La negociaci¨®n de los conciertos econ¨®micos

(Miembro del comit¨¦ ejecutivo del Partido Socialista de Euskadi-PSOE)

Con la constituci¨®n de la Comisi¨®n Mixta de Conciertos Econ¨®micos Gobierno-Consejo General Vasco se inicia en estos d¨ªas la negociaci¨®n encaminada a la restauraci¨®n de dicho r¨¦gimen econ¨®mico-administrativo de Guip¨²zcoa y Vizcaya. Como es sabido, dichas provincias se vieron privadas del sistema de conciertos econ¨®micos, como consecuencia de su participaci¨®n en la guerra civil, a trav¨¦s de un decreto-ley del a?o 1937, hoy sin efecto, en cuyo pre¨¢mbulo se les declaraba ?provincias traidoras?.

El Consejo General Vasco acord¨® en su d¨ªa solicitar la restauraci¨®n de los conciertos econ¨®micos asumiendo el compromiso de que, una vez concluidos, la presi¨®n fiscal en las provincias correspondientes no habr¨ªa de ser inferior a la existente en el resto del Estado espa?ol y de que aqu¨¦llos no habr¨ªan de constituir obst¨¢culo a la obligada contribuci¨®n de las provincias vascas a las cargas generales del Estado y al fondo de compensaci¨®n interregional que pudiera crearse.

El Partido Socialista de Euskadi propici¨® esta resoluci¨®n del CGV en el entendimiento de que s¨®lo a trav¨¦s de una actualizaci¨®n profunda que supusiera la compatibilidad de los conciertos econ¨®micos con un sistema fiscal moderno, progresivo y flexible y, que respetase escrupulosamente el sentido de solidaridad entre las diversas regiones y nacionalidades de Espa?a, era posible pol¨ªticamente restaurar un esquema fiscal que durante su vigencia hasta 1937 en las provincias citadas hab¨ªa servido fundamentalmente para mantener una baja presi¨®n fiscal y para defender posturas insolidarias en el mantenimiento de las cargas generales del Estado. Un sistema que como demuestra la historia fiscal espa?ola, se hab¨ªa constituido en el refugio de argumentaci¨®n de todos aquellos que, celosos de la tradici¨®n fiscal vasca y defensores ac¨¦rrimos de la soberan¨ªa fiscal, se hab¨ªan opuesto a la aplicaci¨®n al Pa¨ªs Vasco de todas las reformas progresistas que poco a poco se fueron introduciendo en la vida fiscal espa?ola.

A este resultado contribuy¨® ciertamente el amplio margen de autonom¨ªa que se dejaba a las provincias vascas para determinar su sistema fiscal y que el pre¨¢mbulo del decreto-ley de 1876, por el que se instauraban los conciertos econ¨®micos, justificaba por la ignorancia de las bases imponibles, por parte de la Hacienda central, que hac¨ªa pr¨¢cticamente inviable en la ¨¦poca la aplicaci¨®n del sistema fiscal imperante en el resto de Espa?a. Pero no fue menor la contribuci¨®n a este estado de cosas del procedimiento por el que se determinaba la aportaci¨®n de las provincias vascas a las cargas generales del Estado, que estaba constituido por cupos de las contribuciones de las diversas figuras tributar¨ªas concertadas que se manten¨ªan fijos a lo largo de la prolongada vigencia de los conciertos econ¨®micos.

Estas son situaciones que hoy no pueden pervivir. El conocimiento de las bases imponibles y de la capacidad tributar¨ªa de los sujetos pasivos de los impuestos, es una condici¨®n de partida para cualquier sistema fiscal que pretenda ser eficaz y equitativo. Del mismo modo, la creaci¨®n de mecanismos que aseguren la suficiencia fiscal y el papel del estabilizador econ¨®mico por la v¨ªa de los ingresos que debe jugar un sistema fiscal moderno, es estrictamente necesaria para dotar de flexibilidad a dicho sistema.

