Espa?a cuenta con recursos para sustituir, en parte, la actual nutrici¨®n ganadera
Economista del Departamento de Econom¨ªa Agraria del CSIC
La implantaci¨®n del complejo ma¨ªz-soja no s¨®lo tiene efectos desfavorables en nuestra balanza comercial e implica una dependencia de capital y tecnolog¨ªa extranjera, sino que, adem¨¢s, no tiene en cuenta, o frena al menos, la utilizaci¨®n de nuestros propios recursos.
Admitiendo que el complejo ma¨ªz-seja presenta ciertas ventajas t¨¦cnicas, ampliamente divulgadas, no hay que olvidar, especialmente ante el volumen excesivo de nuestras importaciones, que este complejo -en opini¨®n de los especialistas en nutrici¨®n animal- no es determinante y que existen en el pa¨ªs una amplia gama de posibilidades o alternativas entre las que cabe destacar como m¨¢s importantes las siguientes:
a) En cuanto a la sustituci¨®n de ma¨ªz de importaci¨®n:
- En primer lugar, se podr¨ªa incrementar la superficie dedicada a este cereal, bien sustituyendo por ma¨ªz la superficie de regad¨ªo todav¨ªa dedicada a trigo o bien directamente incrementando la superficie en regad¨ªo, aunque este ¨²ltimo camino ser¨ªa, evidentemente, m¨¢s costoso.
- En segundo lugar, se deber¨ªa potenciar el consumo de cebada como sustitutivo de ma¨ªz, en el caso de la alimentaci¨®n de rumiantes.
- Enormes posibilidades existen, tambi¨¦n, en la utilizaci¨®n de subproducos nacionales (del olivo, remolacha, etc¨¦tera) enriquecidos, tratados y concentrados.
- Introducci¨®n de mejoras en la producci¨®n nacional de pastos y forrajes, que permitir¨ªan una alimentaci¨®n para rumiantes, sin necesidad de utilizaci¨®n de ma¨ªz ni soja importados.
- Por ¨²ltimo, es posible a¨²n el incremento de los rendimientos del ma¨ªz, mediante la utilizaci¨®n de m¨¢s selectas variedades de semillas y t¨¦cnicas de cultivo.
b) En cuanto a la sustituci¨®n de soja, la soluci¨®n no est¨¢, como parece deducirse de la pol¨ªtica del Ministerio de Agricultura, en el cultivo de esta oleaginosa en nuestro pa¨ªs, sino en la utilizaci¨®n, al menos, de los siguientes sustitutivos prote¨ªnicos:
- En primer lugar, de las tortas oleaginosas espa?olas, tales como el girasol, colza, algod¨®n, c¨¢rtamo, etc¨¦tera.
- En segundo lugar, en la utilizaci¨®n de f¨®rmulas de alimentaci¨®n animal basadas en leguminosas grano (habas, yeros, altramuces, etc¨¦tera), para lo cual existen en nuestro pa¨ªs un n¨²mero importante de hect¨¢reas de barbecho (m¨¢s de los dos millones, seg¨²n los expertos).
- Tambi¨¦n tiene un futuro prometedor la utilizaci¨®n de concentrados prote¨ªnicos vegetales, tales comojugos y harinas de alfalfa.
c) Adem¨¢s de estas medidas espec¨ªficas, existen otras m¨¢s generales, tales como:
- La reimplantaci¨®n de ganader¨ªas extensivas.
- Orientaci¨®n y cambios en la estructura del consumo de carnes y otros productos ganaderos de aquellas especies y razas que consumen menos materias primas importadas.
- Incrementar los recursos para la investigaci¨®n gen¨¦tica, sanitaria, nutricional y de la alimentaci¨®n animal.
- Cambios en la legislaci¨®n sobre piensos m¨¢s de acuerdo con los recursos nacionales.
Los hechos anteriores -elevado coste de divisas, dependencias de capital y tecnolog¨ªa e infrautilizaci¨®n de recursos nacionales- ponen de manifiesto la adaptaci¨®n de la periferia -la ganader¨ªa espa?ola- a las exigencias del centro -agricultura y econom¨ªa norteamericana en general- Esta adaptaci¨®n ha implicado un incremento de la producci¨®n ganadera, supeditada al establecimiento de una ganader¨ªa artificial, despilfarradora (alimentada con d¨®lares), en base a una tecnolog¨ªa gen¨¦tica y afimentaria importada y sin tener en cuenta el ¨®ptimo de nuestros recursos interiores y las posibilidades de especies animales aut¨®ctonas .m¨¢s adaptadas a las condiciones del pa¨ªs.
