Unos "torrestrellas" desconocidos, con trap¨ªo pero sin clase

Con una corrida mansa, sin clase, sin apenas embiste, hay muy pocas probabilidades de ver faenas lucidas. Esto es lo que ocurri¨® en la corrida del domingo en Sevilla. Los Torrestrella estuvieron muy bien presentados en la l¨ªnea de la casa. (Donde no es normal el toro aparatoso), con ejemplares de buen cuajo, algunos de armoniosa estampa y bonitos de pelo. El salpicao y chorreao que se lidi¨® en segundo lugar, adem¨¢s bien armado, era precioso y el cuarto, berrendo y lucero, aunque corto, pose¨ªa una hondura respetable y mucha seriedad en la cara. Pero, en cuanto a comportamiento resultaron todo lo que hac¨ªa pensar su presencia y fueron a menos en la lidia hasta acabar reservones, probones o gazapones, casi siempre sin fijeza.El cuarto no recibi¨® suficiente castigo en varas y se revolv¨ªa con genio al remate de los pases. Manzanares se centr¨® con ¨¦l y resolvi¨® la nada f¨¢cil papeleta con un toreo en versi¨®n unipase, que gust¨®, porque ese unipase tuvo, las m¨¢s de las veces, categor¨ªa, mando y temple.

El primero de la tarde derrotaba por el pit¨®n derecho y por otro lado hab¨ªa que sacarle los pases a base de porfiar mucho y Manzanares no se luci¨® en absoluto. Con el capote tampoco se luci¨® en toda la corrida. Ni a la ver¨®nica, ni en la brega (donde se hace un l¨ªo), ni en nada. Con el percal en las manos parece un principiante, y esto desdice su fama de figura.

A la primera faena de Galloso le sobr¨® el abuso del pico; quiz¨¢ con otra t¨¦cnica hubiera sacado mejor partido del toro, que era manejable. Al otro le quit¨® el inc¨®modo gazapeo a base de jugarse el tipo y meterle en la muleta sin darle respiro, hasta ligar una tanda de naturales que si no salieron limpios tuvieron en cambio la emoci¨®n de la pelea del diestro con la fiera y la importancia de una t¨¦cnica bien aplicada. Sin fijeza a res, el resto de la faena, demasiado larga, consisti¨® en intentar docenas y docenas de pases, algunos de los cuales con la derecha, salieron largos y con temple. Todo depend¨ªa de la habilidad del torero para encontrar las querencias del toro. Mat¨® Galloso de un pinchazo horrendo que se jale¨® como si hubiera sido ?la estocada de la tarde?.

Campuzano logr¨® una faena aseada, de buen corte, en el tercero, y aunque tambi¨¦n mat¨® muy mal, la presidencia le regal¨® una oreja. Porfi¨® voluntarioso con el manso sexto, el cual apenas ten¨ªa embestida.

Un dato a rese?ar, porque es sintom¨¢tico en lo que va de feria: en la Maestranza, donde se obsequia oreja por bajonazos, no hay avisos. El presidente, que por lo visto desconoce el reglamento en esta materia, no est¨¢ a la altura de la categor¨ªa de la plaza.