Dif¨ªcil di¨¢logo entre Rabat y el nuevo r¨¦gimen mauritano
El nuevo presidente mauritano, Mustafa Mohamed Uld Salek, puede viajar a Rabat esta semana para un intercambio de puntos de vista con las autoridades marroqu¨ªes. La agenda de esa visita, no confirmada oficialmente, fue preparada por el ministro del Exterior, Cheikhna Uld Laghdaf, durante su reciente entrevista con el rey Hassan II.A pesar de las afirmaciones tranquilizadoras formuladas por Cheikhna poco despu¨¦s de su regreso -?Ios que buscan la paz sin Marruecos se equivocan?-, la impresi¨®n es que los primeros di¨¢logos con los marroqu¨ªes han sido dif¨ªciles. Ello no obstante se explica por la importancia de la decisi¨®n mauritana de acabar la guerra, que aunque no ha sido explicitada puede evidentemente suponer incluso la revisi¨®n de los acuerdos de Madrid, si no en el fondo, en la forma.
Desde el punto de vista interno, la orientaci¨®n liberal del nuevo regimen es ratificada por las medidas previstas, tales como la eliminaci¨®n del monopolio de la importaci¨®n y exportaci¨®n de art¨ªculos de primera necesidad, controlados hasta ahora por Sonimex, que aparentemente ser¨¢ disuelta; la ouiya, moneda local, tiende a hacerse convertible, as¨ª como la reorganizaci¨®n del sector econ¨®mico y bancario.
Algunos representantes del antiguo r¨¦gimen, como Tijani Okarim, ex presidente del Consejo Superior de la Juventud, y Mohamed Ali Cherif, ex secretario general de la antigua presidencia, fueron liberados el s¨¢bado.
El coronel M'Barek Uld Buna Mujtar, el militar mauritano de mayor graduaci¨®n y marginado del golpe del 10 de julio, ha recuperado sus antiguas funciones, aunque al parecer con car¨¢cter honor¨ªfico.
En lo que concierne al problema principal, la guerra, la simpat¨ªa del mauritano de la calle hacia los polisarios est¨¢ fuera de toda duda. La poblaci¨®n se inclina a pensar que el pa¨ªs puede temer a Marruecos y Argelia, pero que con los saharauis un acuerdo es posible.
El ataque polisario contra las tropas marroqu¨ªes cerca de Dakhla, el pasado d¨ªa 13, debe advertir a todos que la tregua decidida por los polisarios s¨®lo concierne a Mauritania. El jueves, el rey Hassan II de Marruecos hab¨ªa declarado a Par¨ªs Match que ?vivos y muertos, los marroqu¨ªes, hasta el ¨²ltimo, deber¨¢n sacrificarse para no tener entre ellos y Africa negra un r¨¦gimen . que no sea cooperativo y que vaya en el mismo sentido que Marruecos?.
Esta actitud, que no es nueva, cobra un sentido particular hoy, cuando se especula con la posibilidad de que una salida a la guerra fuese la creaci¨®n de una confederaci¨®n isl¨¢mica saharaui-mauritana. Esta tesis puede ser muy bien sostenida por Argelia, y en cualquier caso, fue comentada en privado favorablemente por el coronel argelino Slimane Hofman hace unas semanas en Belgrado.
Es cierto no obstante, y aqu¨ª en Nuakchott esta visi¨®n comienza a cobrar fuerza, que acabar con la guerra requiere necesariamente sentar a las cuatro partes, Argelia y Polisario incluidos, en una misma mesa de negociaciones sin condiciones previas.
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