Crisis y confianza empresarial

Presidente de la Comisi¨®n de Econom¨ªa de la CEOECon una tasa de crecimiento del 4 % anual acumulativo del pro ducto interior bruto (PIB) en t¨¦rminos reales se lograr¨ªa evitar el aumento del desempleo, que actualmente constituye la mayor preocupaci¨®n para los empresarios. Indudablemente ser¨ªa deseable superaresta tasa decrecimiento para lograr reducir el n¨²mero de parados -que actualmente es excesivo-, pero si pensamos que en este a?o de 1978 s¨®lo se podr¨¢ al canzar el 2 %, se comprenden las dificultades para llegar a cifras no tablemente superiores que quiz¨¢ se pudieran lograr m¨¢s adelante. En resumen, un objetivo por el que habr¨ªa que luchar en 1979 ser¨ªa acercarse al 4 % y estar preparados para aumentar a¨²n esta cifra en los a?os 1980 y 1981. Pero no se puede de ninguna manera soportar el actual ritmo de inflaci¨®n que habr¨ªa que reducirlo por debajo del 10% , lo que equivale a orientar el incremento de la demanda hacia los bienes de inversi¨®n y a potenciar a¨²n m¨¢s la exportaci¨®n. .El fomento de la inversi¨®n s¨®lo se puede lograr si se despejan las excesivas incertidumbres que gravitan hoy sobre el empresario. Este necesita una definici¨®n de las relaciones laborales -an¨¢loga a la de los pa¨ªses de Europa occidental-, una recuperaci¨®n de los excedentes empresariales, una disminuci¨®n del gasto p¨²blico -que en parte puede venir compensada por un aumento de la inversi¨®n- y una pol¨ªtica fiscal que estimule la iniciativa creadora de nuevas actividades econ¨®micas una vez se ha conseguido la necesaria reforma fiscal que puede y debe servir de base para el soporte de la pol¨ªtica indicada en el per¨ªodo 1979-1981. Es urgente iniciar unas negociaciones entre trabajadores y empresarios, de una parte, y de empresarios, trabajadores y Gobierno, por otra, que permitan clarificar el porvenir, y por supuesto en esas negociaciones se han de atender por parte de los empresarios las O.piniones de los trabajadores sobre los temas palpitantes en la actualidad, como son control de la Seguridad Social, destino del patrimonio sindical y colaboraci¨®n en la empresa, entre los m¨¢s importantes. Si se desea que estas negociaciones constituyan condici¨®n no s¨®lo necesaria sino tambi¨¦n suficiente para que se mantenga la confianza del empresario en el futuro y se posibilite, as¨ª, el encontrar una salida definitiva a la crisis econ¨®mica, resulta imprescindible encontrar una respuesta satisfactoria a todas estas cuestiones: aceptaci¨®n de que sin libertad de empresa y sin empresarios es materialmente imposible construir un modelo de soc?edad occidental, clave del progreso; Acuerdo, de forma inmediala, sobre movilidad de plantillas y compromiso, a medio plazo, de instaurar un r¨¦gimen para la flexibilidad de las mismas; contenci¨®n salarial a la par, como m¨¢ximo, de las subidas de precios que se puedan prever, durante el tiempo necesario para una efectiva recuperaci¨®n del desempleo. Establecimiento de uncuadro de relaciones laborales que permita el entendimiento y asegure su cumplimiento, devolviendo al empresario la responsabilidad en la direcci¨®n de las empresas; libertad de precios; seguridad en que la contenci¨®n en la creaci¨®n de disponibilidades l¨ªquidas no afectar¨¢ a las necesidades del cr¨¦dito al sector privado; clarificaci¨®n del papel del sector p¨²blico dentro de una absoluta equiparaci¨®n al sector privado; dr¨¢stica reduec¨ª¨®n de la intervenci¨®n de la Administraci¨®n p¨²blica y desaparici¨®n de las intervenciones meramente burocr¨¢ticas; contenci¨®n y racionalizaci¨®n del gasto p¨²blico y de la seguridad social; y reconversi¨®n paulatina de los sectores afectados por la crisis con negociaciones previas y por separado.