La CEE, preocupada por la salud econ¨®mica de Jap¨®n
Con argumentos de buena voluntad y con deseo de mostrarse convincente, el primer ministro japon¨¦s, Takeo Fukuda, se entrevist¨® ayer en Bruselas con el presidente de la Comisi¨®n Europea, Roy Jenkins. Justo despu¨¦s de veinticuatro horas del fin de la cumbre de las siete primeras potencias econ¨®micas occidentales, celebrada el pasado domingo y lunes en Bonn, Fukuda visit¨® la sede de la Comisi¨®n de las Comunidades Europeas en Bruselas. Al margen de ser la primera estancia en la historia de la CEE de un primer ministro japon¨¦s (hace unos meses fue la primera visita del presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter), destaca la importancia del cap¨ªtulo econ¨®mico-comercial que enfrenta a japoneses y europeos.
Takeo Fukuda repiti¨® en Bruselas las tesis expuestas horas antes en la cumbre de Bonn. Reactivaci¨®n econ¨®mica en Jap¨®n, con un crecimiento para 1979 del 7%, reducci¨®n del excedente de la balanza de pagos, apertura de importaciones y limitaci¨®n de exportaciones.?Todos estamos en el mismo barco y somos conscientes de que hay que encontrar soluciones?, declar¨® Fukuda, en conferencia de prensa conjunta con el presidente Jenkins. No perdi¨® la oportunidad de recordar que los esfuerzos japoneses ser¨¢n innecesarios ?si los dem¨¢s pa¨ªses no reducen sus ¨ªndices de inflaci¨®n?.
?Pensamos reactivar la demanda interior, importar uranio enriquecido, petr¨®leo y aviones y triplicar nuestra ayuda a pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo?, dijo el primer ministro japon¨¦s. Los buenos prop¨®sitos de Takeo Fukuda dejan esc¨¦pticos, por el momento, a los medios comunitarios. Contrastan cifras de la ¨²ltima evoluci¨®n de comercio entre Jap¨®n y los nueve del Mercado Com¨²n. Las dificultades de negociaci¨®n, a nivel pr¨¢ctico, para reducir el d¨¦ficit comercial de la CEE con Jap¨®n (5.200 millones de d¨®lares de d¨¦ficit para el a?o en curso) no encontraron salida, por el momento, ni en las negociaciones permanentes entre Tokio y Bruselas ni en las conversaciones multilaterales del GATT, en Ginebra, donde Jap¨®n juega una baza dura en cuanto a concretar facilidades piara abrir sus fronteras a productos europeos.
El anuncio ayer, en Tokio, de una progresi¨®n de 2.400 millones de d¨®lares del excedente de la balanza comercial para el mes de junio deja un tanto perplejos a los comunitarios, que temen sea dif¨ªcil cambiar la orientaci¨®n del comercio japon¨¦s, base de su buena salud econ¨®mica. Fukuda ?moder¨®? los ¨¢nimos y las cr¨ªticas en la sede de la CEE, alegando que, en el primer trimestre del a?o en curso, las exportaciones CEE hacia Jap¨®n aumentaron el 36%, mientras las exportaciones japonesas hacia los nueve s¨®lo lo hicieron el 19%.
Al margen de las cifras, que cada bando maneja un tanto a su aire, y que depende seg¨²n se calculen con d¨®lares ?devaluados?, como hacen en Bruselas, o en yens ? revalorizados ?, lo cierto es ,que Jap¨®n sigue siendo el ?punto negro? para los responsables comunitarios. No logran concluir acuerdos para eliminar las complejas y r¨ªgidas normas administrativas japonesas a la importaci¨®n (m¨¢s eficaces que los propios aranceles), ni tampoco frenar el crecimiento de la penetraci¨®n de productos ?made in Japan? en la CEE, con competencia directa a sectores industriales muy sensibles en Europa, como el autom¨®vil, la electr¨®nica y la mec¨¢nica de precisi¨®n. La ?hist¨®rica?, por lo inhabitual, visita de Fukuda a la Comisi¨®n Europea y, sobre todo, sus compromisos frente a la cumbre de Bonn podr¨ªan ser el inicio de un cambio de actitud japonesa. Sobre todo si Takeo Fukuda, con elecciones generales a la vista dentro de cuatro meses, no olvida sus promesas.
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