Farsa judicial en Argelia
EL JUICIO celebrado el pasado domingo en Argelia, que concluy¨® con la condena a muerte de dos s¨²bditos espa?oles (uno de ellos declarado en rebeld¨ªa) y a veinte a?os de prisi¨®n a un tercero, ha sido un simulacro judicial t¨ªpico de las dictaduras. La aplicaci¨®n de la tortura en los interrogatorios, denunciada por uno de los procesados; la indefensi¨®n que por lo general lleva aparejada la designaci¨®n de abogados de oficio, los condicionamientos pol¨ªticos de un trihuanl especializado en delitos contra la seguridad y la propia sentencia componen una fotografia que parece sacada del ¨¢lbum familiar de todas las autocracias que en el mundo han sido.El atentado a Cubillo es cada vez m¨¢s un episodio inveros¨ªmil. No es nada improbable que servicios paralelos de la seguridad espa?ola decidieran llevarlo a cabo, y aqu¨ª parece que estamos ante un misterio de dobles o triples agentes cuyo origen real ser¨¢ muy dif¨ªcil determinar. Pero el necesario castigo de los culpables exig¨ªa un juicio en orden que permitiera clarificar adem¨¢s la verdadera naturaleza de los hechos.
Tal vez esta farsa obligue a muchos a revisar no pocos criterios acerca de la verdadera naturaleza del r¨¦gimen argelino. La heroica lucha del pueblo argelino por su independencia en la d¨¦cada de los cincuenta y a comienzos de los sesenta no debe servir de cobertura emocional al r¨¦gimen del coronel. Bumedian, que inaugur¨® su ya larga etapa de poder personal con la deposici¨®n y encarcelamiento en 1965 de Ben. Bella (uno de los presos pol¨ªticos m¨¢s olvidados por la opini¨®n p¨²blica mundial, incluidos sus antiguos amigos de la izquierda europea y latinoamericana).
La farsa judicial de Argel ha permitido entrever las bambalinas de una comedia que tiene como escenario privilegiado a ese pa¨ªs norteafricano. Los desconcertados lectores de los despachos de prensa tienen dificultad en reconocer la verdadera identidad de esos agentes dobles, triple o cu¨¢druples implicados en el atentado contra el se?or Cubillo y de los que se predica la pertenencia simult¨¢nea o sucesiva al FRAP, a los GRAPO, a servicios paralelos espa?oles, al MPAIAC, a la CIA y a la propia polic¨ªa argelina. S¨®lo una cosa parece segura: organizaciones argelinas se hallan en contacto de alg¨²n modo y desde hace a?os con los grupos de aventureros, mercenarios o fan¨¢ticos que militan en el FRAP, en los GRAPO, en el MPAlAC, y que tratan de desestabilizar, mediante secuestros, asesinatos y atentados terroristas, el,proceso de democratizaci¨®n en Espa?a. La participaci¨®n en esas operaciones de los servicios secretos de las grandes potencias, las complicaciones dentro del aparato del Estado espa?ol de esos grupos, los pr¨®pos¨ªtos ¨²ltimos del Gobiemo argelino al dar esos apoyos y las conexiones entre las diferentes bandas terroristas son todav¨ªa misterios por desvelar. Pero el juicio, a la vez bufo y brutal, celebrado el pasado domingo, ha dejado ya por lo menos en claro una parte del enigma. Al Gobierno espa?ol y a los partidos de la Oposici¨®n corresponde ahora sacar las oportunas conclusiones.
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