Programa Mahler del Ballet del Siglo XX
El segundo de los programas ofrecidos por el Ballet del Siglo XX estaba ¨ªntegramente dedicado a Mahler. A diferencia de la sesi¨®n anterior, dedicada a Stravinsky, en esta ocasi¨®n ninguna de las obras escogidas hab¨ªan nacido para ser bailadas, sino, por el contrario, se encuentran inmersas en un mundo tan distinto tan alejado de la danza como es el lied, porque lieder (cantados o no) son tambi¨¦n, a fin de cuentas, los tres tiempos escogidos de la tercera sinfon¨ªa.Este es el primer m¨¦rito de B¨¦jart, que consigue crear, magistralmente, un mundo pl¨¢stico perfectamente af¨ªn a lo que es el lied en m¨²sica.
El segundo ser¨ªa la perfecta elecci¨®n de la m¨²sica, escogida entre lo mejor de Mahler: siete de los catorce lieder sobre ?Des knaben Wunderhorn?, los Lieder eines fahrenden Gesellen, y los tres tiempos finales de la tercera sinfon¨ªa, todo ello reproducido en grabaciones verdaderamente antol¨®gicas.
Maurice B¨¨jart comienza a ser fiel al esp¨ªritu del lied a trav¨¦s de la sencillez, de la intimidad: sencillez de vestuario, marcada por la instant¨¢nea aparici¨®n de figuras vestidas con ricas t¨²nicas; sencillez en la iluminaci¨®n, perfectamente matizada pero nunca efectista.
El lied es en m¨²sica lo que en literatura es la poes¨ªa: un g¨¦nero que no es narrativo, que no admite apenas el descriptivismo, que tiende a la condensaci¨®n, a la brevedad, a la comunicaci¨®n l¨ªrica, expresiva, directa, casi de inconsciente a inconsciente, capaz de transmitir viva al oyente la vivencia instant¨¢nea del autor, rompiendo las barreras de tiempo y espacio. Por ello considero un error (acaso el ¨²nico) la introducci¨®n de elementos descriptivo-simb¨®licos, por lo dem¨¢s tan ambiguos como elementales. Esto no es necesario, porque lo que los s¨ªmbolos pueden querer decir ya lo dice B¨¦jart mucho m¨¢s expresivamente a trav¨¦s de la danza. El puede muy bien, y de hecho lo hace, expresar la idea de la muerte, el intimismo, la introversi¨®n, la fragilidad, el lirismo, la ingenuidad, lo grotesco, la homosexualidad, sin tener que recurrir a la denotaci¨®n, porque si hay algo connotativo, es el mundo de Mahler.
Quiz¨¢ por ello lo mejor de la noche fue el perfecto paso a dos, sobre el lied Wer ist denn draussen de ?Des knaben Wundernhorn?, o el de la Canci¨®n del compa?ero errante, o, sobre todo, la genial coreograf¨ªa sobre el ¨²ltimo tiempo de la sinfon¨ªa. Aqu¨ª s¨ª que nos da Maurice B¨¦jart una formidable lecci¨®n, porque es imposible conseguir una relaci¨®n m¨¢s exacta entre m¨²sica y danza.
Mezclar varias manifestaciones art¨ªsticas es peligroso y, normalmente, empobrecedor de todas ellas. La poes¨ªa, por ejemplo se estropea en una gran medida como tal poes¨ªa, cuando se le pone m¨²sica, del modo en que una novela se estropea como tal al pasar al cine (lo que no quiere decir que el resultado no sea magn¨ªfico, pero en otro sentido bien diferente). La genialidad de B¨¨jart es que ?mejora? la m¨²sica de Mahler sin afectar a su esencia musical. B¨¨jart es, por tanto, fiel como nadie a la m¨²sica y, sin embargo, distancia los terrenos entre ambas artes: as¨ª sus coreograf¨ªas no ?imitan? a la m¨²sica, no reproducen sus giros mel¨®dicos, ritmicos o t¨ªmbricos, sino que lo que hace es buscar a trav¨¦s de la danza la comunicaci¨®n de un mismo contenido, va directamente a la idea musical y la realiza en forma de idea pl¨¢stica. Por eso es fiel a la m¨²sica, pero no esclavo de ella; por eso la complementa, la da una dimensi¨®n nueva en vez de anularla. ?Qu¨¦ gran lecci¨®n para todos aquellos que combinan diferentes artes! Este es uno de los mayores problemas del cine, del teatro, de la ¨®pera y de muchas otras manifestaciones art¨ªsticas.
Ni que decir tiene que la calidad t¨¦cnica, tanto del conjunto como de cada elemento, es magn¨ªfica. Destaquemos, al menos, las formidables actuaciones de Jorge Donn, Daniel Lommel, Luciana Savignano, Bertrand Pie y Shonach Mirk.
El p¨²blico, que casi llenaba el Palacio de los Deportes de Madrid, aplaudi¨® con entusiasmo a lo largo de toda la velada, que constituy¨®, l¨®gicamente, un ¨¦xito espectacular.
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