Una Espa?a sorprendente
?Los profesionales de cine asistentes al Festival de Cannes denunciamos la actitud contradictoria del Gobierno espa?ol al proclamarse internacionalmente como Gobierno democr¨¢tico (firma de la carta de los derechos humanos) y la represi¨®n ejercida contra el grupo teatral Els Joglars, de los cuales cuatro est¨¢n en prisi¨®n y dos en el exilio. ??Manifestamos, una vez m¨¢s, que no puede existir democracia sin libertad de expresi¨®n. ?
?Exigimos la libertad de los encarcelados y el libre retorno de los exillados.?
Este es el texto ¨ªntegro que se ley¨® en la noche del pasado viernes en el transcurso de una reuni¨®n de solidaridad con los componentes del grupo teatral catal¨¢n y que fue firmado por numerosas personas, entre ellas los realizadores Marco Ferreri, Barbet Schoeder y la mayor¨ªa de los cineastas y periodistas espa?oles presentes en el certamen.
Durante el acto solidario se cit¨® tambi¨¦n el caso del realizador vasco I?aki Nune, autor del mediometraje Estado de excepci¨®n, actualmente pendiente de un proceso judicial. Los corresponsales extranjeros presentes en la ciudad de Cannes pudieron contemplar, acabada la lectura del texto anteriormente transcrito, una pel¨ªcula sobre La torna, obra que origin¨® el posterior procesamiento de los actores catalanes. El mismo viernes los periodistas encontraron en sus casilleros una ?declaraci¨®n de principios? de la Direcci¨®n General de Cinematograf¨ªa de Espa?a, en la que, a juicio de los asistentes a la asamblea solidaria, se afirmaba con excesiva precipitaci¨®n la existencia de la libertad de expresi¨®n en Espa?a.
"Oca?a"
En la secci¨®n Una cierta mirada, se proyect¨® el filme de Ventura Pons, Oca?a, primera realizaci¨®n de su autor y de la productora, que no es otra que el grupo editorial Z. Oca?a es un claro ejemplo en el que -el tema central y ¨²nico, el propio pintor andaluz Oca?a, residente en Barcelona y travest¨ª pansensualista por excelencia, se impone sobre todo lo dem¨¢s. M¨¢s que hablar de un filme en su sentido creativo, habr¨ªa que calificar esta obra de ?excelente reportaje? en el que todo se supedita a la Figura central, una figura plet¨®rica de atractivo por numeros¨ªsimas razones.Si la primera marat¨®n popular de Madrid super¨® con creces las iniciales previsiones, convirtiendo la Villa del oso y el madro?o en un nuevo record digno de ser incluido en el Ginnes books, Oca?a es, sin duda, uno de los documentos m¨¢s atractivos que se han elaborado sobre un marginado social. No se trata tanto de un enfoque mistificador sobre la marginalidad barcelonesa como la narraci¨®n de los conceptos que ratifican la pr¨¢ctica de un decidido cachondo, dispuesto ?a no pasar de nada, pasando de todo? por utilizar una terminolog¨ªa a la moda. El recuerdo de su infancia en su pueblo andaluz, los trabajos en el campo, su vocaci¨®n por la pintura, su homosexualismo precoz, sus amistades -y en la urbe catalana- su gusto por vestirse de andaluza y pasearse por las Ramblas en compa?¨ªa del dibujante Nazario, su espl¨¦ndida definici¨®n de las procesiones religiosas populares, de la Falange y de todo cuanto, poco a poco, ha formado y conformado a este pintor naif en el que lo ¨²nico que merece su respeto y admiraci¨®n es la ?marcha?. En pocas ocasiones una pantalla ha mostrado un esp¨ªritu tan marchoso como en esta pel¨ªcula de Ventura Pons, cuya proyecci¨®n se vio potenciada por la presencia del protagonista -traje de mujer andaluza, sombrero cordob¨¦s, mant¨®n de manila y unas botas de madera similares a las que usan los campesinos noruegos, con el aditamento de un maquillaje en la cara que, con frecuencia, recordaba m¨¢s un cuadro fauve que un detalle de coqueter¨ªa- y que fue recibida con una fuerte ovaci¨®n de los espectadores. Sin duda la representaci¨®n espa?ola presente en el certamen es una de las m¨¢s originales y multidireccionales: desde Los restos del naufragio, que podr¨ªa subtitularse ?la infancia recuperada?, a Los ojos vendados, de Carlos Saura, pasando por ese estupendo thriller er¨®tico que es Bilbao o el sorprendente Oca?a. Una representaci¨®n en la que s¨®lo existe un detalle desesperanzador, el asunto de Els Joglars.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.