Teatro filmado y montaje publicitario

El Richard Lester que, aplicando al cine una t¨¦cnica -especialmente un montaje- descaradamente publicitario, consigui¨® deslumbrar -despistar- a gran parte de la cr¨ªtica de los sesenta, pas¨® por ser un renovador, una especie de Alain Resnais de g¨¦neros ligeros, hasta que el tiempo cay¨® sobre sus pel¨ªculas m¨¢s implacable de lo habitual: inconveniente de ser tan moderno.A medida que Lester ha ido desprendi¨¦ndose de todos los tics que hac¨ªan su molesta originalidad, sus pel¨ªculas han ganado consistencia, y as¨ª sus ¨²ltimos trabajos nos muestran a un nuevo Lester, menos alocado, menos gratuito, m¨¢s cl¨¢sico. Juggernaut, The Ritz y, sobre todo, Robin y Marian testimonian una madurez lenta y aparatosamente alcanzada.

Como El knack y Golfus de Roma, The Ritz est¨¢ basada en tina obra teatral, adaptada por el autor, que obtuvo un notable ¨¦xito en Broadway. Una obra de moda, sobre un tema de moda -la homosexualidad- y dirigida por un realizador que, pese a todo, no ha dejado de estar de mo da. Aunque toda la acci¨®n de la pel¨ªcula transcurra en el Ritz, un delirante hotel para homosexuales, su tema no es la marginaci¨®n homosexual. The Ritz no es una pel¨ªcula de reivindicaciones lloronas, ni un himno gay, no. Sino una puesta al d¨ªa de la cl¨¢sica comedia de enredo: un personaje introducido accidentalmente en un medio que no es el suyo y la avalancha de equ¨ªvocos que el desarrollo de esta situaci¨®n inicial provoca.

The Ritz no logra en ning¨²n momento hacernos olvidar su origen teatral y Richard Lester no aprovecha del todo el materialque tiene entre las manos, especialmente un decorado cuyas posibilidades c¨®micas eran infinitas. El gui¨®n, poco cinematogr¨¢fico, construye su humor sobre la situaci¨®n y el di¨¢logo, los gags visuales son escasos.

Pese a todo, la puesta en escena de Lester es impecable y la direcci¨®n de actores tradicional y efectiva, destacando en el reparto Rita Moreno que, con su enloquecida mezcla de ingl¨¦s y castellano, logra algunos momentos de los m¨¢s divertidos.

The Ritz nos confirma a un Richard Lester que parece haber abandonado definitivamente -afortunadamente- ciertos ejercicicos narcisistamente personales para poner su experiencia y su oficio al servicio de tramas bien urdidas, un artista que se ha encontrado a s¨ª mismo en el trabajo de encargo. Cosas del cine.