Una versi¨®n de democracia vigilada
Cuando el 15 de febrero de 1972 las fuerzas armadas de Ecuador destituyen, una vez m¨¢s, al presidente Velasco Ibarra, cinco veces elegido y cuatro derrocado, hab¨ªa sido ya designado desde hac¨ªa tiempo como sucesor el general Guillermo Rodr¨ªguez Lara, comandante jefe del Ej¨¦rcito. El momento de la toma de poder militar, con cancelaci¨®n de elecciones, hab¨ªa sido cuidadosamente elegido: coincid¨ªa con la entrada en servicio del oleoducto Amazonia- Pac¨ªfico, que permitir¨ªa al pa¨ªs exportar 200.000 barriles de petr¨®leo al d¨ªa, con el consiguiente relanzamiento de la econom¨ªa que establecer¨ªa un cierto acuerdo social entre los tres grupos tradicionalmente en pugna: terratenientes, industriales de Quito y comerciantes de Guayaquil.Rodeado de j¨®venes tecn¨®cratas conquistados por las ideas ?nacionalistas y revolucionarias ? de los militares y apoyado en la Marina y en elementos progresistas del Ej¨¦rcito, Rodr¨ªguez Lara hizo entrar a su pa¨ªs en la OPEP Y reforz¨® la compa?¨ªa nacional de petr¨®leos CEPE. Concedi¨® sin embargo, en el a?o 75, reducciones arancelarias a la Texaco y a la Gulf, y rechaz¨® la oferta de la URSS de compra de 100.000 barriles de petr¨®leo al d¨ªa. Dio, asimismo, marcha atr¨¢s a un principio de relaciones con Cuba.
Sin embargo, ninguna de las reformas internas, como la agraria. fue abordada. Los sindicatos reclamaban subidas del 50% y fuerzas conservadoras se aliaban frente a las reformistas, que ped¨ªan libertades pol¨ªticas. Pese a las reformas prometidas a ra¨ªz del golpe de Estado fracasado del general Alvear, y ante el aumento del descontento general Rodr¨ªguez Lara tuvo que dimitir, el 2 de enero de 1976, y tom¨® el poder una junta militar compuesta por los jefes de Estado Mayor de los tres Ej¨¦rcitos, generales Dur¨¢n y Leero y almirante Poveda.
La nueva junta anunci¨® su intenci¨®n de llevar al pa¨ªs a una democracia realmente representativa: elaboraci¨®n de nueva Constituci¨®n. ley electoral, que dej¨® fuera a los tres candidatos m¨¢s representativos; ley de partidos pol¨ªticos, que no legaliza a muchos de ellos; elecciones y amnist¨ªa para civiles de oposici¨®n.
Sin embargo, desde principios del 77 la contestaci¨®n pol¨ªtica aumenta: diecis¨¦is obispos son expulsados de Riobamba, se realiza una huelga general en el mes de mayo y una huelga de trabajadores del az¨²car en Aztre, en el mes de octubre, finaliza con veinticinco muertos.
Un refer¨¦ndum, en febrero de este a?o, aprob¨® la Constituci¨®n, que s¨®lo entrar¨¢ en vigor cuando tome posesi¨®n el nuevo presidente.
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