"La Iglesia no necesita un tratamiento jur¨ªdico espec¨ªfico"
El cardenal-arzobispo de Madrid-Alcal¨¢, monse?or Enrique y Taranc¨®n, analiz¨® ayer en el Club Siglo XXI la evoluci¨®n de la Iglesia cat¨®lica espa?ola en el ¨²ltimo decenio del r¨¦gimen franquista y esboz¨® algunos de sus objetivos fundamentales para el pr¨®ximo futuro.
El cardenal Taranc¨®n resalt¨® desde el comienzo de su conferencia, titulada La Iglesia en Espa?a, hoy, que hablaba s¨®lo como obispo y que se equivocar¨ªa quien viese en ¨¦l a un representante de una fuerza pol¨ªtica. ?No hablar¨¦ como un pol¨ªtico m¨¢s -precis¨®-. No lo soy, ni quiero, ni puedo serlo. Y aunque mi palabra incida en alg¨²n momento en temas que rozan la ¨®rbita pol¨ªtica, deb¨¦is saber que no lo estoy haciendo desde una perspectiva o una preocupaci¨®n pol¨ªtica.?En principio, el cardenal Taranc¨®n analiz¨® el desarrollo de la Iglesia cat¨®lica espa?ola en el decenio 1965-1975, imprescindible para comprender los cambios y las nuevas orientaciones surgidas en su seno. La evoluci¨®n de la Iglesia en estos ¨²ltimos a?os -manifest¨® el conferenciante- no se entiende si no se tiene en cuenta el peso decisivo del Concilio Vaticano II. ?Este Concilio significa la apertura de la Iglesia a la consideraci¨®n realista del mundo moderno, el acogimiento de la modernidad sin enconos ni debilidades, con lucidez y generosidad, con humildad y con confianza en s¨ª misma.?
El Vaticano II signific¨® para los cat¨®licos espa?oles una sorpresa y un desencanto, pues ?acostumbrados como est¨¢bamos a considerarnos el m¨¢ximo exponente de la catolicidad ideal, vimos de pronto que, en esta asamblea mundial que era el Concilio, nuestros te¨®logos y nosotros mismos, obispos, ocup¨¢bamos un lugar realmente modesto.
Tras este primer desencanto, la Iglesia espa?ola acept¨® la necesidad de adaptaci¨®n, aun sabiendo el terremoto que con ello desencadenar¨ªa no s¨®lo en lo religioso, sino tambi¨¦n en lo civil, porque ?se hab¨ªa producido una tal identificaci¨®n y confusi¨®n entre las dimensiones socio-pol¨ªticas y las religiosas que cualquier cambio en el campo religioso ten¨ªa irremediablemente profundas repercusiones pol¨ªticas?. Aunque el instinto de fe de los cat¨®licos espa?oles fue m¨¢s fuerte que el instinto de conservaci¨®n de las propias idiosincrasias hist¨®ricas, ello no evit¨® -manifest¨® el cardenal Taranc¨®n- un ?largo, complicado, doloroso y no pocas veces conflictivo proceso?.
Tras citar algunos documentos o actitudes del Episcopado espa?ol en la d¨¦cada 1965-75 -?no para pasar facturas o enarbolar m¨¦ritos, sirio como expresi¨®n de la nueva postura conciliar de la Iglesia espa?ola?-, el cardenal Taranc¨®n destac¨® las motivaciones estrictamente religiosas de estos cambios y expres¨® su esperanza de que, aunque estos ¨²ltimos hab¨ªan disminuido la influencia y el poder de la Iglesia en determinados ambientes e instituciones, en otros haya ganado mayor credibilidad.
Respecto al presente y al futuro de la Iglesia espa?ola, el cardenal Taranc¨®n expres¨® su opini¨®n de que ¨¦sta debe asignarse unos objetivos claros, que sean capaces de movilizar a los cat¨®licos, aunque tales objetivos no se confunden con ?la recuperaci¨®n de posiciones de privilegio o de poder?. A este, respecto, el cardenal de Madrid reiter¨® su conocida tesis de que la Iglesia es independiente, quiere ser independiente y est¨¢ decidida a ser independiente tanto de la gesti¨®n pol¨ªtica como de todos y cada uno de los partidos pol¨ªticos. ?La Iglesia -dijo- que nunca mir¨® con temor la llegada de la democracia y que tampoco hoy la mira con temor alguno, no patrocina, dirige o apoya a ning¨²n grupo pol¨ªtico, sea el que sea. La Iglesia respeta, y lo hace gozosamente, las decisiones del pueblo espa?ol manifestadas en futuras elecciones y est¨¢ dispuesta a convivir y a colaborar con cualquier grupo pol¨ªtico que respete y promueva los derechos del hombre.?
Esto, naturalmente, no quiere decir que la Iglesia renuncie a tener una presencia en los problemas de la comunidad, pero para ello no necesita un ?tratamiento jur¨ªdico espec¨ªfico?.
El cardenal Taranc¨®n declar¨® en la cena-coloquio que sigui¨® a la conferencia que en este momento desconoc¨ªa cu¨¢l podr¨ªa ser la postura de la Iglesia en el caso de que se implante el divorcio civil en Espa?a. ?Llegado el momento se ver¨ªa?, a?adi¨®.
El coloquio se desarroll¨® en un clima circunspecto y con escaso inter¨¦s period¨ªstico, tanto por el hecho de que las preguntas fueron formuladas por intermedio del presidente del Club Siglo XXI, Antonio Guerrero Burgos, como por las respuestas muchas veces ambiguas y confusas del cardenal.
Sin embargo, en el tema del aborto, el cardenal de Madrid fue tajante y claro: ?Si se plantea no nos quedar¨ªamos callados -dijo-, lo digo con honradez y sinceridad, pues para la Iglesia la vida es un bien sagrado.? Respecto a las diversas actitudes que puede haber entre los cat¨®licos en torno a la llamada ?batalla de la ense?anza?, el cardenal respondi¨® que en este tema no ve dificultad para que exista el pluralismo dentro de los cat¨®licos y que se conformar¨ªa con que la libertad de ense?anza reconocida en la Constituci¨®n se llevara a cabo con todas las connotaciones de los textos internacionales sobre el tema.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.