Naci¨®n de naciones
Se trataba de saber si Espa?a es una esfera o un poliedro. Hubo divisi¨®n de opiniones. En todo caso, el concepto de patria debe de ser algo aproximadamente redondo como un bello p¨¢rrafo, como una enmienda ganada o como esa pelotata en forma de bolo filos¨®fico que los diputados de la comisi¨®n constitucional se pasaban ayer unos a otros jugando al balonvolea con las esencias. Por lo visto, Alianza Popular cree que Espa?a es una esfera y en esto coincide con Plat¨®n, que ten¨ªa de la belleza, de la unidad y del orden la idea de una bola de cristal. Algo compacto, sin fisuras, sin burbujas auton¨®micas.
Todo lo que no sea una rosca alrededor de un eje es un caos. Y as¨ª, mientras los diputados de Alianza Popular, alanceando el molino de las nacionalidades, defend¨ªan la sagrada unidad de la patria con unas palabras que llenan la boca, sin duda Plat¨®n jugaba complacido al tute con los Reyes Cat¨®licos en la caverna de los mitos. En cambio, el centro, la izquierda y el texto de la ponencia piensan que Espa?a es una realidad poli¨¦drica, con tantas caras como regiones, con tantas naciones como pueblos, que se reflejan en una l¨¢grima de l¨¢mpara. El texto de la ponencia es presocr¨¢tico.
Por lo dem¨¢s, la sesi¨®n de ayer tuvo el aire de unas justas jur¨ªdico-pol¨ªticas alrededor de un misterio trinitario. La patria es una y plural, m¨²ltiple e indivisible, plurinacional, un¨ªvoca, mult¨ªvoca y equivoca. Hubo gustos para todos. El presidente de la mesa, en gracia a la importancia del tema, excit¨® el celo oratorio de la reuni¨®n concediendo a pares los turnos a favor y en contra, de manera que los comisionados se lanzaron en picado sobre este art¨ªculo segundo de la Constituci¨®n que es un modelo de consenso barroco entre la izquierda y el centro. Este ha aceptado la palabra nacionalidad y aqu¨¦lla ha regalado los adjetivos indivisible e indisoluble para remachar el clavo de la unidad de la patria com¨²n de todos los espa?oles.
Este intercambio de presentes no ha gustado al se?or Letamend¨ªa, que a la m¨ªnima ocasi¨®n se empe?a en explicar la historia del pueblo vasco, ni al grupo de Alianza Popular que ve en esa palabra nacionalidad una escapatoria, un principio de desintegraci¨®n del Estado. Y en eso ha consistido el grueso del debate.
Los de Alianza Popular se pasaban el testigo para repetir una y otra vez los mismo conceptos, con una reiteraci¨®n in¨²til. Una lucha entre la suspicacia y los negros augurios de Licinio de la Fuente, Carro, Jarabo, Pay¨¢ y Fern¨¢ndez de la Mora, armados con espada toledana y el discurso conciliador de Arias-Salgado, el an¨¢lisis marxista de Sol¨¦-Tur¨¢, las disquisiciones sutiles de Roca Junyent. Entre la idea del terru?o del se?or Carro, que tiene de la nacionalidad una aspiraci¨®n recreativo-cultural, y el agreste independentismo de Letamend¨ªa, ayer el concepto de Espa?a se puso a hervir en la comisi¨®n. Espa?a es una naci¨®n de naciones, esa fue la ¨²ltima palabra. De naciones sin estado, pero con derecho a autonom¨ªa. Eso fue que sali¨® del horno.
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