La ca¨ªda del Gobierno portugu¨¦s parece cuesti¨®n de horas

El primer ministro portugu¨¦s se mostr¨® ayer decidido a presentar su renuncia si los ministros dem¨®cratas cristianos se retiran del Gobierno, con lo que parecen ya escasas las posibilidades de subsistencia del segundo Gobierno de Mario Soares, formado por socialistas y democristianos del CDS hace seis meses.A pesar de los esfuerzos insistentemente desarrollados por los dirigentes de los dos partidos de la coalici¨®n y de las declaraciones tranquilizadoras de Mario Soares, las posiciones respectivas est¨¢n m¨¢s distantes que nunca, en v¨ªsperas de la reuni¨®n de la comisi¨®n pol¨ªtica del CDS que deber¨¢ pronunciarse definitivamente sobre la permanencia, o no, de los tres ministros y cinco secretarios de Estado de este partido en el gabinete Soares.

El dirigente socialista reiteraba ayer, en una entrevista publicada por el semanario O Jornal, considerado como cercano a las posiciones de la izquierda socialista, la negativa de los socialistas a ?discutir sobre personas? en vez de sobre pol¨ªtica. El mismo semanario afirmaba, citando fuentes de la direcci¨®n del PS, que, en opini¨®n de ¨¦ste, cualquier eventual sustituci¨®n en el gabinete no podr¨ªa producirse antes de algunos meses. Por su parte, los dem¨®cratas cristianos est¨¢n en cierta medida presos a las afirmaciones intransigentes formuladas en relaci¨®n al menos a un ministro, el de Agricultura, y podr¨¢n dif¨ªcilmente retroceder, si no se produce, como dec¨ªa Freitas do Amaral ?alg¨²n elemento nuevo y de importancia? antes de la reuni¨®n de la comisi¨®n pol¨ªtica.

Todo inclina a pensar, pues, que los dem¨®cratas cristianos se retirar¨¢n y en este caso Mario Soares est¨¢ decidido a presentar su renuncia. El secretario general del Partido Socialista admite que la ¨²nica salida ser¨¢ entonces la disoluci¨®n del Parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones generales, que no podr¨¢n tener lugar antes del final de a?o. En efecto, los diputados deben a¨²n pronunciarse sobre la nueva ley electoral y es preciso actualizar las listas electorales actuales, que datan de 1975.

Mario Soares descarta, en efecto, toda soluci¨®n provisional: los socialistas no aceptar¨¢n entrar de nuevo en una coalici¨®n con el CDS, aunque ¨¦ste no denuncie unilateralmente el pacto de febrero pasado. Tampoco les parece aceptable una soluci¨®n acariciada por los comunistas y un sector de la izquierda socialista y que consistir¨ªa en una vuelta a un gabinete socialista monocolor. Este, deshechas las ilusiones de poder atraerse el apoyo de los socialdem¨®cratas del PSD, estar¨ªa dependiente del apoyo, o por lo menos de la neutralidad colaborante de los comunistas. Pero, por razones obvias de pol¨ªtica interna y externa, Mario Soares no puede tomar el riesgo de resucitar, aunque sea s¨®lo aparentemente, la ?mayor¨ªa de izquierda?.

Tampoco parece probable que el presidente Eanes reclame para s¨ª la soluci¨®n, designando un ?gabinete presidencialista?. En estas circunstancias, las elecciones anticipadas ser¨ªan, en la ¨®ptica socialista, el mal menor. El PS puede esperar beneficiarse de la actual divisi¨®n de la derecha, y atribuirse la defensa del r¨¦gimen democr¨¢tico, acusando a sus aliados de la responsabilidad de la crisis.

La perspectiva de las elecciones estar¨ªa ya haciendo reflexionar a los grupos de presi¨®n que m¨¢s empujaron el CDS a la ruptura y que aconsejar¨ªan ahora al CDS la moderaci¨®n y a la busca de una soluci¨®n de compromiso.