La muerte de Jomo Kenyatta agudiza la lucha por el poder en Kenia
Jomo Kenyatta, presidente vitalicio de Kenia, muri¨® ayer en su residencia costera de Mombasa. Kenyatta, que gobernaba el pa¨ªs desde su independencia de Gran Breta?a en 1963, ?expir¨® pac¨ªficamente en su cama?, seg¨²n la informaci¨®n oficial. El Gobierno de Nairobi ha pedido calma a la naci¨®n en el mensaje que ha dado cuenta de la muerte del presidente. Inmediatamente, asum¨® interinamente la presidencia el vicepresidente, Daniel Arap Moi. La desaparici¨®n de uno de los ¨²ltimos padres de la independencia africana deja abierta la lucha por una sucesi¨®n que puede resultar explosiva. Informan nuestros corresponsales , enviado especial en Dar-Es-Salam, y Angel Santa Cruz, desde Londres.
Kenyatta contaba, al menos, con 85 a?os de edad y aunque figuraba todav¨ªa al frente de los destinos de ese pa¨ªs hab¨ªa confiado el poder al vicepresidente, Daniel Arap Moi, a quien se considera como su sucesor pol¨ªtico. La muerte del presidente de Kenia, uno de los principales dirigentes de la rebeli¨®n Mau Mau en los a?os cincuenta contra el dominio brit¨¢nico, agudiza la pugna entre las dos fraccione pol¨ªticas que intentan desde hace vanos anos controlar los destinos de ese pa¨ªs africano: la dirigida por el citado Arap Moi, miembro de una tribu norte?a minoritaria y la que encabeza el antiguo ministro de Asuntos Exteriores, Njoroge Mungai, enconado rival del anterior, sobrino de Kenyatta y perteneciente, como ¨¦ste, a la dominante etnia kikuyo. Kenyatta fue uno de los primeros dirigentes tribales que preconizaron el uso de la violencia contra los brit¨¢nicos. Integrado en la Asociaci¨®n Kikuyu, que pas¨® a convertirse posteriormente en la Uni¨®n Nacional Africana de Kenia (KANU) tras la independencia lograda en 1963.Panafricano
Pol¨ªticamente, el r¨¦gimen de Kenia se ha declarado partidario de un ?panafricanismo? que mantenga estrechos lazos con las potencias occidentales y repudia el radicalismo de sus vecinos de Uganda y Tanzania, con quienes hab¨ªa constituido en los a?os sesenta la llamada Comunidad del Este de Africa, disuelta pr¨¢cticamente en 1977 tras la decisi¨®n adoptada por Kenia de abandonar su participaci¨®n en la compa?¨ªa a¨¦rea que pose¨ªan los tres pa¨ªses.
Las diferencias entre los dos posibles sucesores de Kenyatta no son de car¨¢cter ideol¨®gico, ya que ninguno de ellos preconiza la transformaci¨®n del sistema social o el abandono de la actual v¨ªa de desarrollo econ¨®mico. Sin embargo, la direcci¨®n del KANU controlada por Arap Moi estima que deben remodelarse los principios pol¨ªticos que rigen a Kenia, con el fin de insertarlos en un nuevo contexto panafricanista.
Seg¨²n la Constituci¨®n, Arap Moi ocupar¨¢ interinamente la presidencia durante un plazo de tres meses destinado a preparar las elecciones que deben determinar el sucesor de Kenyatta. El ex ministro Mungai ha intentado infructuosamente, hacer votar en el Parlamento de Nairobi una moci¨®n que modifique la cl¨¢usula anterior por estimar que el mandato interino es excesivamente largo y da ventajas a su rival.
Un antiguo vicepresidente del Gobierno, Oginga Odinga, fundador de la Uni¨®n del Pueblo de Kenia, disuelta por Kenyatta en 1967, aspira igualmente a la presidencia, aunque tiene menos probabilidades que los dos anteriores, ya que no cuenta con el apoyo del KANU.
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