El Papa se muestra decidido partidario de la disciplina eclesi¨¢stica
Se ha dicho siempre que es importante analizar los tres primeros meses de un Papa para poder comprender lo que ser¨¢ su pontificado. Los primeros gestos, los primeros discursos, la primera enc¨ªclica son datos sintom¨¢ticos.
Por ahora Juan Pablo I aparece, sobre todo, ?contradictorio?, con gestos progresistas y discursos conservadores.Por ejemplo, el primer encuento con todo el clero de Roma, que se esperaba con inter¨¦s porque podr¨ªa se?alar la pol¨ªtica del Papa Luciani en relaci¨®n con todo el clero del mundo, en un momento de tantas defecciones y, al mismo tiempo, de tantos fermentos, ha sido un jarro de agua fr¨ªa en los ambientes m¨¢s abiertos. Roma cuenta s¨®lo con 1.500 sacerdotes para tres millones de habitantes, pero la mayor¨ªa de este clero no es romano.
A este clero, que es por antonomasia el del Papa Obispo de Roma, Juan Pablo I ha hablado sobre todo de ?disciplina y de obediencia?. Se ha sabido cu¨¢les son los autores preferidos del nuevo Papa en Materia de espiritualidad sacerdotal: el abad Chautard, San Gregorio Magno, San Agust¨ªn y San Francisco de Sales. El Papa dijo que le interesaba de los sacerdotes una ?gran disciplina? en el sentido que no deb¨ªa ser s¨®lo una disciplina rutinaria y formal, sino, sobre todo, de ?convicci¨®n personal?. Es la disciplina que lleva a obedecer sin preocuparse a ?qui¨¦n? se obedece, sino m¨¢s bien ?para qui¨¦n? se obedece. Las armas para que un cura pueda ser fiel a esta gran disciplina son muy sencillas, seg¨²n el Papa: dominio de las malas inclinaciones, recogimiento y uni¨®n con Dios. Y a esto hay que a?adir amor al propio puesto de trabajo, ?aunque no guste?, porque, seg¨²n el Papa Luciani, como dec¨ªa San Francisco de Sales, tampoco en el mundo la gente est¨¢ nunca contenta con su estado.
El sacerdote debe hoy, seg¨²n el Papa, defenderse del ruido de los problemas del mundo: ?A nuestro alrededor, dijo textualmente, existe un continuo hablar de personas, de peri¨®dicos, radio y televisi¨®n. Con sacerdotal disciplina debemos decir: m¨¢s all¨¢ de ciertos l¨ªmites, para m¨ª, que soy sacerdote del Se?or, vosotros no exist¨ªs; me separo de vosotros para unirme a mi Dios.? Y esto porque, seg¨²n el Papa, ?los fieles desean ver hoy al sacerdote en continuo coloquio con Dios?.
Les dijo tambi¨¦n que deben evitar la tentaci¨®n de ?desear ser amados por la gente? y de ser ?demasiado d¨¦biles por temor de desagradar?.
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