El hombre de las cintas
El hombre de Intervi¨² -y, por tanto, el hombre de las cintas- es Antonio Asensio, el jefe, el baranda. Sabemos que hay otros, claro, pero el Ciudadano Kane del boom es Asensio. Almuerzo con ¨¦l en Acuario.-?Este asunto de las cintas lo hab¨¦is buscado u os ha venido a las manos?
Asensio es un mozall¨®n moreno y lento, con una dulzura como canaria. Asensio es un p¨¢nzer con chaqueta blanca y joyas masculinas enredadas en el vello del pecho.
-Nos ha venido a las manos.
-?Qu¨¦ buscaban los vendedores: hacer pol¨ªtica o hacer dinero?
-Yo creo que dinero.
-Las cintas radiof¨®nicas.
-No s¨¦ por qu¨¦ han de tener menos valor que las otras. Son m¨¢s f¨¢ciles de conseguir t¨¦cnicamente, claro, y tienen una m¨¢s d¨¦bil connotaci¨®n de espionaje, pero como documentos pueden ser, en s¨ª, muy valiosas, seg¨²n lo que se diga en ellas.
Las cintas telef¨®nicas.
Tambi¨¦n tenemos cintas telef¨®nicas.
-?La Compa?¨ªa Telef¨®nica es absolutamente inocente en esto?
-Absolutamente.
?Vas a seguir dando cintas?
S¨ª. pero no todas.
-?Por qu¨¦?
-Algunas pueden hacer mucho da?o.
-?Qui¨¦n ser¨ªa la persona m¨¢s perjudicada en una audici¨®n total de las cintas?
-Ferrer Salat. Podr¨ª¨¢hacer saltar la CEOE, con ¨¦l dentro.
-?Y qu¨¦ dice Ferrer Salat?
-Dice, encima, que ¨¦l no tiene nada que ocultar.
-El Poder.
-Yo creo que en estos momentos quieren parlamentar conmigo. Pero Barcelona es mi pulm¨®n de acero. Desde all¨ª soy libre. Si viviese aqu¨ª, en Madrid, ya me habr¨ªan cazado por un lado o por otro.
-?Se ha querellado Mart¨ªn Villa contra t¨ª?.
-A¨²n no.
-?Y t¨² contra ¨¦l?
-S¨ª.
-?Tienen m¨¢s material los donantes?
-Mucho m¨¢s.
-Pero este caso aburrir¨¢ pronto a la gente. No va a pasar nada, para que vamos a enga?arnos.
-Efectivamente. Yo sostengo que hay escuchas, y lo alarmante ser¨ªa que no las hubiese, por cuanto cualquier pa¨ªs de tecnolog¨ªa y pol¨ªtica avanzadas practica esta clase de autoespionaje. Nosotros nos hemos limitado a comprobarlo y decirlo. Esto no es una boutade, pero si no tuvi¨¦semos escuchas telef¨®nicas ser¨ªamos tercermundistas. Sentado esto. cortaremos el asunto en seguida.
-Su¨¢rez.
-Yo creo que hasta escuchan a Su¨¢rez.
-El trabal¨® en la Telef¨®nica y ha explicado a algunos periodistas, en un avion. viniendo de Cuba, la imposibilidad t¨¦nica de este tinglado.
-Bueno.
En Madrid hay mucha reticericia ante el caso de las cintas. En casi toda la prensa, no s¨®lo en la gubernamental.
-Intervi¨² es un acierto excesivo, un ¨¦xito que molesta.
-Roma no paga traidores. ?Por qu¨¦ no desenmacarar finalmente a los donantes?
-Nosotros respetamos nuestras fuentes. No somos romanos. S¨®lo catalanes.
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