Los cardenales m¨¢s influyentes el pr¨®ximo c¨®ncIave
El nombre del futuro Papa est¨¢ en manos de s¨®lo siete personas, pr¨¢cticamente. Son los ?grandes electores?, los cardenales m¨¢s influyentes del sacro colegio, jefes de fracciones o con gran poder de influencia sobre sus compa?eros; en Roma los llaman ya ?los siete magn¨ªficos?: Pericle Felici, Sergio Pignedoli, Jean Villot, Giovanni Benelli, Hugo Poletti, Jan Willebrands, y Agnello Rossi. No es que sean los papables. s¨®lo algunos pretenden ser Papa, pero ellos son quienes, como los electores del Sacro Imperio Germ¨¢nico, decidir¨¢n qu¨¦ persona ser¨¢ Pont¨ªfice.Pericle Fellici, de 67 a?os, prefecto del Tribunal Supremo de la ?Segnatura? Apost¨®lica, presidente de la Comisi¨®n para la Reforma del Rito Can¨®nico, gran fama de jurista, autor de poes¨ªas en lat¨ªn de tema apost¨®lico. Est¨¢ considerado hombre de derechas, que ha recogido la herencia del cardenal Ottaviani (excluido por su edad) como l¨ªder del ala tradicionalista de la Iglesia. La candidatura que apoya es la de Stefan Wyszynsky, 77 a?os, anticomunista intransigente, primado de Polonia; cuenta para ¨¦l con los votos de los cardenales polacos y norteamericanos, muy preocupados por la falta de reacci¨®n del Vaticano ante el pacto parlamentario entre la Democracia Cristiana y el Partido Comunista italiano.
Sergio Pignedoli, 68 a?os, cardenal desde hace cinco, presidente del Secretariado Vaticano para los no Cristianos, es el favorito de esta carrera hacia el papado, en la que se presenta como candidato, pero tiene la oposici¨®n implacable de Felici, que lo llama ?el rojo volador? por los 127.000 kil¨®metros (casi cuatro vueltas al mundo) que ha recorrido Pignedoli en busca de di¨¢logo. Amigo ¨ªntimo de Pablo VI, Pignedoli cuenta con el apoyo de la mayor¨ªa de los cardenales del Tercer Mundo y con el de Agnello Rossi, otro de los siete grandes. Desde hace tiempo piensa que es el leg¨ªtimo heredero de Pablo VI, y se dice que luch¨® por conseguir la Secretar¨ªa de los no Cristianos s¨®lo para organizar el di¨¢logo con los musulmanes, y poder as¨ª coincidir con las profec¨ªas de Malaqu¨ªas. que dice que el pr¨®ximo Papa ser¨¢ ?el de la media luna?. Cuando hace un par de a?os le apuntaron a Pignedoli, en Tr¨ªpoli, la analog¨ªa de su cargo con la profec¨ªa, contest¨®: ?No creo en la profec¨ªa. pero s¨¦ que estas cosas tienen un gran poder de sugesti¨®n.? El mayor h¨¢ndicap de Pignedoli parece ser precisamente su amistad ¨ªntima con Pablo VI y la seguridad generalizada de que ser¨ªa su sucesor nato.
El cardenal Villot, Camarlengo, secretario de Estado, actual regente Y decano en funciones durante el c¨®nclave, parece dispuesto a apoyar la candidatura de Pignedoli y no se te supone, por el momento, con intenci¨®n de presentarse a s¨ª mismo como candidato, quiz¨¢ por el temor de tener que afrontar problemas que le rebasan. ?La Iglesia -dijo hace poco- es como un volc¨¢n en erupci¨®n, y el Papa debe sentarse encima del mismo cr¨¢ter.?
Giovanni Benelli, por su parte, no esta tan dispuesto como Villot a renunciar al papado. El mayor enemigo del actual arzobispo de Florencia en la carrera hacia la silla de San Pedro es, desde luego, Pignedolli, cuya candidatura debe hacer caer Benelli. Su primer intento en este sentido ha sido conseguir la decisi¨®n de los purpurados italianos de no votar a quien no haya tenido una experiencia pastoral como obispo o arzobispo, lo que excluir¨ªa a Pignedolli, que s¨®lo ha sido obispo auxiliar. Pero Benelli tiene la gran desventaja de las enemistades que se ha granjeado en sus nueve a?os en la Secretar¨ªa de Estado; hay cardenales que le reprochan haberles hecho esperar hasta seis meses para conseguir una audiencia con el Papa. Las malas lenguas dicen que ha intentado cambiarse el apellido de Benelli por Berelli, para adaptarse a la tradici¨®n, seg¨²n la cual a un Papa sin ?R? en el apellido (Montini) le sigue siempre uno con ?R?.
Ugo Poletti, 74 a?os, vicario de Roma, lo que equivale a ser su obispo efectivo, ya que el Papa no puede atender a su di¨®cesis, y Johannes Willebrands, 69 a?os, arzobispo de Utrech. conocido por ?El holand¨¦s errante?, por sus incesantes viajes durante veinte a?os como secretario y presidente de la Secretar¨ªa Vaticar¨ªa para la Unidad de los Cristianos. corribinaci¨®n del progresismo holand¨¦s con la prudencia adquirida en tantos a?os en la curia romana. Ambos aroyan la candidatura de Benelli, y s¨®lo presentar¨ªan sus propios nombres si la de este ¨²ltimo resultara Imposible de sacar adelante. Entre los tres hay un acuerdo para ?todos para uno y uno para todos?.
Agnello Rossi, 65 a?os, brasile?o. prefecto de Propaganda Fide, su influencia reside en que por su cargo controla el dinero de las misiones. Ha se?alado que el ?gran elector? es el Esp¨ªritu Santo y de momento apoya a Pignedolli, aunque todav¨ªa no ha renunciado a presentar su propio nombre a la candidatura papal.
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