Discreta y agradable
Hay dos formas de escribir guiones inteligentes: utilizando la inteligencia para contar una historia o contando una historia en funci¨®n de la propia inteligencia. Se puede ser eficaz como Dudley Nichols o brillante como George Axelrod. O tan genial para ser ambas cosas a un tiempo como Ben Hecht, Neil Simon, escritor de moda -y de ¨¦xito- en Broadway y Hollywood, pertenece a la escuela de los brillantes, pero carece de la categor¨ªa de los antes citados. Sus malabarismos est¨¢n demasiado a la vista, su mecanismo tambi¨¦n. Simon no esconde lo suficiente su juego, y sus trucos pueden llegar a molestar por un exceso de evidencia. Adem¨¢s, la mayor¨ªa de las veces promete m¨¢s de lo que da. El aparatoso despliegue inicial de una historia como Murder by death (Un cad¨¢ver a los postres, 1976) naufragaba en un narcisista ejercicio final, en el que el autor era el primer enredado en su propio enredo.Con La chica del adi¨®s Simon se punta al g¨¦nero de la comedia cotidiana, dom¨¦stica, de un romanticismo a ratos original, pero que roza peligrosamente la historia rosa barata. Se mantienen las situaciones cl¨¢sicas, el esquema tradicional. Pero para que pueda ser cre¨ªble hoy, hay que hacer ciertas modificaciones (?concesiones?), hay que darle un cierto tono progre a la eterna historia de amor. Ella ya no ser¨¢ la jovencita guapa, libre y sin compromiso, sino que ser¨¢ una divorciada, avanzada en la treintena, con una hija de doce a?os (precoz, por supuesto). Y ¨¦l no ser¨¢ un apuesto gal¨¢n, algo duro y con dinero, sino un actor sin una perra, bajito y m¨¢s bien chaparrete. En vez de conocerse en una fiesta suntuosa, se ver¨¢n obligadosa compartir un diminuto apartamento en una noche de lluvia El resto viene rodado.
La chica del adi¨®s (The goodbye girl)
Direcci¨®n: Herbert Ross. Gui¨®n: Neil Simon. Fotograf¨ªa: David M. Walsh. M¨²sica: Dave Grusin. Int¨¦rpretes: Richard Dreyfuss, Marsha Mason, Quinn Cummings, Paul Benedict, Barbara Rhoades. Norteamericana, 1977. Local de estreno: Coliseum.
El encargado de filmar esta historia ha sido Herbert Ross, aplicado artesano cuyos ¨¦xitos o fracasos suelen venir en funci¨®n del material literario que se le proporcione, que ha llevado con fortuna a la pantalla guiones de Woody Allen -Sue?os de seductor (Play it again, Sam, 1971)- y de Buck Henry,- La gatita y el b¨²ho (The owl and the pussycat, 1970)- y que repite con Neil Simon tras el ¨¦xito que obtuvieron juntos con La pareja chiflada (The sunshine boys, 1975), ¨¦xito que ha superado con creces La chica del adi¨®s, que se encuentra actualmente en cabeza de las recaudaciones en Estados Unidos.
La chica del adi¨®s es, sobre todo, un filme de personajes, de dos personajes, ya que el de la ni?a no llega a tener la importancia que debiera y que el autor intenta darle. Marsha Mason compone un hermoso personaje, una mujer fr¨¢gil y voluntariosa, tierna y, a pesar de los a?os, tremendamente inmadura. Richard Dreyfuss, que ha obtenido el Oscar por este trabajo, es un buen actor, con tendencia al histrionismo y el desmadre, pero con fuerza.
La chica del adi¨®s es una comedia sentimental que se salva por la indiscutible charme de sus actores y por la silenciosa efectividad de su puesta en escena, que opta por la ternura en una ¨¦poca en que el cine no es precisamente muy adicto a los sentimientos.
Babelia
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