa hacerse cargo de un importante conjunto de peri¨®dicos y revistas que arrojan elevados d¨¦ficit, que hacen la competencia a la prensa nacida de la sociedad (incluida, por supuesto, la de los partidos y centrales sindicales) y que pasar¨ªan sin soluci¨®n de continuidad de cantar las alabanzas del franquismo a elogiar al partido que controlara el consejo de administraci¨®n de cada medio, y que usufructuara en beneficio propio fondos presupuestarios.
Pasando a detalles menores, la reproducci¨®n dentro del consejo de administraci¨®n del abanico de fuerzas parlamentario, ideada como la purga de Benito que asegurar¨ªa la neutralidad de cada medio, parece una broma pesada en boca del PSOE. ?Acaso la experiencia de su representante en el Consejo de RTVE no le ha ense?ado lo suficiente sobre los escr¨²pulos de las mayor¨ªas a la hora de controlar un medio de comunicaci¨®n? ?O es que los socialistas se proponen multiplicar las ?espantadas? de sus comisionados por el procedimiento de hacer m¨¢s numerosos los ¨®rganos colectivos en los que se hallen en minor¨ªa?
Creemos que ya es hora que el Gobierno (cuyo proyecto de encomendar la antigua prensa del Movimiento a los ?entes preauton¨®micos? y a la Administraci¨®n local tambi¨¦n peca de arbitrismo) y los partidos de la Oposici¨®n tomen en serio el tema de los medios de comunicaci¨®n estatal, abandonando las fantas¨ªas de perpetuar, en marcos apenas transformados, esa aberraci¨®n franquista. En ning¨²n pa¨ªs de democracia pluralista existe prensa estatal. La resistencia a liquidar los residuos autocr¨¢ticos del r¨¦gimen en la pol¨ªtica de informaci¨®n no debe escudarse en la coartada de proteger a los profesionales que pierdan su empleo con el cierre de las empresas deficitarias, ya que hay otros procedimientos para remediarlo; y las empresas rentables pueden encontrar en cooperativas de profesionales, en sociedades de redactores, en centrales sindicales, en partidos pol¨ªticos o en empresarios privados, los futuros gestores.
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