Un para¨ªso particular
Puesto que su realizador lo considera como tal, admitamos que este filme es un documental con argumento. Quienes gusten de las puestas de sol espectaculares, de las faunas y floras ex¨®ticas de efectos fotogr¨¢ficos hace tiempo pericl¨ªtados, sin duda agradecer¨¢n este relato que nos viene de la mano de un antiguo director de fotografia.Se trata en este caso de la segunda pel¨ªcula de Nicol¨¢s Roeg, autor de otras dos m¨¢s, entre ellas la m¨¢s famosa y delirante, titulada ?El hombre que cay¨® sobre la tierra?, historia entre rocambolesca y de anticipaci¨®n, fallida por exceso de pretensiones. Esta ?Walkabout? -especial iniciaci¨®n que deben cumplir ciertos abor¨ªgenes australianos- tampoco anda escasa de ellas a pesar de su modesta apariencia. Se trata de poner en evidencia y por procedimientos m¨¢s bien elementales los defectos y riesgos de la actual cultura y civilizaci¨®n, que nos aparta de nuestros remotos or¨ªgenes. Como siempre, tales confrontaciones resultan bastante maniqueas. En ellas el buen salvaje triunfa, aun m¨¢s all¨¢ de la muerte, sobre sus enemigos, m¨¢s perversos cuanto m¨¢s civilizados Es como si una mala conciencia particular conmoviera a ¨¦stos, de cuando en cuando, oblig¨¢ndolos a realizar tales trabajos. Sin embargo, el tiempo, como se sabe, no vuelve la vista nunca atr¨¢s.
Walkabout
Director: Nicol¨¢s Roeg.Gui¨®n: Edward Bond. Fotograf¨ªa:Nicol¨¢s Roeg. M¨²sica: John Barry. Int¨¦rpretes:Jenny Agutter, Lucien John, David Gumpilil, John Meilon. Gran Breta?a. Dram¨¢tica. 1971. Local de estreno: Gayarre.
Suponemos que Nicol¨¢s Roeg ha hecho su filme con convicci¨®n aunque demasiado arrastrado por los escenarios, en lo que se excede cuando nos retrata sus paisajes, sus plantas y sus bichos. Decir que el desierto australiano, con su fauna, caricatura, historia y s¨ªntesis de las del resto del planeta es el aut¨¦ntico protagonista supone descubrir poca cosa en tal tipo de documentales, pero es preciso a?adir que supone tambi¨¦n lo ¨²nico que de sincero y positivo existe en este elemental relato, donde brilla por su ausencia cualquier an¨¢lisis etnol¨®gico o social, suplidos por vagas alusiones sentimentales. Tal sucede con las granjas abandonadas, los abor¨ªgenes sumidos todav¨ªa en la barbarie, las barreras irriposibles de salvar en lo que se refieire a la pareja, todo lo que hace pensar al espectador que la acci¨®n sucede en alg¨²n maldito para¨ªso extraterrestre, dejado de la mano de los hombres, plagado de moscas y rares vegetales. Inventar a su costa fingidos para¨ªsos que nunca existieron resulta tan infantil como pensar que la protagonista, casada y al cabo de los a?os, recuerde su aventura roussoniana.
Por otra parte, el contrapunto constante entre nuestro mundo y el desierto resulta tambi¨¦n elemental como ese tri¨¢ngulo a trav¨¦s del cual el autor afirma volver a la vida original en el desierto. No sabemos en qu¨¦ consiste ese tipo de vida, ni la inocencia toula que alude. Su filme m¨¢s que una pregunta es una exposici¨®n forzada, un juego en el que, de antemano, la soluci¨®n se halla incluida en el modo de repartir los papeles entre hombres blancos malos y abor¨ªgenes demasiado angelicales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.