Hua Kuo-feng intenta lanzar a Rumania y Yugoslavia contra ¨¦l "hegemonismo" de la URSS

La visita del jefe del PC y del Gobierno chino, Hua Kuo-feng, a Rumania, hacia donde inici¨® viaje ayer, y la que seguir¨¢ a Yugoslavia, se considera en ambos pa¨ªses como, ?muy oportuna?. El viaje se efect¨²a tras la cumbre de pa¨ªses no alineados celebrada en Belgrado, hace quince d¨ªas y en la que los ministros de Asuntos Exteriores de los ?sin bloque? se adhirieron a la llamada ?cl¨¢usula antihegem¨®nica?, que ahora incluye Pek¨ªn sistem¨¢ticamente en sus acuerdos con otros pa¨ªses ya que va dirigida expresamente contra la URSS.

Mientras se desarrolla entre bastidores en Bucarest una serie de conversaciones, las especulaciones se orientan hacia si Ceaucescu, como Tito, acceder¨¢ a mantener sus contactos con su colega chino a nivel de partidos, no ya de pa¨ªses. En este aspecto se dice que la visita de Hua Kuo-feng a los Balcanes significa un paso decisivo hacia el objetivo de cercar ideol¨®gicamente a la URSS. La figura que presenta hacia el exterior el Kremlin es en estos momentos de gran debilidad interna y de progresiva desconfianza en el Tercer Mundo, seg¨²n el embajador norteamericano Young. La escalada exterior de China pretende ser de distinta especie, pero no menos efectiva (el pr¨®ximo a?o, por ejemplo, acudir¨¢n a las universidades alemanas m¨¢s de quinientos estudiantes chinos). La iniciativa exterior china que representa el viaje de Hua a Bucarest y Belgrado, con regreso por Teher¨¢n, parece que ser¨¢ muy distinta a la que convirti¨® hace dos d¨¦cadas largas a Albania en basti¨®n antisovi¨¦tico en la propia pen¨ªnsula de los Balcanes. Se da por seguro que en esta ocasi¨®n Hua tratar¨¢ de convertir a sus colegas rumano y yugoslavo en antisovi¨¦ticos activos, porque tal situaci¨®n podr¨ªa significar una provocaci¨®n peligrosa a la URSS en un momento en el que, para superar la ?debilidad del mando? del Kremlin, Brejnev podr¨ªa optar por soluciones de rompe y rasga. En cuanto a una adhesi¨®n formal de ambos pa¨ªses socialistas europeos a la ?cl¨¢usula antihegemonista?, tampoco parece que se fuerce este respaldo, ya que ambos pa¨ªses han dado muestras de resistirse al hegemonismo sovi¨¦tico.

Las relaciones entre Pek¨ªn, por un lado, y Belgrado y Bucarest, por otro, se han concretado apreciablemente desde el viaje de Tito a Pek¨ªn, en septiembre de 1977, y desde el de Ceaucescu a la capital china, en mayo pasado. Entonces, Tito dej¨® abierto el tema de las relaciones a nivel de partido, porque a¨²n no parec¨ªa claro si China estaba dispuesta a considerar suficiente la postura de ?Independencia? de Yugoslavia respecto de Mosc¨².

Ceaucescu tambi¨¦n subray¨® que no deseaba situar sus relaciones con la URSS en un plano pol¨¦mico, aunque de hecho se propusiese ganar autonom¨ªa en su pol¨ªtica exterior. Indirectamente, parece tratarse de llevar a la pr¨¢ctica lo que significa la ?cl¨¢usula antihegem¨®nica? en un sector de pa¨ªses socialistas, aunque sin citar expresamente este objetivo. La iniciativa rumana de una nueva conferencia de partidos comunistas europeos occidentales y orientales, como la ¨²ltima de Berl¨ªn, es un proyecto que tambi¨¦n se encuadra en el contexto de la visita de Hua Kuo-feng a Bucarest.