Una victoria para Europa

La consistencia del eje Bonn-Par¨ªs, propiciado sobre todo por el canciller germano, Schmidt, faculta a los m¨¢ximos dirigentes europeos a estar representados en la cumbre mundial del pr¨®ximo fin de semana, a la que s¨®lo acudir¨¢n f¨ªsicamente cuatro jefes de Estado o de Gobierno de los integrados en la CEE. La unificaci¨®n monetaria, auspiciada sobre todo por el canciller federal, constituye algo m¨¢s que una alternativa t¨¦cnica al desorden monetario mundial. Es en s¨ª misma la primera concepci¨®n real y ponderada de plasmar en t¨¦rminos concretos la consecuci¨®n de ese objetivo llamado Europa.Helmut Schmidt, h¨¢bilmente secundado por Giscard, ser¨¢, con toda certeza, el portavoz de un planteamiento europeo ante las graves dificultades por las que atraviesa la econom¨ªa occidental frente al bloque norteamericano -EEUU y Canad¨¢- y la postura japonesa, que se perfila de d¨ªa en d¨ªa como la ¨²nica a defender en solitario. Y ello, con las discretas reticencias de los otros dos socios europeos presentes en Bonn: Gran Breta?a e Italia, que ya en Bremen han expuesto sus reservas frente a los proyectos franco-alemanes. Gran Breta?a, por tanto, considera delicada su posici¨®n en v¨ªsperas electorales, e Italia porque es consciente de que en cualquier alternativa resultante posee el m¨¢s elevado tanto por ciento de ?bailar con la m¨¢s fea? y busca compensaciones. De hecho, la situaci¨®n ?taliana es absolutamente inferior a la de sus ?colegas?, y lo ¨²nico que les cabe es invocar sistem¨¢ticamente a la solidaridad continental, como, de hecho, no ha cesado de plantear Andreotti en sus declaraciones,

No ser¨ªa l¨ªcito ocultar, en base al escepticismo que pueda provocar el largo plazo fijado para la aplicaci¨®n de los acuerdos, la importancia del documento final de la conferencia. M¨¢s que una declaraci¨®n de intenciones, el documento suscrito revela una voluntad firme de sustraer a Europa en lo posible de dominios, avatares y circunstan cias extraeuropeas, quebrando as¨ª una tradici¨®n de varias d¨¦cadas. Huelga, sin embargo, echar las campanas al vuelo. Aun siendo crucialmente revelador, el cambio de actitud germana -al que habitualmente se ha sumado el presidente franc¨¦s- no puede ser tomado como definitivo.

Europa se sentar¨¢, pues, con un criterio fijo en.la mesa de conversaciones de Bonn los pr¨®ximos 16 y 17. M¨¢s all¨¢, en el calendario de debates de los distintos consejos de ministros sectoriales de la CEE, resta el planteamiento y discusi¨®n de los aspectos t¨¦cnicos y pormenores espec¨ªficos de aplicaci¨®n de la filosof¨ªa elegida.

Y no hay por menos que rese?ar que, igualmente, por primera vez en las cumbres comunitarias, el criterio sostenido de que la adhesi¨®n de nuevos pa¨ªses deber¨¢ ir precedida de dilatados per¨ªodos de adaptaci¨®n se ha expuesto simult¨¢neamente con la voluntad de integrar paulatinamente a los candidatos -Grecia, Portugal y Espa?a- a los planteamientos de futuro que elabore la Comunidad. As¨ª, la unificaci¨®n monetaria prev¨¦, desde este su primer e incipiente eslab¨®n, la posibilidad de que aquellos pa¨ªses aspirantes al ingreso puedan decidir libremente su incorporaci¨®n plena, asumiendo todos los compromisos en igualdad de condiciones que los actuales miembros del ?club?.