Las medidas brit¨¢nicas de restricci¨®n monetaria y fiscal no contentan a nadie
Como ampliaci¨®n de las medidas econ¨®micas contempladas en el presupuesto para 1978-79, presentado al Parlamento en abril, el ministro de Hacienda brit¨¢nico ha introducido un paquete de medidas de restricci¨®n monetaria y fiscal destinado a atajar la crisis de confianza de los mercados financieros. Las nuevas disposiciones del se?or Healey ya han provocado un duro ataque de la oposici¨®n, que pretende ?crucificar? en el Parlamento, el mi¨¦rcoles pr¨®ximo, al canciller del Exchequer.Los tres puntos fundamentales de este minipresupuesto son la elevaci¨®n en un punto, al 10%, del tipo de descuento del Banco de Inglaterra, el refuerzo de los controles encaminados a restringir el cr¨¦dito bancario y el aumento de un 2,5 % en las cuotas de los empresarios a la Seguridad Social. La City y la libra esterlina han reaccionado favorablemente a las medidas del se?or Healey, dirigidas, en sus propias palabras, a equilibrar un presupuesto malherido por los recortes impositivos impuestos por conservadores y liberales, y a controlar el crecimiento de la masa monetaria.
Los cuatro grandes bancos brit¨¢nicos elevaron al 10% su tipo de inter¨¦s, e id¨¦ntico camino han seguido los pr¨¦stamos hipotecarios que conceden las building societies, instituciones privadas que canalizan el mercado hipotecario de este pa¨ªs y act¨²an corno sociedades de inversi¨®n.
Como sucediera con el presupuesto, la Confederaci¨®n de Empresarios ha reaccionado r¨¢pida y vivamente, acusando al canciller de incompetencia y se?alando que el m¨¦todo elegido para obtener quinientos millones de libras suplementarios -el aumento de sus cuotas- es el peor. Para su presidente, Sir John Mftven, la medida costar¨¢ 100.000 puestos de trabajo, reducir¨¢ la competitividad de la industria y aumentar¨¢ los costos y, consiguientemente, los precios. Este diluvio de desdichas podr¨ªa haberse evitado si el Gobierno se hubiera inclinado por aumentar el impuesto sobre el valor a?adido, como quer¨ªan los empresarios. Algunos l¨ªderes sindicales, de otra parte, ya han mostrado su preocupaci¨®n por unas medidas que pueden suponer un frenazo a la inversi¨®n y a la creaci¨®n de puestos de trabajo, cuando el pa¨ªs soporta un paro cercano al mill¨®n y medio. Pol¨ªticamente, las nuevas medidas afrontar¨¢n su primera prueba el mi¨¦rcoles, cuando sean sometidas a un debate de emergencia en los Comunes, solicitado por la jefa de la oposici¨®n. La hip¨®tesis de acorralar al Gobierno mediante un voto de confianza, inicialmente barajada por la se?ora Thatcher, se ha disuelto en lo que ser¨¢ seguramente una moci¨®n personal (petici¨®n de traslado o de disminuci¨®n de sueldo) contra el se?or Healey. Es muy improbable que los liberales, que en su momento patrocinaron el aumento de las cuotas empresariales, se al¨ªen ahora con la oposici¨®n conservadora, en un intento de provocar una crisis de Gobierno. La debilidad alarmante del partido del se?or Steel le convierte en v¨ªctima propiciatoria de cualquier alteraci¨®n seria del statu quo.
El paquete laborista, en ¨²ltima instancia, ha provisto a los conservadores de una providencial munici¨®n preelectoral, de la que tan necesitado est¨¢ el partido de la se?ora Thatcher despu¨¦s del descenso relativo en su apreciaci¨®n por los electores que muestran los ¨²ltimos sondeos de opini¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.