"Es vital la garant¨ªa eficaz de los derechos, no su proclamaci¨®n constitucional"

El ministro de Justicia, Landelino Lavilla, expuso ante la Comisi¨®n Constitucional la posici¨®n del Gobierno al comienzo de los debates sobre el anteproyecto. En esta primera toma de postura oficial del Gabinete sobre el tema, el ministro hizo constantes llamadas para que se eviten f¨®rmulaciones ut¨®picas o declaraciones ret¨®ricas, y pidi¨® que se faculte la eficacia del Estado. Entre otras cosas, afirm¨® que ?la cuesti¨®n vital no est¨¢ en la proclamaci¨®n constitucional de derechos y libertades, sino en su efectiva garant¨ªa?.El portavoz de? Gobierno ante la Comisi¨®n Constitucional comenz¨® extrayendo de las intervenciones habidas en el debate que hay un acuerdo general sobre tres conclusiones: ?que no somos un pa¨ªs cong¨¦nitamente negado para la ordenada convivencia?, ?que la nuestra debe ser una de las llama das democracias occidentales?, por lo que la trayectoria de nuestro pueblo no podr¨¢ trazarse ya a base de oscilaciones pendulares, y que no tienen futuro quienes perma nezcan anclados en el pasado o la revancha.

Dijo despu¨¦s que, si durante los ¨²ltimos siglos la vida pol¨ªtica espa?ola se ha caracterizado por un continuo tejer y destejer, hoy se trata de hacer la historia de otra forma, sin operar sobre el vac¨ªo previamente creado por nosotros mismos. A?adi¨® que cada una de nuestras constituciones ha sido resultado de la imposici¨®n de una opci¨®n pol¨ªtica sobre las dem¨¢s, y ninguna ha expresado los supuestos comunes de la convivencia espa?¨ªola, como se pretende hoy, pues es el ¨²nico medio de encontrar estabilidad constitucional y ?entender el Estado como expresi¨®n de nuestra comunidad y no como algo exterior a ella y frente al que s¨®lo caben actitudes de defensa o de conquista?.

Seguidamente, el ministro realiz¨® diversas consideraciones concretas sobre el anteproyecto, pero advirtiendo que el Gobierno entraba en ellas desde una perspectiva institucional y no en funci¨®n de su color pol¨ªtico espec¨ªfico.

Afirm¨®, en primer lugar, que hay que tener especial cuidado en sortear las formulaciones meramente ret¨®ricas, prescindir de las declaraciones ut¨®picas y no colapsar el funcionamiento de las instituciones. ?Creo -agreg¨®- que hubiera sido preferible una parte dogm¨¢tica mucho m¨¢s aligerada que la que figura en el proyecto; en la que el consenso no descansara tanto en ambivalencias cuanto en la escueta formulaci¨®n de los puntos de convergencia; en la que la solemnidad de las declaraciones constitucionales no se viera devaluada por el exceso detallista; en la que, enfin, no figuraran buenos deseos sin el respaldo -por imposible- de garant¨ªas eficaces.?

?Resulta indispensable a?adi¨®- ajustar t¨¦cnicamente el art¨ªculo 48, relativo a las garant¨ªas?, a la nueva ordenaci¨®n de la parte dogm¨¢tica en libertades p¨²blicas (de amparo constitucional directo), derechos de los ciudadanos (de amparo legal) y principios rectores de la actuaci¨®n pol¨ªtica. ?De no hacerlo asi, se desencadenar¨ªa una hipertrofia de las pretensiones con graves perturbaciones para la administraci¨®n de justicia.?

Termin¨® este apartado apelando a la responsabilidad y solidaridad, como ?reverso de la libertad?, para ?apercibir contra el riesgo de sacrificar las posibilidades de ejercicio de la autoridad y funcionamiento de la Administraci¨®n p¨²blica. Punto ¨¦ste de singular importancia en comunidades pol¨ªticas como la nuestra, en las que dificilmente se ha concebido una autoridad liberal o una libertad constructiva y no disolvente?.

Independencia judicial regulada por ley

En lo que concierne a la independencia judicial afirm¨® que ?es una posici¨®n rigurosamente superficial la que plantea el tema ¨²nicamente en el plano institucional?, para argumentar despu¨¦s que la independencia judicial se juega b¨¢sicamente en cada juez y debe ser regulada en la ley, pues otro m¨¦todo puede resultar nefasto.

Sobre las autonom¨ªas, dijo que no cabe cuestionar la identidad naclional espa?ola ni regatear el reconocimiento de un r¨¦gimen de autonom¨ªas, pues ?Espa?a ha sido siempre una y varia?. Sobre este punto, ofreci¨® como perspectiva correcta la de ?una organizaci¨®n del Estado en la que hay entes aut¨®nomos?, en lugar de una tensi¨®n entre el Estado y los entes. Advirti¨® que para el Gobierno s¨®lo es aceptable el t¨¦rmino nacionalidades como expresi¨®n de identidades hist¨®ricas y culturales, que ?han de ser reconocidas y respetadas incluso en la propia dimensi¨®n pol¨ªtica que les corresponde", y finaliz¨® este apartado diciendo que afirmar -art¨ªculo 2- que la Constituci¨®n se basa. en la unidad de Espa?a no supone que tal unidad descansa en la mera eficacia jur¨ªdica de una norma, sino que es la proclamaci¨®n que ?los pueblos de Espa?a?, integrados en ?la Naci¨®n espa?ola?, hacen de su voluntad de vivir unidos.

El ministro pas¨® r¨¢pidamente sobre el tema de la Monarqu¨ªa, resaltando la importancia de la Corona en la transformaci¨®n pol¨ªtica actual, que el Rey quiso serlo desde el principio de todos los espa?oles, y que en la instituci¨®n se simboliza la unidad y permanencia de Espa?a, se residencian las funciones arbitrales y se garantiza la estabilidad ?enraizada en valores e intereses permanentes del ueblo espa?ol?.