Esta adaptaci¨®n a las exigencias de Estados Unidos no ha adolecido, evidentemente, de argumentaciones ?t¨¦cnicas?. As¨ª, por ejemplo, un equipo de expertos internacionales, que elaboraron el informe del Banco Mundial sobre la econom¨ªa espa?ola, aconsej¨® en 1962 que si se deseaba modernizar la ganader¨ªa espa?ola hab¨ªa que tener m¨¢s confianza en el comercio internacional. La econom¨ªa espa?ola, predijeron, va acrecer a un ritmo elevado durante los pr¨®ximos a?os y como los nuevos espa?oles van a consumir cada vez m¨¢s carne, leche y huevos, los ganaderos llevar¨¢n a cabo una fuerte expansi¨®n de la oferta si cuentan con materiasprimas quepueden obtenerse m¨¢s baratas en el extranjero.
Evidentemente, no se dec¨ªa de d¨®nde iban a importarse las materias primas ni la dependencia e infrautilizaci¨®n de recursos que dicha estrategia podr¨ªa implicar; se trataba de un canto triunfalista al libre cambioen base a la teor¨ªa del comercio m¨¢s convencional. Canto que inmediatamente¨¢ceptaron los miopes tecn¨®cratas o ?planificadores? de los a?os sesenta, incapaces de prever que este canto al librecambio se realiza en beneficio del centro y en perjuicio de la periferia, de tal forma que, en el momento actual, no puede realmente hablarse de un desarrollo, en sentido estricto, sino de un ?desarrollo del subdesarrollo?, en este caso.
En nuestra opini¨®n, la miop¨ªa de los planificadores, el triunfalismo de los a?os sesenta y los intereses ajenos, por supuesto, al sector agrario espa?ol, impidi¨® no s¨®lo un cambio de modelo de nutrici¨®n animal, m¨¢s de acuerdo con nuestros propios recursos, sino un planteamiento del tema. Unicamente, cuando la crisis energ¨¦tica puso de manifiesto que al d¨¦ficit de nuestra balanza de pagos hab¨ªa que a?adir el despilfarro de divisas provocado por la falta de atenci¨®n concedida al sector agrario en los a?os anteriores y ante las presiones cada vez m¨¢s fuertes de las asociaciones campesinas, la pol¨ªtica agraria se ha visto obligada a adoptar una serie de medidas en orden a reducir, al menos, el ritmo de crecimiento de las importaciones.
Sin embargo, dichas medidas, adem¨¢s del retraso con que se adoptan, carecen de visi¨®n global a medio y largo plazo, por lo que es necesario y urgente elaborar una pol¨ªtica alternativa al modelo de nutrici¨®n animal implantado en los a?os sesenta,
Esta pol¨ªtica alternativa ha de conjugar, entre otras, las posibilidades anteriormente enu meradas, e integrarlas dentro de un plan general orientado a la sustituci¨®n del ma¨ªz y soja de importaci¨®n por materias primas nacionales, actualmente infrautilizadas. Es probable que, a corto plazo, no se pueda resolver la grave dependencia existente pero es necesario elaborar un plan que permita, a medio y largo plazo, un cambio en la pol¨ªtica de nutrici¨®n animal.
En este ¨²ltimo aspecto -el de la investigaci¨®n- ser¨ªa imprescindible contar con recursos no necesariamente importantes, si se tiene en cuenta las posibilidades existentes, la magnitud del problema y la subutilizaci¨®n de la infraestructura investigadora. En este tema, como en otros muchos, es necesario poner la investigaci¨®n cient¨ªfica y t¨¦cnica al servicio de las necesidades del pa¨ªs, sustituyendo el despilfarro de una investigaci¨®n raqu¨ªtica y de fachada por otra m¨¢s eficaz y con recursos suficientes, caracter¨ªsticas ¨¦stas de una sociedad avanzada, donde el conocimiento cient¨ªfico constituye realmente un recurso estrat¨¦gico.
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