El c¨¢ncer incurable
El gran c¨¢ncer del deporte en este siglo, mucho antes de que le afectaran las injerencias pol¨ªticas, ha sido su progresivo profesionalismo. Aunque sea perfectamente v¨¢lido que en nuestros tiempos mercantilistas un atleta pueda vivir de su esfuerzo, porque ofrece espect¨¢culo, la idea del mens sana in corpore sano, la superaci¨®n personal del deportista sin m¨¢s, ha ido quedando l¨®gicamente oscurecida por el dinero.Hoy d¨ªa la victoria se ha convertido en un placer morboso, porque resulta obligatoria mucho m¨¢s en un sentido material que moral. El caso del Betis-Rayo, con los supuestos intentos de soborno ya denunciados, no ha sido m¨¢s que un granito de arena en el desierto del f¨²tbol espa?ol. Ni el primero, despu¨¦s de bastantes a?os con indicios nunca confirmados, ni el ¨²ltimo, por supuesto. En esta ocasi¨®n s¨®lo se ha mejorado -es un decir- en que los hechos se han descubierto con nombres p¨²blicamente. A la Federaci¨®n, que al estar formada por los mismos clubs le ha venido estupendamente siempre la falte de pruebas, le va a resultar m¨¢s complicado ahora echar balones fuera.
El problema, sin embargo, aunque se sancione, no va a tener m¨¢s que un pa?o caliente como soluci¨®n de compromiso. La Federaci¨®n, que hoy mismo tiene otra posible prueba de sobornos, lo que quisiera es que la Liga terminase ya sin esperar al pr¨®ximo d¨ªa 7. As¨ª dar¨ªa el carpetazo una vez m¨¢s, porque en realidad es lo que quieren los clubs, sus dirigentes, los que desde su misma base, despilfarrando el dinero alegremente, est¨¢n en su gran mayor¨ªa en la bancarrota. El dinero de las primas es s¨®lo un ?esfuercillo? m¨¢s. Un s¨ªntoma. El c¨¢ncer -que no tiene curaci¨®n, ya se sabe- s¨®lo podr¨ªa cortarse de ra¨ªz limpiando las casas a fondo, desde m¨¢s adentro. Para ello habr¨ªa que echar a los inquilinos -y, primero, de la Federaci¨®n- y hacer nuevos estatutos de ?comunidades?. Ni m¨¢s ni menos.
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