Una lecci¨®n de historia
Las razones por las que se ganan o se pierden las guerras siempre hanaparecido bastante complejas. Su an¨¢lisis supone un cierto el distanciamiento en el tiempo y sobre todo, rigor objetivo. En lo que a nuestra ¨²ltima contienda civil se refiere, tal distanciamiento resulta prematuro o cuando menos dif¨ªcil pues si, cronol¨®gicamente hablando, concluy¨® en el 39 con el triunfe total de una de las partes, sus consecuencias cuando no la guerra misma, se mantienen vivas a¨²n en nuestros d¨ªas. En lo que a la objetividad se refiere, el mismo realizador de este filme renuncia a ella de antemano lo cual supone, aunque parezca paradoja, una de sus virtudes esenciales.No se ha tratado aqu¨ª de hacer literatura m¨¢s o menos ambigua, pintoresca o melanc¨®lica. No se apunta a festivales internacionales, sino al p¨²blico espa?ol. Los hechos se narran con la menor ret¨®rica posible, para j¨®venes espectadores que en su mayor¨ªa ni los vivieron ni tienen de ellos otra noticia que la de una bibliograf¨ªa a su vez comprometida.
Por qu¨¦ perdimos la guerra
Direcci¨®n: Diego Abad de Santill¨¢n y Luis Galindo. Gui¨®n: Diego Abad de Santill¨¢n. Fotograf¨ªa: Julio Bragado. Segundo operador: Miguel Garrido. Montaje: Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa. Espa?a. 1977. Documental. Local de estreno: Alphaville 1 y Duplex 1.
Esta historia de nuestra guerra civil aparece planteada pues con rigor y sencillez, desarrolla da a un ritmo que elude lagunas de puro lucimiento pseudoart¨ªstico y resuelta a trav¨¦s de unos cuantos protagonistas cuyos an¨¢lisis y consideraciones se podr¨¢n o no discutir, pero que en la pantalla, convertida en tribuna p¨²blica, todas juntas, van m¨¢s all¨¢ de las puras convicciones.
Si en la interpretaci¨®n de tales testimonios como en el an¨¢lisis gIobal de los hechos, cada cual es due?o de opinar, no as¨ª en lo que se refiere a los valores cinematogr¨¢ficos
El realizador revela un poco com¨²n oficio cuya sobriedad y eficacia ce?ida las m¨¢s de las veces a mostrar su pensamiento, no impide ofrecernos secuencias memorables plenamente conseguidas como las que se refieren a la Espa?a de los a?os treinta, el asedio y defensas de Madrid, la tragedia del pueblo vasco y otros muchos episodios que vienen a demostrar una vez m¨¢s c¨®mo la claridez y lucidez de planteamiento no est¨¢n re?idas con el arte verdadero, c¨®mo el oficio cinematogr¨¢fico se evidencia tambi¨¦n en el mundo confuso y a menudo snob de los documentales cinematogr¨¢ficos.
Sirve de complemento en el programa a este filme sobre una guerra perdida, un buen corto de Emma Cohen, consecuencia m¨¢s que preludio de los acontecimientos anteriores. Realizado sobre un relato de Ignacio Aldecoa e interpretado en su medida exacta por Manuel Alexandre y Fernando Fern¨¢n G¨®mez, supone en su brevedad, un acercamiento al mundo suburbano que el autor llevar¨¢ en ocasiones a sus libros; universo personal y testimonio de la aventura de unas gentes a las que una derrota prolongada, m¨¢s all¨¢ de los campos de batalla, llev¨® en su d¨ªa a enfrentarse con las nuevas estructuras industriales.
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