El Plan Energ¨¦tico Nacional, el Parlamento y la pol¨ªtica econ¨®mica
Secretario general de la Junta Superior de Precios
Desde hace varios meses, apareciendo y desapareciendo, como una especie de Guadiana de la pol¨ªtica econ¨®mica espa?ola, el PEN se asoma a las p¨¢ginas econ¨®micas de los diarios, se apunta en los ?chequeos? que los partidos de la oposici¨®n hacen al cumplimiento de los Pactos de la Moncloa, surge, incluso, en la peque?a pantalla y vuelve a sumergirse en terrenos desconocidos, dejando en la superficie una serie de rumores y alusiones a ?ahorros energ¨¦ticos?, ?balanza de pagos?, ?energ¨ªas alternativas?, ?centrales nucleares? y ?precios realistas? o ?precios disuasorios?.
El recibo de la luz
Estos t¨¦rminos t¨¦cnicos esconden -como pueden y hasta donde pueden- que el PEN es algo que se va a traducir en el ?recibo de la luz?, en el coste de la calefacci¨®n (propietarios e Inquilinos), en el precio de la gasolina, en las bombonas de butano y en la cesta diaria de la compra, por referirse s¨®lo a las realidades m¨¢s cotidianas y dom¨¦sticas.
Ser¨ªa deseable, para empezar, que las explicaciones aisladas que del PEN se van ofreciendo, se despojaran de la brillante t¨²nica que las envuelve y se presentaran de forma m¨¢s sencilla a la opini¨®n p¨²blica. Y no s¨®lo a ella, sino tambi¨¦n a los partidos pol¨ªticos de la oposici¨®n que dan la impresi¨®n de jugar hoy a ?pillar en falta? al Gobierno UCD -por no haber cumplido, en este aspecto, los Pactos de la Moncloa- y pueden encontrarse ma?ana con la irritaci¨®n de sus electores ante un nuevo empuj¨®n oficial al Indice de Precios al Consumo que pesar¨¢, especialmente, sobre las econom¨ªas m¨¢s d¨¦biles. No va a resultar f¨¢cil para estos partidos explicar su insistencia (digna de mejor causa) en que se apruebe el Plan Energ¨¦tico; es decir, en que los trabajadores que viven en el cintur¨®n perif¨¦rico de las grandes ciudades paguen m¨¢s caro el ?calor negro? de sus hogares, m¨¢s cara la bombona de butano, m¨¢s cara la gasolina de los utilitarios en sus desplazamientos laborales... Ni siquiera van a tener el consuelo de penalizar, en la misma medida, a la ?oligarqu¨ªa? -por utilizar el lenguaje sumario de la izquierda- pues es obvio que los precios de la energ¨ªa, por altos que resulten, nunca ser¨¢n ?disuasorios? para los consumos energ¨¦ticos de esa oligarqu¨ªa, real o supuesta.
Beneficios, ?para qui¨¦n?
Por otra parte, los precios disuasorios que se anuncian, pueden suponer un buen bocado para las empresas suministradoras, a menos que se instrumenten medidas de intervenci¨®n adecuadas para que esta ?plusval¨ªa? revierta al Sector P¨²blico que la genera con su pol¨ªtica. Nuestra izquierda -que vive en el mejor de los consensos- todav¨ªa no ha dicho una palabra sobre estas posibles medidas.
Quiz¨¢ se est¨¢ reservando para la intervenci¨®n en el Parlamento. El problema est¨¢ en que puede llegar tarde o quedar h¨¢bilmente marginada en una catarata de cifras y abstracciones. No ser¨ªa la primera vez.
En efecto, seg¨²n se dice, el PEN va a presentarse pr¨®ximamente a las Cortes, pero previa o simult¨¢neamente el Gobierno se dispone a aprobar una subida general de los precios de los productos energ¨¦ticos que ser¨ªa la primera fase o la traducci¨®n concreta en el a?o 1978 de las previsiones generales del Plan Energ¨¦tico.
El tratamiento parlamentario de una serie de principios generales, de objetivos y de previsiones a medio plazo, sobre demanda, consumo, importaciones, sustituciones, etc¨¦tera, dar¨ªa presumiblemente poco juego. Se tratar¨ªa de un tema para los especialistas de los diversos grupos parlamentarios en el que se. cruzar¨ªan, a alto nivel de abstracci¨®n, fuegos artificiales que acabar¨ªan fatalmente coincidiendo en un f¨¢cil consenso sobre la necesidad de reducir el ritmo creciente de las importaciones de petr¨®leo, de moderar los consumos, de estimular la producci¨®n nacional de energ¨ªa y de favorecer la inversi¨®n en las nuevas fuentes energ¨¦ticas. Algunos toques discretos sobre el tema - pol¨¦mico - de - las - centrales - nucleares - que - ya - est¨¢ - decidido - en - nuestro - entorno - industrial y algunas alusiones a la ?nacionalizaci¨®n del sector energ¨¦tico? podr¨ªan completar el cuadro. Entretanto el p¨¢jaro de la Pampa, que -seg¨²n recordaba Ortega- en un lao pega los gritos y en otro pone los huevos, le habr¨ªa dado un buen susto al pa¨ªs. Y, adem¨¢s, irremediable.
Mientras, puede pensarse, sin grave riesgo de error, que las previsiones del PEN solemnemente aprobadas ahora, tendr¨ªan escasa virtualidad operativa para el futuro, no puede decirse lo mismo de una subida de precios energ¨¦ticos que, en la coyuntura actual, resulta particularmente inoportuna. Lo malo del PEN no son sus objetivos generales, tan inocentes como los contenidos en cualquier otra declaraci¨®n de intenciones. Lo grave es el apoyo log¨ªstico y pretendidamente t¨¦cnico que presta a una subida de precios, aqu¨ª y ahora. Un Plan Energ¨¦tico de ciencia-ficci¨®n que se olvidar¨ªa pronto, si no fuera por sus consecuencias inmediatas.
Las subidas, discutibles
La necesidad de una racionalizaci¨®n de la pol¨ªtica energ¨¦tica -incluso en el aspecto de los precios relativos de los distintos productos y de su posible homologaci¨®n con los europeos- es algo que no puede discutirse. Pero este objetivo, muy importante sin duda, no lo es hoy tanto como asegurar, en lo posible, los resultados que se esperan de la contenci¨®n de la inflaci¨®n. Subir los precios de los productos energ¨¦ticos, en las proporciones en que se rumorea, podr¨ªa suponer, quiz¨¢, tres o cuatro puntos en el Indice de Precios al Consumo, por incidencia directa e indirecta. En otros t¨¦rminos, acabar el a?o con una inflaci¨®n del orden del 16% podr¨ªa ser un casi ¨¦xito, derivado de la pol¨ªtica sancionada en los Pactos de la Moncloa. Llegar al 20% ser¨ªa un casi-desastre. En este estrecho margen de tres o cuatro puntos de inflaci¨®n se est¨¢ jugando el pa¨ªs muchas cosas decisivas.
Los partidos de la oposici¨®n, si despiertan a tiempo de su letargo energ¨¦tico, deber¨ªan pedir al Gobierno.
1.? Que no se acuerde ninguna subida de precios de productos energ¨¦ticos sin que previamente se haya presentado a las Cortes el PEN.
2.? Que el PEN, a discutir y aprobar en el Parlamento, contenga, junto a los objetivos generales, sus consecuencias concretas para el a?o 1978.
3.? Que el PEN se subordine a los objetivos prioritarios de la pol¨ªtica econ¨®mica general y, de manera m¨¢s concreta, a la gran tarea nacional de doblegar la Inflaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.