Joan Mir¨®, en Madrid: "traigo mis ¨²ltimos cuadros"
El pintor catal¨¢n inaugurara el jueves su antol¨®gica en el museo de Arte Contempor¨¢neo
El pintor Joan Mir¨® lleg¨® ayer, al mediod¨ªa, al aeropuerto de Barajas. Ven¨ªa casi de inc¨®gnito, acompa?ado de su mujer, con quien habla realizado el vuelo desde Palma de Mallorca, su actual residencia, a Madrid. El Museo de Arte Contempor¨¢neo de esta ciudad inaugurar¨¢ oficialmente, el pr¨®ximo jueves, una magna exposici¨®n antol¨®gica del prolongado quehacer de Mir¨®: un acto de restituci¨®n y reconocimiento, por parte del Gobierno espa?ol, hacia uno de nuestros artistas m¨¢s insignes y m¨¢s sistem¨¢ticamente desde?ados a lo largo de estos ¨²ltimos cuarenta a?os.
?Emocionado, muy, muy (enfatiz¨® Mir¨® el acento superlativo) emocionado y muy, muy contento.? Sus mejillas, siempre sonrosadas, acentuaban ahora un sonrojo te?ido de visible emoci¨®n y brillaban sus ojos azules, m¨¢s vivaces y transmarinos que nunca, al tiempo que su alma de gigante rebosaba sobre la parvedad de su estatura f¨ªsica. Era algo as¨ª c¨®mo el retorno oficial de Joan Mir¨® a Espa?a, a la nueva Espa?a en la que el propio artista no ha dudado en ver la esperanza de su fuerza creadora. Emocionado, asimismo, por los desvelos con que el Ministerio de Cultura ha acogido y montado la exposici¨®n-homenaje.?Ya s¨¦ que ustedes han trabajado muy bien -dijo Mir¨® a los representantes del museo que hab¨ªan acudido a recibirle-, s¨¦ que han cumplido. Tambi¨¦n yo he trabajado y creo que tambi¨¦n he cumplido. Aqu¨ª vengo con mis ¨²ltimos cuadros, recientes, calentitos como bollos reci¨¦n salidos del horno.?
El ¨²ltimo cuadro
Para dar prueba de existencia y vigencia, Joan Mir¨® trae consigo, en efecto, veintid¨®s cuadros realizados este mismo a?o, y concluido el ¨²ltimo de ellos el pasado d¨ªa 23 de abril. A su lado podr¨¢ el p¨²blico contemplar otro centenar de pinturas y lo mejor y m¨¢s selecto de su obra gr¨¢fica. Ha querido el Ministerio de Cultura que la restituci¨®n y el reconocimiento constituyan un aut¨¦ntico homenaje, y a fe que lo ha conseguido, para contento de tantos y tantos como en Madrid anhel¨¢bamos una exposici¨®n que, por causas de todos conocidas y felizmente liquidadas, se ha demorado a lo largo de casi cuarenta a?os, pese a que, durante ese tiempo, no haya dejado Mir¨® de residir en Espa?a.
Antol¨®gica, en verdad, va a ser la exposici¨®n, por cuanto que afecta a la pr¨¢ctica totalidad de sus ¨¦pocas, tendencias y variaciones, sobre el dato inequ¨ªvoco de una personalidad inconfundible, y ha merecido la colaboraci¨®n de muchas de las mejores colecciones de Europa y Am¨¦rica. Vienen obras de los museos de D¨¹sseldorf, Essen, B¨²falo, Filadelfia, Centro Pompidou, de las colecciones privadas de la viuda de Bret¨®n y de Duchamp, Fundaci¨®n Maeght..., y de las dos pinacotecas m¨¢s importantes de Nueva York, el Guggenheim y el Museo de Arte Moderno, aparte de unas cuantas colecciones espa?olas encabezadas por la fundaci¨®n barcelonesa de que Mir¨® es titular, que ha echado el resto.
