El terrorismo y el Senado

LAS ALTERACIONES introducidas en la Comisi¨®n de Justicia del Senado al texto del proyecto de ley antiterrorista, a iniciativa de UCD (v¨¦ase EL PA?S de 8 de septiembre), extienden peligrosamente las fronteras de la excepcionalidad, tanto en la definici¨®n de los delitos como en las competencias atribuidas al Ministerio del Interior y a una jurisdicci¨®n especializada.UCD ha roto as¨ª el consenso mediante el que todas las fuerzas pol¨ªticas aprobaron, el pasado 27 de julio, el proyecto de ley. La aceptaci¨®n de la disposici¨®n antiterrorista por la oposici¨®n parlamentaria legitim¨® el nuevo instrumento penal corno democr¨¢tico y cort¨® todos los lazos de filiaci¨®n o semejanza con similares normas del anterior r¨¦gimen, que se utilizaron en la represi¨®n de los derechos humanos y las libertades p¨²blicas. Una ley antiterronsta promulgada con Ios votos en contra de los nacionalistas catalanes y vascos, de los socialistas y de los comunistas podr¨¢ tener vigencia jur¨ªdica, pero carece de credibilidad pol¨ªtica.

Pero lo peor es que el desaf¨ªo lanzado al Gobierno por un sector del Cuerpo General de Polic¨ªa durante las ¨²ltimas semanas pasa por ser ante la opini¨®n p¨²blica la causa de ese cambio radical de actitud de UCD, que s¨®lo puede ser interpretada as¨ª como una bajada de pantalones en toda regla. (Dicho sea con los debidos respetos.)

Es de esperar que en el Pleno de la C¨¢mara alta los elementos sensatos del partido del Gobierno impidan que se consolide lo sucedido en la Comisi¨®n de Justicia. Una ley antiterrorista promulgada con el voto en contra de la Oposici¨®n servir¨ªa exclusivamente para que las acciones terroristas, cada vez m¨¢s aisladas de la sociedad espa?ola, lograran una apariencia de justificaci¨®n. Y tambi¨¦n para que la fronda organizada por un sector del Cuerpo General de Polic¨ªa, recibiera la recompensa de ver satisfechas parte de sus demandas.