Una visita de Estado

En la madrugada del mi¨¦rcoles pasado, horas despu¨¦s de que finalizara su visita a las islas Canarias, Adolfo Su¨¢rez no disimulaba ante la prensa ni su cansancio ni su satisfacci¨®n: despu¨¦s de seis maratonianas jornadas por el archipi¨¦lago, pod¨ªa afirmar que los objetivos se hab¨ªan cumplido. M¨¢s optimista que su patr¨®n, el ministro de la Presidencia, se?or Otero, consideraba que no s¨®lo se hab¨ªan cumplido, sino tambi¨¦n superado y explic¨® que la calurosa acogida que le tribut¨® el pueblo canario era buena prueba de ello.A falta de resultados, que l¨®gicamente no ha dado tiempo a que se produzcan, y teniendo en cuenta que los objetivos que se marc¨® el presidente del Gobierno eran infundir seguridad a los canarios ante las amenazas exteriores y conocer sobre el terreno, ?sus necesidades reales y sentimentales?, puede afirmarse que la visita es positiva, aunque acaso no haya sido la mejor de las posibles desde una perspectiva de Estado, que es la elegida por el se?or Su¨¢rez en esta ocasi¨®n.

Un nuevo estilo

Como visita de Estado hay que valorar positivamente su planteamiento, el haber trasladado all¨ª su despacho, por decirlo en palabras del propio presidente. Y, por m¨¢s que ciertos medios informativos se hayan preocupado de sacarle s¨®lo rentabilidad electoralista a las manifestaciones de fervor popular, la visita ha sido eminentemente una visita de trabajo. Se le hab¨ªa pedido a Su¨¢rez que fuera con soluciones y ¨¦l prefiri¨® ir a conocer los problemas in situ para tomar las soluciones despu¨¦s. Tambi¨¦n es verdad que este planteamiento demuestra la ineficacia de los ¨®rganos de la Administraci¨®n central en las islas, que se las han visto y deseado para confeccionar el famoso inventario de problemas canarios.

Si ha conseguido conocer a fondo los problemas canarios, el tiempo lo dir¨¢. Un alto representante de la Administraci¨®n local se lamentaba a EL PA?S de que s¨®lo iba a disponer de hora y media para exponerle al se?or Su¨¢rez los problemas de toda una provincia y casi todo lo fiaba a la capacidad de trabajo del presidente.

Resultados inmediatos

En estos momentos en Presidencia se trabaja activamente para que en un plazo de quince d¨ªas el Gobierno comience a adoptar las primeras medidas a corto plazo para aliviar la situaci¨®n social canaria, una de las m¨¢s graves de Espa?a, con un paro en torno al 12%. Posteriormente, con todo el material recopilado, se elaborar¨¢ un plan a medio y largo plazo que, por el volumen de las inversiones, tendr¨¢ car¨¢cter extraordinario.

Dentro del cap¨ªtulo de medidas inmediatas el Gobierno se dispone a actuar con urgencia sobre la pesca y los recursos acu¨ªferos, los dos problemas que el presidente ha encontrado m¨¢s graves, aparte, claro est¨¢, del paro. La ley de pesca pronto ser¨¢ estudiada por el Congreso y el Senado, y la acci¨®n sobre este sector ser¨¢ apoyada mediante la construcci¨®n de refugios pesqueros que permitan la potenciaci¨®n de la flota de litoral, una vez perdidos los caladeros saharianos. En cuanto al agua, la acci¨®n inmediata se circunscribir¨¢ a la construcci¨®n de presas, alguna potabilizadora y mejora de la red de distribuci¨®n. En cambio, tal vez haya que esperar algo m¨¢s para las medidas socializadoras de los recursos acu¨ªferos, pieza clave del desarrollo industrial y agr¨ªcola.

Por otra parte, reviste extraordinaria importancia la aprobaci¨®n de la tarifa especial protectora de las producciones canarias, hecho que se producir¨¢ en el primer Consejo de Ministros que aborde los temas canarios. A partir de ah¨ª es posible pensar en el despegue econ¨®mico del archipi¨¦lago.

Actividad militar

Desde la perspectiva de visita de Estado, hay que destacar la actividad militar del presidente. Durante su estancia en las islas anunci¨® la construcci¨®n de la gran base naval de Gran Canaria, mantuvo reuniones con la Junta de Jefes del Alto Estado Mayor y el Mando Unificado, y, ante la Legi¨®n, hizo dos afirmaciones capitales: la dimensi¨®n atl¨¢ntica de Canarias y la advertencia de que no se van a tolerar las injerencias, ni exteriores ni interiores, que pongan en peligro la consolidaci¨®n de un Estado democr¨¢tico. Tambi¨¦n habr¨ªa que destacar del acto con la tercera bandera de la Legi¨®n el respaldo militar al presidente por boca del capit¨¢n general de Canarias, Prada Canillas, que pasa por estar dentro de la l¨ªnea dura del Ej¨¦rcito, y, en cuanto al emplazamiento de la gran base naval en Gran Canaria, la noticia ha sido acogida con desigual ¨¢nimo en los medios pol¨ªticos. Si el objetivo es infundir seguridad al pueblo canario, se podr¨ªa decir que se ha conseguido a medias, ya que, si por una parte potencia la capacidad defensiva de las islas -con lo que todos est¨¢n de acuerdo-, por otra se teme a la capacidad ofensiva que puede adquirir el archipi¨¦lago y su utilizaci¨®n por potencias extranjeras como plataforma de agresi¨®n contra territorios africanos.

Por m¨¢s que Adolfo Su¨¢rez afirmara en rueda de prensa con los periodistas que la base nada tiene que ver con la defensa atl¨¢ntica (en otro momento habl¨® del atlantismo canario), y que no predetermina las decisiones que en su momento adopte el Parlamento espa?ol en relaci¨®n con la posible integraci¨®n en la OTAN, emplazar la base naval espa?ola m¨¢s importante a m¨¢s de 1.500 kil¨®metros de costa mediterr¨¢nea y a casi 3.000 de las costas del norte de alguna manera indica que para la defensa del territorio, peninsular se cuenta con la opci¨®n atl¨¢ntica.