Los inalienables derechos del pueblo saharaui
Definitivamente defraudado por la confusi¨®n y el escapismo de las explicaciones de Juan Goytisolo sobre el conflicto del Sahara, liquido esta discusi¨®n a¨²n antes de conocer el alcance de este su segundo serial marroquinero. Gracias a mis limitaciones no poseo el ego sobredimensionado del escritor; por eso renuncio, sin traumas, a contestar a alusiones personales algo molestas.Goytisolo pretende confundir Estado y pueblo marroqu¨ªes para dar a entender que la identificaci¨®n es total en el tema del Sahara y se cree facultado para se?alar que la postura pro saharaui, predominante en Espa?a, va contra ese pueblo marroqu¨ª. Su descripci¨®n de los derechos de algunos pueblos me emociona. Pero ¨ªbamos a hablar del pueblo saharaui y sus derechos y ¨¦l sigue olvid¨¢ndose de esto. La deuda del pueblo espa?ol con el marroqu¨ª se llama Ceuta y Melilla. La deuda del pueblo espa?ol con el saharaui (extremo que no le interesa) no se podr¨¢ saldar manteniendo el Acuerdo de Madrid, sencillamente criminal, sino buscando la salida de los invasores expansionistas de un territorio robado.
"Marroquizaci¨®n de lo posible"
Parece claro que la base de su postura es la que ya se?al¨¦: que Marruecos posee derechos clar¨ªsimos sobre el Sahara occidental y que el Frente Polisario es un falso movimiento de liberaci¨®n que s¨®lo sobrevive por el inter¨¦s argelino en aislar a Marruecos. Si cree que la fotocopia remitida a este peri¨®dico o la lectura de autores no marroqu¨ªes fundamentan hist¨®ricamente la invasi¨®n, pues que le siente bien. Lo que yo ped¨ªa -que me explicase su mapa del ?Gran Marruecos?, con especial dedicaci¨®n a Mauritania- no ha tenido satisfacci¨®n porque es como para ponerle un cero en fassismo? (de el Fassi, bien entendido) que diga, sin m¨¢s, que ?una cosa es defender la evidente marroquinidad de Saguiet el Hamra, Ceuta y Melilla y otra muy distinta la de Mauritania, Mal¨ª o el Califato de C¨®rdoba?. Esta es la ¨²nica mueitra de humor en el largu¨ªsimo parlamento del amigo de Buccetta. Yo le llamar¨ªa la ?marroquizaci¨®n de lo posible? (Tinduf excluido).
El an¨¢lisis pol¨ªtico de la situaci¨®n e intereses de los pueblos de la regi¨®n le viene tan grande a Goytisolo como a sus ¨ªnclitos, l¨ªderes de la oposici¨®n marroqu¨ª. El nacionalismo se traga a las ideologias y traiciona a las masas cuando oculta otros intereses. Insisto en que, para m¨ª, el expansionismo marroqu¨ª actual es fascistoide.
Por sus contradicciones y revueltas parece que quisiera confundirme. Dice que no ha escrito jam¨¢s algo que est¨¢ en la l¨ªnea 34 de la columna quinta de su art¨ªculo de 25-5, sale defensor de una izquierda que vapulea con obsesi¨®n en otras ocasiones y, algo m¨¢s importante, parece olvidarse de su pasado -digamos- escepticismo hist¨®rico. Y todo ello, supongo, para demostrar la marroquinidad de una tierra que no puede ser m¨¢s que de sus amos tradicionales. Reconozco que me deja pasmado leer de su pu?o y letra que: ? ... Las tribus del territorio comprendido entre Cabo Blanco y Tarfaya no dependieron jam¨¢s efectivamente del sult¨¢n de Marruecos? (Le Monde Diplomatique, diciembre de 1974). Por razones que ¨¦l s¨®lo debe conocer, est¨¢ claro que el sprint de su marroquizaci¨®n data de entonces a ac¨¢.
Refer¨¦ndum para los saharianos occidentales
No debiera resultar excesivo pedir que Goytisolo fuera de alguna forma consecuente con su anterior postura: que nunca el Sahara fue marroqu¨ª, que debe celebrarse un refer¨¦ndum para los ?saharianos occidentales?,y que esto debe darse sin la presencia de un ?ej¨¦rcito invasor? (del art¨ªculo citado). La clave de su cambio est¨¢ en que antes el refer¨¦ndum podr¨ªa haber dado el territorio a Marruecos y ahora no. Esta actitud no me parece seria ni honesta. Goytisolo se equivoca si cree que con sus seriales va a hacer que el pueblo espa?ol olvide la mala jugada que se hizo al pueblo saharaui, como si esto fuera incompatible con unas relaciones amistosas con el pueblo marroqu¨ª (no cion su r¨¦gimen pol¨ªtico). El distanciamiento f¨ªsico -y psicol¨®gico, a mi entender- del escritor con respecto al pueblo espa?ol, junto a su aproximaci¨®n al Poder en Marruecos, son la explicaci¨®n a sus pretensiones. Goytisolo necesita algo m¨¢s que habilidad sint¨¢ctica para defender una argumentaci¨®n viciada en la base.
Finalmente dir¨¦ que me preocupa la inmerecida e inoportuna fama que en Marruecos pueda darme Goytisolo, con sus citas repetidas, en el caso de que el Ministerio marroqu¨ª de Informaci¨®n reproduzca, otra vez, en cuatro lenguas, sus art¨ªculos anti-saharauis. Pero que esto no impida que siga apostando por su causa. A fin de cuentas, todos hemos querido, alguna vez, ser Lawrence de Arabia o Rob¨ªn de los Bosques.
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