La princesa Margarita de Inglaterra y Lord Snowdon se divorciaron ayer
Dieciocho a?os de matrimonio y dos de separaci¨®n entre la princesa Margarita de Inglaterra, hermana menor de la reina y Lord Snowdon, concluyeron ayer en divorcio ante un tribunal londinense. El procurador de la reina represent¨® a la princesa en la breve ceremonia -dos minutos- que ha puesto fin a un itinerario sentimental ?consumido? por millones de mujeres en todo el mundo y que ha sido un fil¨®n econ¨®mico para las publicaciones ?del coraz¨®n?.Margarita y Lord Snowdon -Anthony Armstrong Jones acordaron hace unas semanas disolver amistosamente su matrimonio, en el que han tenido dos hijos: el vizconde Linley, diecis¨¦is a?os, y Lady Sarah Armstrong-Jones, catorce.
Un portavoz del palacio de Kensington, residencia oficial de la princesa, ha anunciado que Margarita, que cuenta 47 a?os, no tiene intenci¨®n de contraer nuevas nupcias y que reanudar¨¢ sus actividades oficiales en cuanto se reponga de la hepatitis, complicada con gastroenteritis, que sufre. Los peri¨®dicos de gran circulaci¨®n ya han comenzado a especular sobre los proyectos matrimoniales de Lord Snowdon, a quien se relaciona con una joven de veintipocos a?os que trabaja con ¨¦l en la filmaci¨®n de un documental.
La princesa Margarita ha sido recientemente objeto de severas cr¨ªticas sobre su vida privada y sus gastos con cargo al erario p¨²blico. Tras unas vacaciones en el Caribe con un cantante de moda, Roddy Llewellyn, el deterioro de su imagen p¨²blica fue propiciado por la Iglesia anglicana, de un lado, y por sectores de la izquierda laborista, de otro. El obispo de Truro, rompiendo la pol¨ªtica de no injerencia mantenida hasta entonces por la Iglesia oficial en los asuntos conyugales de la hermana de la reina, dijo en Oxford, a finales de marzo, que ?la vida privada de la princesa no puede reducirse a un puro asunto familiar, porque lo que la monarqu¨ªa hace afecta a nuestra sociedad?.
Desde un punto de vista ajeno a la moral religiosa, parlamentarios izquierdistas solicitaron p¨²blicamente la reducci¨®n de la asignaci¨®n anual que en la lista civil se prev¨¦ para la princesa Margarita, fijada hasta- la semana pasada en casi nueve millones de pesetas y aumentada en un 4,5 % para el a?o fiscal 1978-79. El argumento de los diputados m¨¢s radicales, expresado por el laborista Dennis Canavan, es que ?al Parlamento no le concierne la custodia de la moral de la princesa, pero s¨ª el uso que hace de la crecida suma que recibe del erario p¨²blico?.
El arzobispo de Canterbury y jefe de la Iglesia anglicana, Donald Coggan, ha seguido de cerca el proceso que ha finalizado en divorcio, aunque un portavoz del doctor Coggan ha declarado que ?la princesa no ha consultado al arzobispo?, se supone que la crucial decisi¨®n de no oponerse a la ruptura, y que ha marcado un hito en la evoluci¨®n de la Iglesia de Inglaterra, habr¨ªa sido impulsada por ¨¦l. El primer ministro tambi¨¦n ha sido informado regularmente de las actividades previas a la extinci¨®n del matrimonio, aunque el divorcio no altera en absoluto la posici¨®n oficial de Margarita. La hermana menor de la reina hace el n¨²mero seis en la lista de sucesi¨®n al trono.
El comportamiento de Lord Snowdon tras su separaci¨®n de la princesa, hace dos a?os, habr¨ªa merecido la plena aprobaci¨®n de Isabel II. Desde entonces, y hasta el momento mismo de anunciarse la intenci¨®n de la pareja de consumar el divorcio, hace dos semanas, el se?or Armstrong-Jones ha sido visto por la opini¨®n p¨²blica, fundamentalmente, en su papel de padre atento.
Las vicisitudes sentimentales de la princesa Margarita comenzaron a dar la vuelta al mundo hace casi treinta a?os, cuando se conoci¨® su idilio con ¨¦l capit¨¢n Peter Townsend, un h¨¦roe de la batalla de Inglaterra. Pero por entonces el capit¨¢n Townsed casi doblaba en edad a la princesa y estaba divorciado, lo que motiv¨® que la familia real y la Iglesia oficial se opusieran firmemente a la idea de su matrimonio. Hab¨ªa nacido el mito rom¨¢ntico. El idilio, del que hicieron pasto revistas y peri¨®dicos de todo el mundo, se alarg¨® hasta el oto?o de 1955, en que la princesa ?tir¨® la toalla? y decidi¨® apartarse de un camino cuya salida pasaba por su marginaci¨®n oficial. En a?os sucesivos -otros nombres se ligaron a la suerte de Margarita, pero quedaron en rumores desmentidos hasta 1960, en que se anunci¨® p¨²blicamente su compromiso con el se?or Antony Armstrong-Jones, hijo de familia distinguida -su madre era la condesa de Rosse- y, a la saz¨®n, con estudio fotogr¨¢fico abierto en el barrio londinense de Pimlico. En mayo de 1960 el capit¨¢n Townsend contra¨ªa, a su vez, matrimonio con una joven belga. Los a?os de su idilio con Margarita han quedado reflejados en una reciente autobiograf¨ªa que lleva por t¨ªtulo Tiempo y suerte.
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