El Cosmos sali¨® respond¨®n
La presentaci¨¦n del Cosmos en Espa?a result¨® afortunada. Nada de show y s¨ª un f¨²tbol ordenado, con sentido pr¨¢ctico y con sacrificio. En el segundo tiempo se impuso netamente hasta contar con tres goles de ventaja, que muy a ¨²ltima hora redujo el Atl¨¦tico en rabiosa reacci¨®n. Beckenbauer, que ha perfeccionado al m¨¢ximo su altiva t¨¦cnica, constituy¨® el elemento principal del espect¨¢culo.En principio pareci¨® que el Atl¨¦tico iba a ganar el partido con facilidad. Marcial mov¨ªa bien el equipo en la media y Rubio alborotaba mucho en su banda. El Cosmos cometi¨® algunas torpezas en los primeros diez minutos y a pesar de la excelente impresi¨®n que causaba en sus intervenciones el meta ya sin un enorme y barbudo turco, muy ¨¢gil y de gran seguridad - la impresi¨®n general era de que iban a caer goles. Flotaban en el ambiente los malos resultados del Cosmos en los primeros partidos de su gira, especialmente las fuertes goleadas que sufri¨® en sus visitas al Bayern de Munich y al Sttugart.
Pero poco a poco se pudo ver que el Atl¨¦tico no jugaba con coniodidad. Levinha no pod¨ªa con el marcaje del norteamericano Roth -tampoco pudo en el segundo tiempo con el haitiano Augustus, que reemplaz¨® a ¨¦stey el gallego Forinoso era tambi¨¦n bastante enemigo para Aguilar.
En la media, s¨®lo luc¨ªan los buenos lanzamientos de Marcial; Alberto hizo un gris y cansino encuentro y Guzm¨¢n volvi¨® a ganarse con sus torpezas los abucheos de la parroquia del Manzanares. La superioridad aparente de los primeros minutos dio paso a un f¨²tbol nivelado. El Cosmos ced¨ªa terreno, se met¨ªa con orden en su ¨¢rea y sal¨ªa de all¨ª bien impulsado por.Beckenbauer -que ha llevado su altivez y suficiencia en el manejo del bal¨®n a las m¨¢ximas notas- y por el gigantesco yugoslavo Bogicevic. De los tres puntas, en el primer tiempo luci¨® de forma especial Tueart -que mantendr¨ªa su peligrosidad en la segunda parte-, frenado siempre por Sierra con groseras faltas. Esto y la falta de aciertos de Seninho y del enorme Chinaglia hicieron inofensivos los contraataques del Cosmos, y el primer tiempo se cerr¨® sin goles y con juego nivelado.
La superioridad del Cosmos tom¨® cuerpo en la segunda mitad. Acaso un poco alentada por la comodidad con que pretendi¨® jugar el Atl¨¦tico. El traslado de Seninho a la derecha -sin duda su banda- le convirti¨® en un hombre peligros¨ªsimo, y tres jugadas suyas pusieron otros tantos goles en el marcador, y colocaron al Atl¨¦tico en un inesperado rid¨ªculo, que supo compensar con una rabiosa reacci¨®n final en la que le acompa?¨® algo la suerte, y en la que se favoreci¨® de un exceso de confianza de Beckenbauer, que quiso lucirse m¨¢s de la cuenta y regal¨® el segundo gol al rival.
Orden y sacrificio
La impresi¨®n Final es la de que el Cosmos es un buen equipo, capaz de medirse dignamente con rivales de talla de cualquier parte del mundo. Tras ver el partido de ayer -en el que, hay que insistir, le favoreci¨® bastante la comodidad del Atl¨¦tico- se pueden dar por v¨¢lidas las excusas de su entrenador por las goleadas sufridas en Alemania en los primeros partidos de su gira europea, en la que varios de sus jugadores extra?aron el suelo natural, acostumbrados como est¨¢n al c¨¦sped artificial. Posiblemente tampoco estaban acostumbrados a ese f¨²tbol m¨¢s ordenado y de mayor sacrificio que se practica aqu¨ª. Pero han aprendido r¨¢pido y anoche demostraron en el Manzanares que saben jugar con orden y sacrificio, y que cuando lo hacen no se les puede dar ventajas y el Atl¨¦tico se las dio. Anda mal el cuadro rojiblanco esta temporada; sin juego y sin fuerza. Anoche, adem¨¢s, le faltaban los hombres llamados por Kubala para la selecci¨®n ?A?, Marcelino, Leal y Rub¨¦n Cano, m¨¢s Julio Alberto, citado para la sub-21. Los dem¨¢s jugaron muy confiados, y as¨ª les fue. S¨®lo muy a ¨²ltima hora pudo salvarse del rid¨ªculo, que pudo ser importante, porque el Cosmos levant¨® en el aficionado el inter¨¦s de lo ex¨®tico, pero no era considerado un rival digno. Cierto que el partido hab¨ªa sido convocado sin otro inter¨¦s que el de rendir homenaje a un hombre importante en la historia del club y, de paso, distraer al aficionado. Pero el aficionado quiere siempre ver ganar a su equipo, y se enfada cuando no lo ve. Y este a?o no tiene, por el momento, motivos para sentirse contento.
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