Menci¨®n muy especial merece la aportaci¨®n del ya citado Museo de Arte Moderno de Nueva York, que ha tenido a bien ceder algunos de los cuadros m¨¢s relevantes que obran en sus fondos y se?alan momentos aut¨¦nticamente estelares de Joan Mir¨®, como pueden serlo el Interior holand¨¦s o el Paisaje catal¨¢n, de los a?os veinte. El c¨¦lebre museo neoyorquino ha destacado a Madrid a una de sus conservadoras para que aqu¨ª empe?e su saber museol¨®gico en el cuidado y oportuno montaje de las obras cedidas. ?Hora era de que el museo de la ciudad de los rascacielos se viera mencionado entre nosotros por alg¨²n asunto m¨¢s grato que su obstinada actitud dilator¨ªa en la devoluci¨®n del Guernica!
Y dado que el tema del Guernica ha vuelto al comentario, vale la pena transcribir lo que de labios de la conservadora antedicha hemos podido sonsacar en cuanto al sentir que por los pasillos de la pinacoteca norteamericana se respira. Hay all¨ª una conciencia clara, m¨¢s y m¨¢s consentida de que el cuadro picasiano no tardar¨¢ en volver a Espa?a. No es extra?o, a juicio suyo, que cuantos directivos, funcionarios y bedeles reincidan diariamente en la contemplaci¨®n de la inmortal obra picasiana se digan unos a otros con cierta melancol¨ªa: ?Vamos a darle el ¨²ltimo vistazo, que ya quedan pocos.?
Si no fue posible en Madrid una exposici¨®n de Picasso, patrocinada y presidida por el propio Picasso, s¨ª va a serlo, y dentro de cuatro d¨ªas, la de Joan Mir¨®. Residente en Espa?a desde 1940, rara ha sido la ocasi¨®n en que el gran pintor catal¨¢n ha visitado la capital del reino. Y cuando lo hizo se produjo de forma pr¨¢cticamente an¨®nima y por alg¨²n muy se?alado acontecer art¨ªstico (tal es el caso de la exposici¨®n de Zurbar¨¢n que visit¨®, hace m¨¢s de diez a?os, en compa?¨ªa de su gran amigo, el arquitecto Jos¨¦ Luis Sert), altamente estimulante para su sensibilidad, profesi¨®n y devoci¨®n.
Joan Mir¨® ya est¨¢ en Madrid. El cambio de la circunstancia pol¨ªtica espa?ola y la gentil invitaci¨®n de los nuevos gobernantes le han llevado a deponer, gustoso, una tajante y harto explicable negativa. Apenas fue invitado por el ministro de Cultura, nuestro buen Mir¨® hizo inmediatamente suya la idea de ofrecer en Madrid esta gran exposici¨®n antol¨®gica que a punto est¨¢ de inaugurarse, con obra de sus ¨¦pocas m¨¢s significativas y cuadros realizados este ¨²ltimo mes (?recientes, calentitos, como bollos salidos del horno?), que vienen a dar prueba, por expreso deseo del pintor, de su existencia y asidua entrega al trabajo, voz con la que Mir¨® designa siempre la condici¨®n de su actividad creadora.
Catal¨¢n, hasta la m¨¦dula (?desde hace 45 a?os -declaraba recientemente- trabajo para la cultura catalana?), nunca tuvo Mir¨® escr¨²pulo en afirmar su espa?ol¨ªa, en momentos dram¨¢ticos como los de la guerra civil (que ¨¦l supo proclamar a los cuatro vientos con su estent¨®reo Aidez l'Espagne, en la exposici¨®n de Par¨ªs de 1937) y en momentos felices, como los que ayer, al mediod¨ªa, le hac¨ªan exclamar, apenas tom¨® pie en suelo madrile?o: ?Emocionado, muy, muy emocionado, y contento, muy, muy contento.?
Babelia
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