Las tensiones de precios pueden poner en peligro la v¨ªa polaca hacia el socialismo
A los ocho a?os de la ca¨ªda de Gomulka y el acceso al poder de Edward Gierek, Polonia se esfuerza en poner fin a sus desequilibrios internos y externos, especialmente en el campo econ¨®mico, sin que al d¨ªa de hoy se pueda aventurar que la pol¨ªtica impuesta por el actual primer ministro, de autonom¨ªa pol¨ªtica y econ¨®mica, dentro de un esquema socialista, haya puesto fin a los m¨²ltiples problemas y peligros que acechan a la sociedad polaca.
Polonia, en abril de 1978, contin¨²a debati¨¦ndose en un mar de contradicciones dif¨ªcilmente comprensibles por un occidental que intente una ligera aproximaci¨®n de la situaci¨®n socioecon¨®mica de este pa¨ªs, Por elevados que sean los esfuerzos de sus gobernantes, una ligera introducci¨®n a la Polonia de hoy nos mostrar¨¢ que contin¨²an coexistiendo una poblaci¨®n cat¨®lica (90%) con un partido comunista cuyo n¨²mero de afiliados supera escasamente los dos millones; un sistema socialista con ribetes de econom¨ªa de mercado con un sector agrario que en un 77% est¨¢ en manos particulares; unos desequilibrios internos importantes cuyas consecuencias m¨¢s directas son unas tensiones de precios grandes y una carencia importante de productos b¨¢sicos alimenticios; un desbarajuste monetario intenso, producto de la necesidad polaca de captar d¨®lares con que hacer frente a las necesarias importaciones y a la deuda externa, y a un exceso de masa monetaria flotante cuya existencia se pueda argumentar en base a la falta de productos de consumo duraderos en que gastar esta masa y cuya consecuencia m¨¢s clara es la diversidad de cambios de divisas oficiales y oficiosos (en Polonia el cambio de zlotys por d¨®lares l¨ªar¨ªa seg¨²n se efect¨²e la operaci¨®n en una entidad oficial o en el mercado negro, si se es extranjero o polaco), y, por ¨²ltimo, por una situaci¨®n pol¨ªtica que en los ¨²ltimos tiempos ha experimentado un importante distanciamiento de la URSS, producto del liberalismo tecnocr¨¢tico impuesto por Edward Gierek.Muchos logros alcanzados
Todos estos problemas, unidos a una imperiosa necesidad de colocar sus productos en el extranjero, son posibiemente los m¨¢s importantes y que lastran de forma constante el desarrollo de la econom¨ªa polaca y la evoluci¨®n de su sistema pol¨ªtico, denominado como la v¨ªa polaca hacia el socialismo. En los ocho a?os de Gobierno Gierek, muchos han sido los logros alcanzados por Polonia, entre los que sobresale la mayor libertad de que goza la sociedad polaca y el incremento del nivel de vida de las clases medias. Sin embargo, una cosa es patente: la crisis econ¨®mica occidental no s¨®lo afecta a los pa¨ªses capitalistas, sino que una buena parte de su peso se deja sentir en las econom¨ªas centralizadas, pero que resulta superior en este pa¨ªs dada la mayor apertura que Polonia ha experimentado en los ¨²ltimos a?os hacia los pa¨ªses capitalistas a trav¨¦s de su comercio exterior. En opini¨®n de c¨ªrculos diplom¨¢ticos consultados por EL PA?S en Varsovia, podr¨ªa motivar una intervenci¨®n sovi¨¦tica a corto plazo.
No ser¨ªa coherente ni justo aludir a los problemas de la Polonia de hoy, que parcialmente ser¨¢n detallados m¨¢s adelante, sin ofrecer una visi¨®n, igualmente parcial, sobre los logros obtenidos en los ¨²ltimos anos y que, sobre todo, en el aspecto econ¨®mico son dignos de resaltar.
Siempre seg¨²n las cifras oficiales facilitadas, el grado de desarrollo de la econom¨ªa polaca viene marcado por una renta per capita superior a los 2.700 d¨®lares; un crecimiento anual medio de la renta nacional del 9,6% en los ¨²ltimos siete a?os, porcentaje superior al 6% del resto de los pa¨ªses del Comecon y al de los pa¨ªses occidentales, una producci¨®n industrial que supone el 57% de la renta nacional producida y una tasa de inflaci¨®n del 18,3% en el per¨ªodo 71-76, si bien este bajo ¨ªndice se ha conseguido con unos costos elevad¨ªsimos y que rese?aremos posteriormente.
Algunas cifras significativas del desarrollo industrial polaco son los 186 millones de toneladas de hulla, los cuarenta millones de lignito, los cinco millones de azufre, los dieciocho millones de acero bruto y los 110 millones de Kw/h de energ¨ªa el¨¦ctrica.
