Los cardenales coinciden en se?alar la dificultad del pr¨®ximo c¨®nclave
Con los solemnes funerales y entierro del papa Juan Pablo I, que se celebrar¨¢n esta tarde en la bas¨ªlica de San Pedro, en el Vaticano, con asistencia de representaciones oficiales de las iglesias y Gobiernos de todo el mundo, comienza el programa del novenario, seg¨²n lo establecido por la congregaci¨®n general de cardenales en su reuni¨®n de ayer, a la que asistieron purpurados. La ceremonia f¨²nebre estar¨¢ presidida por el cardenal Carlo Confalonieri, decano del sacro colegio cardenalicio.
Empiezan a llegar a Roma los primeros cardenales extranjeros que participar¨¢n en la elecci¨®n del sucesor del papa Luciani, muerto repentinamente despu¨¦s de s¨®lo 34 d¨ªas de pontificado. Los primeros que aterrizaron fueron el cardenal Timothy Mannig, arzobispo de Los ?ngeles, y el cardenal arzobispo de Boston, Humberto Medeiros. Mientras ellos llegaban a Roma, el cardenal, Benelli, una de las figuras claves de la elecci¨®n del papa Luciani y uno de los papables en el nuevo c¨®nclave, celebraba Lisieux una conferencia de prensa trazando la l¨ªnea del nuevo pontificado.En G¨¦nova, el cardenal Siri, que fue el candidato con mayor n¨²mero de votos en la primera votaci¨®n del ¨²ltimo c¨®nclave, y que es un personaje de primer orden de la derecha curial, ha declarado que este c¨®nclave ser¨¢ m¨¢s largo que el anterior, ?m¨¢s ponderado?. Siri, en v¨ªsperas del c¨®nclave anterior, hab¨ªa declarado a la televisi¨®n que el c¨®nclave ser¨ªa ?brev¨ªsimo?. Tanto en los personajes extranjeros que llegan a Roma como en los cardenales italianos empieza a advertirse un com¨²n denominador: est¨¢n descompuestos ante lo que ellos llaman ?el golpe de fe? que han recibido. Reaccionan casi todos refugi¨¢ndose en el misterio de Dios, que es inexcrutable, y en la necesidad de ?rezar mucho? para conocer lo que la providencia ha querido decirles con esta muerte repentina despu¨¦s de la borrachera de felicidad y de triunfalismo de un c¨®nclave rel¨¢mpago que dio al mundo la imagen de una Iglesia ?unida? y a ellos la satisfacci¨®n de haber sentido tangible ?la inspiraci¨®n del Esp¨ªritu Santo?.
El incre¨ªble despertar religioso que este Papa ha realizado en s¨®lo 33 d¨ªas, devolvi¨¦ndo a la Iglesia su antigo prestigio de poder religioso, los cardenales lo han podido tocar con la mano viendo la fila interminable de gente que bajo la lluvia ha esperado hasta cuatro horas para pasar delante del Papa difunto s¨®lo unos segundos. El mundo eclesi¨¢stico, que empieza a sentir un cierto complejo de inferioridad al final del pontificado de Pablo VI, con las grandes tensiones en el seno de la Iglesia cat¨®lica y la gran hemorragia de sacerdotes, religiosos y seglares que se pasaban a militar en las filas de la izquierda marxista, se ha dado cuenta que un Papa popular, s¨®lo religioso, sin dimensi¨®n ni angustias pol¨ªticas, puede dar de nuevo vida a la componente ?sacral? de la Iglesia, a recuperar sus ?certidumbres? y su base tradicional. En un art¨ªculo a¨²n in¨¦dito del papa Luciani, d¨ªas antes de ser Papa, se quejaba de que a los j¨®venes no se les hablase del pecado y del infierno, condenaba ?la otra teolog¨ªa? y contaba una an¨¦cdota del catedr¨¢tico De May, de la Universidad de Mainz: durante la guerra May encontr¨® una iglesia enorme a la que asist¨ªan al culto s¨®lo algunos protestantes. Le pregunt¨® al sacrist¨¢n el por qu¨¦ de una iglesia tan grande para tan pocos fieles, y el sacrist¨¢n respondi¨®: al principio la iglesia estaba llena, pero vino un p¨¢rroco que dijo que Jesucristo era hijo de Dios, despu¨¦s vino otro afirmando que Jes¨²s era s¨®lo un hombre, y al fin vino uno de Tubinga y dijo que Jesucristo ni hab¨ªa existido, y coment¨® el sacrist¨¢n: ?Si ni los curas se ponen de acuerdo sobre lo que hay que creer, para qu¨¦ vamos a ir a la iglesia.?
El cardenal de Los Angeles afirm¨® ayer abiertamente que la Iglesia necesita un Papa ?pastor? y que existen muchos en el c¨®nclave que poseen estas cualidades. Tambi¨¦n el cardenal de Boston dijo que es indispensable que el nuevo Papa sea un hombre pastoral, pero a?adi¨® que deber¨ªa unir a esta cualidad un m¨ªnimo de ?preparaci¨®n curial? y que sea capaz de ver los grandes problemas del mundo de hoy ?con competencia y con gran preparaci¨®n cultural?. Otros, como Araujo Sales, arzobispo de R¨ªo de Janeiro, piensan que la experiencia y el carisma del papa Luciani son ?irrepetibles?, que ning¨²n Papa puede ser una copia de los otros y que el Esp¨ªritu Santo a¨²n no se sabe lo que tendr¨¢ preparado esta vez a los cardenales, ya que la vez anterior ?sorprendi¨® a todos?.
A quienes empiezan a dar publicidad al cuadro cl¨ªnico de los cardenales (del cardenal Siri, el gran tradicional que es el ¨²nico que participar¨¢ con este en cuatro c¨®nclaves ya se ha publicado que tiene trece de presi¨®n y 65 pulsaciones al minuto), el cardenal Benelli se?al¨® en su conferencia de prensa en Francia que un infarto es hoy algo imprevisible y que, en realidad, tanto P¨ªo, XII como Pablo VI eran m¨¢s enfermizos que el papa Luciani. Dijo tambi¨¦n Benelli que el nuevo Papa deber¨¢ enfrentarse con los dos ?extremismos de la Iglesia: el conservador y el progresista? y que la Iglesia puede dialogar con los comunistas, pero no con la ?ideolog¨ªa marxista?.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.