Turistas espa?oles con problemas
A grandes rasgos, para no cansar, me permito exponer, para que juzguen, un incidente, del que fuimos v¨ªctimas un grupo de despistados espa?oles, que en un viaje tur¨ªstico tuvimos.la desgracia de caer en territorio norteamericano.El grupo afectado, lo componiamos: Jos¨¦ Mar¨ªa Abad Buil y se?ora, Juan Oliver Hern¨¢ndez y se?ora, Mar¨ªa Mercerreyes, Estrella Jadraque y el que suscribe.
Era la noche del 6 al 7 de agosto pasado, aterriz¨¢bamos en Miami con unas horas de retraso, cosas de Iberia, la l¨ªnea a¨¦rea m¨¢s informal en sus vuelos. Sin visado en el pasaporte. Negligencia de la agencia de viajes Icab. Perd¨ªamos el enlace del avi¨®n que ten¨ªa que conducirnos a M¨¦xico, lugar de nuestro destino, y, por tanto, nos ten¨ªamos que quedar en el aeropuerto, en tr¨¢nsito, hasta el d¨ªa siguiente.
Se nos echaron encima las autoridades norteamericanas, nos quitaron los pasaportes y los billetes de los vuelos que ten¨ªamos que realizar a M¨¦xico y Guatemala, y nos pusieron bajo la vigilancia de dos refugiados cubanos que ejerc¨ªan funciones policiales en el aeropuerto.
Estos groseros y brutales mercenarios fueron nuestros guardianes durante las veinticuatro horas que permanecimos en territorio norteamericano. Ellos nos condujeron a un hotel de ?para negros y puertorrique?os? y al final fuimos conducidos al avi¨®n de las l¨ªneas a¨¦reas mexicanas, donde, ya en vuelo, nos fueron devueltos los pasaportes y dem¨¢s documentaci¨®n personal.
Hasta aqu¨ª los hechos. Preguntamos:
?Qu¨¦ leyes made in USA permiten este tipo de atropellos?
?Qu¨¦ interpretaci¨®n de las leyes de Derecho internacional autoriza a despojar a pac¨ªficos ciudadanos extranjeros de sus documentos personales?
?Cu¨¢ndo el estar en tr¨¢nsito en un aeropuerto es un delito de lesa patria, que requiere el imponer una estrecha vigilancia?
Parece ser que los norteamericanos temen una invasi¨®n de sus colonizados territorios y ven fantasmas en los turistas, y no reparan en medios violentos y rid¨ªculos, sin respeto a la dignidad humana, de la que tanto alardean en ese pa¨ªs, donde existen hoteles ?para negros y puertorrique?os ? y donde a los infelices turistas despistados los echan poco menos que a puntapi¨¦s.
Despu¨¦s de esta experiencia, y comprobar c¨®mo se mueven los ciudadanos de este pa¨ªs, uno piensa que todav¨ªa es peque?a la sonrisa estereotipada del presidente Carter cuando se erige en palad¨ªn de la defensa de los derechos humanos.
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