Retrato desva¨ªdo
Este retrato en negro se beneficia de una serie de elementos que, conjugados al gusto de los tiempos que corren, no dejan de surtir efectos infalibles. Tales ingredientes suelen ser, en primer lugar y ante todo, la dosis imprescindible y fundamental de sexo bien servido en sus distintas variaciones; en segundo lugar un pretendido toque pol¨ªtico, ya que no en balde la acci¨®n original se ha tra¨ªdo hasta tiempos m¨¢s cercanos, a la ¨¦poca del fascismo; y en tercer lugar una cierta h¨¢bil caligraf¨ªa de la imagen que, aun dentro de su manierismo, no va mal a esta inmortal Venecia, sufrida hu¨¦sped de tantos pecados y tales corrupciones.Basada en la novela de Peyrefitte, el realizador, en colaboraci¨®n con Cesare Frugoni y Goffredo Parise, ha cambiado la ¨¦poca de la historia desde los a?os veinte hasta los preliminares de la ¨²ltima contienda mundial, subrayando sus aspectos m¨¢s evidentes de melodrama para volver a trazarlos seg¨²n los c¨¢nones de las actuales fotonovelas.
Retrato en negro de la burgues¨ªa
Direcci¨®n: Tonino Cervi. Gui¨®n: Cesar Frugoni y Goffredo Parise, basado en la novela de Peyrefitte, La profesora de piano. Fotografia: Armando Nannuzzi. Int¨¦rpLetes, Ornella Muti, Senta Berger, Capucine, Christian Borromero, Giuliana Calandra, St¨¦fano Patrizi, Mattia Sbragia. Dram¨¢tico. 1977. Italia. Local de estreno: Carlos III.
Sin embargo, y como suele suceder tambi¨¦n, los autores; en un af¨¢n, no se sabe bien si de justificarse o dorar la mercanc¨ªa, han a?adido anotaciones, por no decir consideraciones, hist¨®ricas, algo de cr¨ªtica social y alg¨²n trazo psicol¨®gico con que alumbrar de cuando en cuando, tanto amor y seducci¨®n como el gui¨®n derrocha.
Como es habitual en cierto tipo de cine italiano, las im¨¢genes van mucho m¨¢s all¨¢ de lo que tal gui¨®n sugiere o pide y las secuencias mejores son aquellas que nos muestran a los protagonistas en admirables interiores o en las siempre agradecidas calles, plazas y canales. Incluso los actores vacilan entre alusiones a personajes hist¨®ricos y el desnudo inevitable. ?Hasta qu¨¦ punto tales pecados sirven, para ofrecemos la clave de unas cuantas familias, de una clase? La verdad es que el realizador no va tan lejos, aunque el t¨ªtulo lo afirme. Se contenta m¨¢s bien con ofrecer a cierto tipo de p¨²blico uno de aquellos melodramas de alta sociedad que entusiasmaban a nuestros abuelos a principios de siglo.
Al menos, a eso suena esta historia de un joven de provincias que llega a la ciudad a estudiar m¨²sica para acabar en el lecho de su profesora de piano. La frustrada venganza de la antigua maestra, entre el sexo y el chantaje, y una boda con r¨²brica de g¨®ndolas, ponen final feliz a este retrato, no feo a ratos, pero vac¨ªo, m¨¢s ingenuo que perverso.
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