"La ense?anza debe ser, econ¨®micamente, igual para todos"
Monse?or El¨ªas Yanes, arzobispo de Zaragoza, se ha defendido as¨ª de la acusaci¨®n de que se ha situado en el ¨¢rea conservadora del episcopado: ?No. No tengo conciencia de haber cambiado mi l¨ªnea de acci¨®n pastoral. Me esfuerzo por seguir fielmente la orientaci¨®n renovadora abierta por el Concilio Vaticano II. Esto es motivo de que se hayan podido formular sobre mi modesta persona juicios de diverso signo.? Secretario de la Conferencia Episcopal hasta hace tan s¨®lo un a?o, es ahora presidente de la Comisi¨®n de Ense?anza.
EL PAIS. ?Con qu¨¦ problemas se encuentra la Iglesia cat¨®lica espa?ola en la nueva situaci¨®n en relaci¨®n con la ense?anza?El¨ªas Yanes. Entre los problemas m¨¢s importantes con que se encuentra la Iglesia en el tema de la ense?anza destaca en primer lugar el de lograr que la ense?anza llegue a todos los espa?oles por cauces de justicia y libertad. Tambi¨¦n es importante conseguir el di¨¢logo entre fe y cultura en la actividad escolar. Tampoco se ha de olvidar el de la formaci¨®n religiosa y moral de los alumnos en conformidad con el derecho de los padres a elegir el tipo de educaci¨®n que prefieren para sus hijos.
P. ?Por qu¨¦ esa velada o abierta oposici¨®n de la Iglesia y de los medios cat¨®licos al tratamiento constitucional que se pretende dar a la ense?anza?
R. La Iglesia espa?ola se ha pronunciado repetidas veces en los ¨²ltimos a?os sobre los principios a los que debe responder la legislaci¨®n sobre la ense?anza, a saber, el principio de la igualdad, que exige una ense?anza para todos en iguales condiciones economicas, acad¨¦micas y jur¨ªdicas, y el principio de la libertad tanto de los padres para elegir el tipo de ense?anza que prefieren para sus hijos como de los ciudadanos para crear y dirigir centros docentes. Sobre el art¨ªculo 25 del proyecto constitucional no ha habido ning¨²n pronunciamiento colectivo del episcopado. Opino por mi parte que tal como est¨¢ redactado se presta a que sea interpretado en favor de un sistema de planificaci¨®n estatal de la ense?anza que limite el derecho de los padres, sobre todo el de los m¨¢s pobres, a elegir el tipo de educaci¨®n que prefieran para sus hijos.
P. ?Cu¨¢les son las nuevas l¨ªneas de actuaci¨®n del episcopado en materia de ense?anza? ?De qu¨¦ manera es potenciada esa actuaci¨®n?
R. Las l¨ªneas de acci¨®n en el terreno de la ense?anza est¨¢n orientadas fundamentalmente a ayudar a los educadores cristianos a descubrir que la actividad educativa, realizada a la luz de la fe, actualiza la capacidad humanizadora y liberadora del Evangelio. La Iglesia tiene que ser consciente de que est¨¢ presente en el mundo escolar, especialmente a trav¨¦s de educadores cristianos. Asimismo, considera importante la sensibilizaci¨®n de los padres sobre su misi¨®n y responsabilidad en la educaci¨®n de sus hijos, tanto en el ambiente familiar como en el escolar.
P. En las circunstancias actuales, ?no considera usted anacr¨®nica la firma de un nuevo concordato Iglesia-Estado como parece ser que va a suceder en Espa?a?
R. Es anacr¨®nico un concordato entendido como intercambio de privilegios. No lo es un acuerdo que garantice jur¨ªdicamente la libertad y la autonom¨ªa de los ciudadanos en cuanto miembros de la Iglesia, es decir, en la expresi¨®n individual y social de su vida religiosa. En un pa¨ªs como el nuestro, con larga historia de interferencias mutuas de Iglesia y Estado, es conveniente una normativa concordada.
Impuesto religioso
P. El debate sobre las condiciones econ¨®micas del clero se ha centrado ¨²ltimamente en la cuesti¨®n del impuesto religioso. El sistema de impuesto directo por religi¨®n declarada, como en la Rep¨²blica Federal de Alemania, ?es el m¨¢s adecuado para la buena imagen de la Iglesia?.R. Dudo que se pueda trasladar a nuestro pa¨ªs el sistema alem¨¢n sin sustanciales adaptaciones. Juzgo que lo fundamental en esta materia es en primer lugar que la Iglesia necesita disponer de recursos econ¨®micos que le permitan realizar su misi¨®n con independencia. En segundo lugar, el Estado debe cumplir con la obligaci¨®n que tiene de garantizar la libertad de la vida religiosa del pueblo espa?ol, y en tercer lugar, creo que la aportaci¨®n estatal debe darse de modo que quede a salvo la libertad de la Iglesia y que no sea obst¨¢culo para la contribuci¨®n directa de los fieles a las tareas propias de la misma. Es normal en un Estado democr¨¢tico moderno el apoyo econ¨®mico estatal a instituciones y servicios que hacen posible la libertad en el campo de la opini¨®n, de la pol¨ªtica, de la cultura. La religi¨®n no debe ser una excepci¨®n. Estos principios son aplicables a cualquier grupo religioso. Aceptados estos principios me tiene sin cuidado el sistema que se quiera aplicar. Otra cuesti¨®n distinta, que no debe mezclarse con la anterior, es la de c¨®mo la Iglesia ha de organizar internamente la administraci¨®n de sus propios recursos en orden a la eficacia de su misi¨®n y a la autenticidad de su testimonio evang¨¦lico.
P. La Constituci¨®n admite tambi¨¦n la posibilidad de una ley de divorcio. ?Qu¨¦ problemas aporta este hecho para un cat¨®lico?
R. No es lo mismo estar contra el divorcio que contra una ley de divorcio. El Estado debe promover la estabilidad de la familia. La legislaci¨®n debe favorecerla. Pero esto no impide que un cat¨®lico pueda leg¨ªtimamente, en atenci¨®n a superiores razones de bien com¨²n, no rechazar una ley de divorcio, aunque ¨¦l no pueda acogerse a ella si ha de ser fiel a su conciencia religiosa.
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