San Isidro 78: por primera vez ambiente de fiesta
La caracter¨ªstica dominante de la festividad de San Isidro este a?o ha sido el cierto aire de fiesta que se respiraba en la ciudad y la ocupaci¨®n de los recintos cerrados que, por primera vez, se han abierto al p¨²blico. Ayer por la ma?ana varios miles de personas participaron en los actos organizados por el Ayuntamiento y la Federaci¨®n de Vecinos en la Casa de Campo, especialmente en el festival de m¨²sica rock y la romer¨ªa popular. A las diez de la noche, hora de verbena, estaban atascados quince de los dieciocho kil¨®metros de carretera de la Casa de Campo, y Jos¨¦ Luis ?lvarez abandon¨® el recinto, en coche oficial, de monte en monte.
El empe?o de casi todas las entidades que han organizado algo en estos d¨ªas ha sido recuperar las fiestas madrile?as. La ciudad tiene hoy tres millones m¨¢s de habitantes de los que ten¨ªa en los a?os treinta. El censo de Madrid en 1940 arroj¨® una poblaci¨®n de algo m¨¢s de 1.088.000 habitantes. Recuperar fiestas es dif¨ªcil en barrios en los que nunca hubo (Moratalaz, Elipa, Hortaleza, Aluche, etc¨¦tera).Camilo Jos¨¦ Cela, durante su preg¨®n del s¨¢bado, calificaba a San Isidro de ?patr¨®n de z¨¢nganos contemplativos?. El cardenal Taranc¨®n, durante su homil¨ªa de ayer en la catedral se maravill¨® de que un labrador sea patr¨®n de la ciudad de cemento. Jos¨¦ Luis Alvarez, alcalde, habl¨® durante una de sus conferencias de prensa de recuperar y Jos¨¦ Molina, de la Federaci¨®n de Asociaciones, dijo en el festival del viernes en Vista Alegre que los barrios deben organizar sus fiestas.
Concurso de rock
Jos¨¦ Luis Alvarez ha sido uno de los que m¨¢s ha disfrutado en estas fiestas. Fue juez en un combate de boxeo y particip¨® en las pruebas del d¨ªa del deporte; fue jurado del concurso de m¨²sica rock y entreg¨® los premios; asisti¨® a todos los actos oficiales, naturalmente, y consol¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Soc¨ªas, alcalde de Barcelona, quien se present¨® en el recinto de la Feria del Campo con muchos minutos de retraso, despu¨¦s de sufrir un monumental atasco de tr¨¢fico. Las mil personas que asistieron al festival de m¨²sica rock en la pista de exhibiciones de la Feria del Campo silbaron estrepitosamente a un helic¨®ptero que no dejaba escuchar m¨²sica, volvieron a silbar al se?or Soc¨ªas Humbert cuando fue presentado por el locutor entre n¨²mero y n¨²mero, le dijeron a Jos¨¦ Luis Alvarez que si legaliza la marihuana UCD ganar¨¢ las municipales y gritaron viva el rollo en una ma?ana calurosa y enrollada. Los premios del festival fueron para Paracelso, 70.000 pesetas; Kaka de Luxe, 35.000, y Madrid-20, 20.000. Los premios los otorg¨® un jurado de cr¨ªticos que seleccion¨® entre diez finalistas. La noticia, al final, fue que la pista de exhibiciones quedar¨¢ permanentemente como sede de concursos y conciertos de m¨²sica rock.Mientras se entregaban los premios, al filo de las dos de la tarde, los romeros, convocados por la Federaci¨®n de Asociaciones organizaban su fiesta por corros y participaban en concursos de pi?atas, pruebas deportivo-ingeniosas (subir un palo engrasado en cuyo extremo hab¨ªa un jam¨®n) y discut¨ªan problemas de sus asociaciones. En la placita de toros m¨¢s de quinientas personas aplaud¨ªan a un chaval de quince a?os, alumno de la Escuela de Tauromaquia, que cortaba dos orejas y rabo a una becerra, a la que banderille¨® y mat¨® a estoque en la suerte de recibir.
De la pancarta al bolero
En los distintos barrios, con pocas subvenciones econ¨®micas, las asociaciones de vecinos no han podido crear unos decorados exhuberantes, y han reemplazado las cuerdas de banderitas, las guirnaldas y los farolillos por pancartas pidiendo institutos. En La Elipa el gent¨ªo pasaba de marcarse un bolero a saltar con un rock, en el que se inclu¨ªan estrofas de La Internacional sin soluci¨®n de continuidad.La verbena de la pradera de San Isidro, acorralada entre el estadio del Atl¨¦tico de Madrid y la M-30 no recuper¨® este a?o a los titiriteros o a la mujer barbuda, y la gente se conform¨® con pasear entre las t¨®mbolas, comer bu?uelos y apostar dinero en los bingos y juegos de azar m¨¢s o menos disfrazados que abundaban en las esquinas, adem¨¢s de utilizar profusamente la noria y los coches de choque.
Los barrios del centro se han volcado en recuperar viejas tradiciones madrile?as, perdidas casi irremediablemente por el crecimiento de la ciudad, que hace que la gente del foro sea una minor¨ªa. S¨®lo en barrios como Lavapi¨¦s se mont¨® un concurso de chotis, y las escasas parejas que pasaban por zonas modernas vestidas de majas y chulos eran contempladas como algo anecd¨®tico.
En los alrededores de la fuente de San Isidro quiz¨¢ lo primero que habr¨ªa que recuperar fuera el agua de la fuente, contaminada hace tres a?os sin que hasta ahora se haya hecho nada por devolverle su castiza potabilidad.
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