Los precios, hoy igual que ayer
Las elevaciones de precios producidas en los ¨²ltimos a?os en Polonia han merecido la contestaci¨®n popular, que de forma aut¨®noma -para los sindicatos, salvaje- han puesto en repetidas ocasiones al Gobierno entre la espada y la pared. Si en 1956 las manifestaciones contra los precios se iniciaron en Poznan y en diciembre de 1970 en Gdansk, en junio de 1976 fuertes movilizaciones populares en Varsovia y Rad¨®n abortaron el anuncio gubernamental de fuertes alzas de precios en productos alimenticios y de primera necesidad. Si en 1970 Gierek tiene que negociar directamente con los huelguistas que ocasionaron la ca¨ªda de Gomulka, en 1976, el mismo hombre tiene que dar marcha atr¨¢s ante la presi¨®n popular. Una necesidad perentoria como es la subida de los precios hasta colocarlos a niveles realista se hace imposible e inaceptable para una sociedad que hoy contin¨²a apoyando a Gierek, pero que en este campo no est¨¢ dispuesta a dar el primer paso.
Sin embargo, tanto el Gobierno como los sindicatos e incluso el pueblo polaco conocen y saben que una remodelaci¨®n de precios, sobre todo en los productos alimenticios y de primera necesidad, se hace cada vez m¨¢s perentoria. El Gobierno, adem¨¢s de prestar principalmente su atenci¨®n en este tema, decide abordar v¨ªas secundarias e indirectas para subir los precios. Sin embargo, estas medidas no solucionan el principal problema y se traducen en una falta de alimentos b¨¢sicos.
Ejemplos t¨®picos de estas tensiones son, entre otros, el hecho de que es dif¨ªcil encontrar en las grandes ciudades un producto b¨¢sico como la carne si el consumidor no guarda religiosamente cola desde horas antes de abrirse el punto de venta. Con la leche no ocurre lo mismo (Polonia produce diecisiete millones de toneladas), aunque el coste de producci¨®n viene a ser, seg¨²n la grasa, un tercio superior al precio de consumo.
La historia se repite. Los intentos gubernamentales por poner fin a esta soluci¨®n son abortados por la sociedad polaca. De nada vale que el Gobierno recuerde que los precios de algunos productos b¨¢sicos, como es el caso de la carne, se mantienen inalterables desde hace m¨¢s de diez a?os y que los salarlos se han duplicado en los ¨²ltimops seis. La poblaci¨®n polaca, a pesar de ese ¨ªndice oficial de inflaci¨®n del 18% en el per¨ªodo 1971-76, no acepta que se le muevan los precios b¨¢sicos de no cambiar radicalmente la estructura salarial.
Las teor¨ªas no son coincidentes
Este problema, uno de los principales del Gobierno Gierek y que puede hacer fracasar la v¨ªa polaca hacia el socialismo, est¨¢ siendo abordado mes tras mes dentro del seno del Gobierno. Sin embargo, las teor¨ªas entre los economistas para abordar este ajuste no son en absoluto coincidentes. El pasado a?o, el Gobierno intent¨® solucionar parcialmente el problema actuando en el centro neur¨¢lgico de la cuesti¨®n: los precios agrarios. Polonia dedic¨® durante 1977 un total de 120.000 millones de zlotys (36.363 millones de d¨®lares, al cambio oficial) a subvencionar los desequilibrios existentes entre costes de producci¨®n y precios de consumo a base de trasvasar toda esta cantidad a la masa salarial y as¨ª incrementar el poder adquisitivo del ciudadano, lo que hipot¨¦ticamente permitir¨ªa incrementar los precios de venta al p¨²blico de los productos agr¨ªcolas. ?En qu¨¦ medida se deber¨ªan aumentar estos precios? En opini¨®n de un alto dirigente de la Agricultura polaca consultado por EL PA?S, los precios de mercado deber¨ªan aumentar entre un 60% y un 70% con respecto del nivel actual y est o, como es f¨¢cil comprobar, no lo acepta la sociedad. Gierek, que subi¨® al poder en diciembre bajo el lema de estabilizar los precios tras la dif¨ªcil y problem¨¢tica etapa de Gomulka, puede fracasar precisamente en el asunto para cuya soluci¨®n fue requerido en 1970. En la actualidad, en el seno del Gobierno de Varsovia parece existir coincidencia sobre lo err¨®neo de la pol¨ªtica anterior. ?No se puede manterier congelados los precios b¨¢sicos durante cinco o diez a?os y despu¨¦s intentar elevar de un solo golpe todos estos productos. Un pa¨ªs como Polonia, con una sensible dependencia exterior en muchos productos, no se puede permitir el lujo de mantener estables los precios interiores mientras que Occidente lucha con unas tasas de inflaci¨®n espectaculares.?
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