Sierras de Teruel
Tras una serie de filmes sobre nuestra ¨²ltima guerra civil, entre los que destaca ?Morir en Madrid?, a¨²n en cartelera, llega otro cl¨¢sico de nuestra particular filmograf¨ªa b¨¦lica: la famosa obra de A. Malraux, L'Espoir.A medias evocaci¨®n, a medias testimonio de un momento crucial de nuestra historia, realizada a partir de uno de los cap¨ªtulos de su famoso libro, el autor traza en ella un relato emocionado m¨¢s que an¨¢lisis meditado y fr¨ªo, de la contienda en la que ¨¦l mismo particip¨® junto a otros famosos escritores de la ¨¦poca.
Entre el documental y el filme de ficci¨®n, la pel¨ªcula viene a suponer un comentario en im¨¢genes del texto original, ampliado y enriquecido por el escritor, trasformado para el caso en realizador, a lo largo de sus experiencias vividas en los frentes.
L'Espoir
Escrita y dirigida por Andr¨¦ Malraux, sobre su libro del mismo t¨ªtulo, ampliado con experiencias personales. Di¨¢logos de Max Aub. Dram¨¢tico, documental. Blanco y negro. 1938. Local de estreno: Peque?o Cine Estudio
Entre ellas descuella, sobre todo, la m¨¢s famosa del rescate de los aviadores heridos llevado a cabo por los vecinos de las aldeas cercanas a la sierra, anticipo en cierto modo del neorrealismo de Rosellini. Ella da t¨ªtulo al filme tambi¨¦n y un car¨¢cter ¨¦pico que compensa otros momentos m¨¢s d¨¦biles, como la presentaci¨®n de esos mismos pilotos al iniciarse la historia.
En la secuencia de Teruel, en cambio, paisaje y personas forman un coro improvisado y vivo, real y emocionado de compromiso con los que a su lado luchan, tan evidente como bien narrado.
Los diversos episodios de ficci¨®n, rodados con escasos medios, en Barcelona y en los campos de aterrizaje, aprovechando material y tropas en las pausas de los bombardeos, acompa?a muy eficazmente a otras secuencias, tambi¨¦n dignas de menci¨®n como la del aldeano que desde el avi¨®n no consigue reconocer su pueblo. Y, sin embargo, es el pueblo espa?ol el verdadero protagonista de este filme cl¨¢sico. Maestros, comisarios, ni?os que preguntan el por qu¨¦ de una guerra y de una intervenci¨®n en tanto cargan con los muertos extranjeros ?porque es el ¨²nico modo de poderles agradecer lo que hacen por nosotros?. El es personaje total y apasionado, un paisaje humano, s¨ªmbolo de una guerra plural y generosa, analizada, comentada y tambi¨¦n sentida, a?os despu¨¦s en otros muchos filmes que tras ¨¦ste vinieron. Tal es el valor y la categor¨ªa de estas Sierras de Teruel inolvidables, precursoras en el cine y en la vida de Espa?a de otros tiempos mejores y otros filmes paralelos.
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