Estreno de "Historia del zoo", de Edward Albee
La preparaci¨®n de esta obra requiri¨® un largo estudio de meses, ya que presenta varios y muy serios problemas para su interpretaci¨®n, teniendo sobre todo en cuenta que el personaje al que doy vida refleja casi toda la integridad del texto.Historia del zoo es una obra rara y sugestiva, una pieza casi corta del autor de ?Qui¨¦n teme a Virginia Woolf?, Edward Albee, que, quiz¨¢, podr¨ªamos encuadrar en esa tendencia denominada teatro del absurdo.
Nos enfrenta el autor con una situaci¨®n vulgar. Un hombre est¨¢ leyendo sentado en el banco de un parque. Tiene un aspecto correctamente vulgar y ese aspecto corresponde a su personalidad. Todos los domingos en que hace buen tiempo hace lo mismo. Y lo hace sin que nada suceda, hasta que un d¨ªa le aborda un sujeto, que entabla conversaci¨®n con ¨¦l. Este personaje habla y habla. Dice cosas que no parecen tener sentido, pero que dibujan poco a poco una biograf¨ªa atormentada. El otro hombre, el lector, va cayendo en sus redes imperceptiblemente. El no lo sabe, pero ?el nuevo?, s¨ª, sabe que va a ser el protagonista de un suceso tr¨¢gico.
La obra dise?a cuidadosaniente el proceso que conduce al fatal desenlace. Y ese dise?o, el rigor con que est¨¢ trazado, es lo que hace de Historia del zoo una obra aut¨¦nticamente singular: donde la disecci¨®n de los peque?os motivos, de las peque?as causas que conducen a la muerte de un hombre, se llega a una desesperada imagen de la condici¨®n humana. Albee pone de relieve, con implacable inteligencia, la l¨®gica de lo absurdo.
Para la puesta en escena hubieron de tenerse en cuenta distintas fases interpretativas que, entre otras, podr¨ªa enumerar: alejarse siempre de toda expresi¨®n caricaturesca tentadora en todo momento para un actor que escenifica un personaje ?de acci¨®n?; ce?irse a los instantes de palabra y silencio con la mayor sensibilidad y adaptaci¨®n posibles; conservar un texto filos¨®fico sin que aparentemente lo parezca.
Estos son quiz¨¢ tres de los inconvenientes que hubo que solventar con eficacia, aunque, por supuesto, no son los ¨²nicos.
Eleg¨ª Historia del zoo porque realmente es una obra que evoca con dignidad un teatro de vanguardia y, por tanto, debe continuar al alcance de todos aquellos que aspiran a un teatro de estudio y vibrantes emociones de situaci¨®n. Esta pieza la estren¨¦ junto con mi com pa?ero Jos¨¦ Luis Nicol¨¢s (de quien debo a?adir, y soy sincero, que incorpora su papel con una gran veracidad), en el teatro Principal, de Zaragoza, obteniendo as¨ª un favorable ¨¦xito de la cr¨ªtica, por lo que hemos continuado las representaciones por diversas capitales espa?olas. Hoy, viernes, estrenamos en el Centro Cultural de la Villa de Madrid. Invitamos de coraz¨®n a toda la juventud sin l¨ªmite de edad para que nos visiten.
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