Anticonceptivos y planificaci¨®n familiar
El pasado d¨ªa 7 la Comisi¨®n de Justicia del Congreso aprob¨® el proyecto de ley del Gobierno concerniente a la despenalizaci¨®n de los anticonceptivos con una supresi¨®n de algunos apartados del art¨ªculo 416 del C¨®digo Penal, proyecto que pasar¨¢ a debate en fecha pr¨®xima en el Pleno.El proyecto aprobado es un paso t¨ªmido, vergonzante, canijo, que no se atreve a afrontar la realidad sociol¨®gica de la poblaci¨®n espa?ola y que no responde de ninguna manera a las demandas formuladas por los diversos movimientos ciudadanos, grupos feministas, comisiones de distintos ministerios y un amplio sector de la clase m¨¦dica y sanitaria. El proyecto se limita a enmendar ese anacronismo aberrante que hasta ahora exist¨ªa de meter en el mismo saco el aborto y los anticonceptivos. Parad¨®jico disparate que penaba por igual lo que se consideraba un mal social y el ¨²nico remedio capaz de evitarlo. Como decimos, el proyecto enmienda el disparate, suprimiendo las referencias que el C¨®digo Penal hac¨ªa a los anticonceptivos.
Pero un disparate gemelo del anterior queda sin tocar, ya que se mantiene intacto el art¨ªculo 418, que castiga por igual y mete en el mismo saco la castraci¨®n y la esterilizaci¨®n cuando en la realidad existe una gran diferencia entre los dos conceptos: la castraci¨®n supone una extirpaci¨®n de ¨®rganos (ovarios o test¨ªculos), que puede conllevar una serie de modificaciones en el individuo, sin embargo, la esterilizaci¨®n (ligadura de trompas y vasectomia) no supone una extirpaci¨®n de ¨®rganos, sino la interrupci¨®n de las v¨ªas que conducen las c¨¦lulas reproductoras. Por tanto no hay posibilidad de que se produzcan modificaciones de ning¨²n tipo en la persona. La esterilizaci¨®n constituir¨ªa un m¨¦todo anticonceptivo m¨¢s al que se podr¨ªa recurrir cuando las circunstancias as¨ª lo aconsejen.
Hay m¨¢s disparates: seg¨²n el proyecto, el Gobierno regular¨¢ en el plazo de un mes y mediante decreto, los l¨ªmites de publicidad y propaganda de los anticonceptivos.
En un concepto positivo de la plan¨ªficaci¨®n familiar y del control de la natalidad no se deben imponer criterios restrictivos a la divulgaci¨®n de los m¨¦todos anticonceptivos y es necesario que la informaci¨®n la puedan realizar asociaciones, grupos y movimientos que trabajen en ese campo. Para ello el Estado debe potenciar y respaldar estas iniciativas ciudadanas, como viene haci¨¦ndose en el resto del mundo. El Estado debe tambi¨¦n realizar un control sobre la capacitaci¨®n t¨¦cnica y cient¨ªfica de quienes realicen la divulgaci¨®n y una extremada vigilancia para que no se manipule la informaci¨®n con fines comerciales y cremat¨ªsticos. Ahora bien, los productos con fines anticonceptivos deben regirse por las mismas normas de honestidad que rigen hoy para los productos farmacol¨®gicos, y no tienen por qu¨¦ recibir un tratamiento legal aparte, dado que su venta se realizar¨¢ en farmacias como se ven¨ªa haciendo hasta ahora.
Como resumen de estas reflexiones, intentamos dejar bien claro que la despenalizaci¨®n de los anticonceptivos no resuelve en absoluto el problema. Esto va m¨¢s aIl¨¢. Es necesario llevar a cabo una informaci¨®n exhaustiva y objetiva de todos los medios de control de natalidad, con la filosof¨ªa que los sustentan, para con ello poder valorar y decidir la opci¨®n personal, de pareja o familiar, combinada con una informaci¨®n sexual y una atenci¨®n a todos los problemas que conlleva la calidad de vida de los individuos.
(Asociaci¨®n Castellana de Planificaci¨®n Familiar).
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