La guerra de las lenguas
La caravana constitucional acamp¨® ayer a la sombre de la torre de Babel del art¨ªculo tercero, pero la maldici¨®n b¨ªblica de la confusi¨®n de lenguas s¨®lo se tradujo aqu¨ª en un t¨ªpico y hortelano di¨¢logo de sordos. Estamos en pentecost¨¦s y hac¨ªa buena ma?ana; una burbuja de fuego aleteaba sobre el flequillo de cada diputado y los ujieres, convertidos en aguadores, iban de ac¨¢ para all¨¢ con el vaso entre los esca?os. Resulta que el problema del catal¨¢n no es un vaso de agua clara, seg¨²n dijo un d¨ªa Pem¨¢n, un vaso tan limpio como el que transporta el bedel. Es una herida abierta en un costado de Catalu?a, seg¨²n exclam¨® ayer Tr¨ªas Fargas. Y el euskera es otra herida en el coraz¨®n del Pa¨ªs Vasco, como, para no ser menos, confirm¨® Letamend¨ªa. Podr¨¢n comprobar ustedes que la cosa iba por el lado de los sentimientos, de las lacer¨ªas hist¨®ricas del centralismo. Se trataba de un pleito de lesiones en la lengua, de una llaga en el labio de las nacionalidades.Resulta que el art¨ªculo tercero redactado por la ponencia es progresista, m¨¢s avanzado incluso que el correspondiente de la Constituci¨®n republicana de 1931. Y se ha votado sin da?arle una tilde. Pero antes hab¨ªa que hablar voluptuosamente, ya que se estaba en una clase de idiomas. Y sali¨® Nebrija, naturalmente. Y el apostolado del castellano a trav¨¦s del imperio. Tambi¨¦n sali¨® Ram¨®n Llull, Joanot Martorell, Ausias March, Narc¨ªs Oller y Angel Guimer¨¢. El diputado Aguirre Querejeta no cit¨® a ning¨²n cl¨¢sico de los suyos, pero comenz¨® a hablar en vasco ¨¦l mismo, todo seguido, en plan arenga para que su idioma, junto con el catal¨¢n y el gallego, saliera no s¨®lo a las calles y a las plazas, sino tambi¨¦n a la escuela, a la televisi¨®n, a la Administraci¨®n y a los peri¨®dicos. Catalanes y vascos quieren que su lengua sea cooficial y obligatoria en su propio territorio y que ese derecho se vea amparado en la Constituci¨®n y no remitido al Estatuto. Entonces, Alianza Popular se coge de la pantorrilla de Unamuno y monta la bella escena de Don Quijote hablando con el vizca¨ªno. Alianza Popular adora el catal¨¢n, admira a sus escritores y cuenta esas cosas tan bonitas que se dicen al enjabonar la barba antes de afeitarla. El problema de los emigrantes, el reino de taif¨¢s, la algarab¨ªa medieval. No fotem, senyor Tr¨ªas, exclama Fraga. Ese fue el resumen de la cuesti¨®n.
Pero faltaba la reducci¨®n al absurdo, aqu¨ª en este sombrajo de la torre de Babel. Y la cosa lleg¨® cuando el aragon¨¦s Emilio Gast¨®n, estribado por la pendiente abajo, comenz¨® a defender el status del chapurriau, los derechos del fragatino, el reconocimiento cooficial de las fablas de cada valle. Sonaba a broma, pero el diputado hablaba en serio. Mientras tanto, Fraga y Licinio de la Fuente le acompa?aban con una sonrisa de gracia, en ese viaje al fondo del barranco. Y Tr¨ªas Fargas, Sol¨¦ Tura, Letamend¨ªa y Aguirre Querejeta imploraban a los dioses lares para que no saltara un murciano pidiendo la cooficialidad para el panocho, un asturiano reclamando el bable o un canario exigiendo el lenguaje del silbido de aquel pueblo de Las Palmas. El PSOE y UCD no han dicho nada. Se han limitado a apoyar el texto de la ponencia que es justo y progresivo.
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