De esta manera, los socialistas s¨®lo estamos dispuestos a apoyar la restauraci¨®n de los conciertos econ¨®micos en un contexto que asegure la unidad del sistema fiscal espa?ol y garantice la flexibilidad tanto de los ingresos que queden en manos de las instancias auton¨®micas, como de aqu¨¦llos otros que van a contribuir a la financiaci¨®n de las cargas generales del Estado y del fondo de solidaridad interregional.

Esta es, por lo dem¨¢s, la ¨²nica interpretaci¨®n que admite el acuerdo alcanzado en el seno del Consejo General Vasco. El compromiso de que el sistema de los conciertos econ¨®micos no signifique una presi¨®n fiscal inferior a la existente en el resto del Estado no puede interpretarse como que la presi¨®n fiscal efectiva del sistema aplicado en las provincias vascas. haya de ser igual a la del resto de Espa?a, puesto que tal variable es funci¨®n de otras muchas corno el nivel de actividad y de renta, la distribuci¨®n de esta ¨²ltima o la estructura de la producci¨®n por actividades -por citar las m¨¢s relevantes- que no pueden ser objeto de compromiso pol¨ªtico alguno. Tampoco puede interpretarse como que la presi¨®n fiscal menor de una figura impositiva podr¨¢ ser compensada con la mayor presi¨®n fiscal relativa en otra figura impositiva, porque no habr¨ªa procedimiento t¨¦cnico de garantizar el cumplimiento de tal compromiso.

La ¨²nica manera de entender el compromiso a que hace referencia, la resoluci¨®n del CGV es que la presi¨®n fiscal de principio de todas y cada una de las figuras impositivas concertadas ha de ser igual que en el r¨¦gimen general. Es decir, que se han de, mantener las mismas figuras impositivas que en el resto del Estado y sujetas a los mismos par¨¢metros que afectan, a prior?, a la presi¨®n fiscal: definici¨®n de bases imponibles y sujetos pasivos, tipos impositivos, exenciones, desgravaciones, bonificaciones, etc¨¦tera. O lo que es lo mismo, que hay que preservar la unicidad del sistema fiscal espa?ol y garantizar la igualdad de trato fiscal a todos los ciudadanos y a todas las personas jur¨ªdicas en todo el territorio espa?ol.

Esta soluci¨®n es t¨¦cnicamente correcta y asegura la autonom¨ªa financiera en el desarrollo de aquellas competencias que el estatuto del Pa¨ªs Vasco atribuya a ¨¦ste en su d¨ªa, y cuya contrapartida presupuestaria habr¨¢ de servir de base para la fijaci¨®n de los cupos. Dicha fijaci¨®n habr¨¢ de ser revisada anualmente, al menos durante aquel per¨ªodo de tiempo en el que el distinto grado de autonom¨ªa de las diversas regiones y nacionalidades no permita el establecimiento de un sistema uniforme de distribuci¨®n de ingresos entre las Haciendas auton¨®micas y la Hacienda central, cuyas posibles distorsiones en su aplicaci¨®n est¨¢ destinado a corregir el fondo de solidaridad interregional.

La proposici¨®n socialista en nada le opone al mantenimiento de un cierto grado de soberan¨ªa fiscal en el Pa¨ªs Vasco por la v¨ªa de la aprobaci¨®n de supuestos adicionales en el seno del Parlamento vasco, v¨ªa que deja abierta el proyecto constitucional. A lo que se opone ciertamente es a aqu¨¦lla soberan¨ªa fiscal que puede originar un tratamiento discriminatorio entre ciudadanos de un mismo Estado. Esta ha sido nuestra posici¨®n en cuantas manifestaciones p¨²blicas sobre este tema hemos llevado a cabo. Que las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas s¨¦ manifiesten por cual de los dos tipos de soberan¨ªa fiscal optan. En espec?al que lo haga la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico, pues dif¨ªcilmente puede ser una la interpretaci¨®n de la soberan¨ªa fiscal de su ministro de Hacienda y otra la de sus parlamentarios y consejeros en el Pa¨ªs Vasco, en el curso de estas negociaciones que ahora se inician.