La nueva distribuci¨®n de frecuencias favorece a las radios estatales
En aplicaci¨®n de los acuerdos de Ginebra, Espa?a consigue por primera vez dos frecuencias en onda larga. Una, con estaci¨®n en el centro de la Pen¨ªnsula, que cubrir¨¢ todo el territorio. La otra onda larga ser¨¢ constituida por una red sincronizada con estaciones en Catalu?a, Vizcaya, Galicia y Andaluc¨ªa. Las dos ondas largas han sido asignadas presumiblemente a RNE, que con otras tres ondas medias dispondr¨¢ de cuatro coberturas nacionales. El plan de Ginebra reduce el n¨²mero de frecuencias en onda media de 37 a 33, mientras que el n¨²mero de estaciones se aumenta de 172 a 251 (de diecis¨¦is a veintinueve en la ?zona africana? de Canarias y Sahara) y la potencia actual se incrementa de 1.773 a 7.198 kilowatios.El plan de Ginebra de 1975 fue suscrito por cien pa¨ªses. En ¨¦l se reordenaba para todos los miembros de la UIT (Uni¨®n Internacional de Telecomunicaciones) de Europa, Africa, Asia y Australasia, la radiodifusi¨®n en ondas medias y largas. Espa?a hab¨ªa sido excluida del ¨²ltimo convenio (Copenhague 1948), se le retir¨® la asignaci¨®n de la onda larga por no haberla utilizado, y desde entonces hasta hoy, las emisiones espa?olas en onda media estaban fuera de la normativa internacional.
Hasta ahora la distribuci¨®n existente en Espa?a tanto en la radiodifusi¨®n estatal (RNE, RCE) como en las empresas privadas con participaci¨®n del Estado (SER) y en empresas y entidades sin participaci¨®n del Estado (COPE y otras), hab¨ªa sido establecida por el decreto del 23 de diciembre de 1964, en el que se declaraba como transitorio el plan de distribuci¨®n de frecuencias hasta que se acordase internacionalmente una nueva distribuci¨®n. En los ¨²ltimos a?os, el Ministerio de Cultura y con anterioridad el de Informaci¨®n, no hab¨ªan autorizado ninguna nueva concesi¨®n de emisoras a particulares a la espera de la actual redistribuci¨®n.
La COPE, malparada
Seg¨²n el texto del borrador del real decreto, que se filtr¨® a los medios informativos, la nueva redistribuci¨®n afectaba fundamentalmente a la Cadena de Ondas Populares Espa?olas. A la COPE se le asignaban una o dos frecuencias y sus 45 emisoras se reduc¨ªan a veinte. El resto de las cadenas mejoraban o, por lo menos, manten¨ªan su situaci¨®n precedente.Este trato discriminatorio que se pretend¨ªa dar a COPE fue denunciado a principios de esta semana por directivos y trabajadores de esta cadena, quienes exig¨ªan un reparto de frecuencias equitativo y que adem¨¢s se tuvieran en cuenta las peculiaridades regionales. Los dos sectores acusaban al Episcopado Espa?ol de haber negociado la cuesti¨®n de las frecuencias con el Gobierno, cediendo en este terreno para sacar partido en otros campos constitucionales. El Episcopado desminti¨® inmediatamente esta ¨²ltima acusaci¨®n, ?es rigurosamente calumnioso que el Episcopado haya canjeado valores de Iglesia o derechos de persona a trueque de otros beneficios?, al mismo tiempo que dejaba en manos del Estado, ?sin invadir sus competencias?, la ¨²ltima decisi¨®n sobre las frecuencias.
Con la concesi¨®n a la cadena COPE de una o a lo m¨¢s dos frecuencias de onda media surg¨ªa otro problema relacionado directamente con la autonom¨ªa regional en materia de comunicaci¨®n social. Un buen n¨²mero de partidos y sindicatos de izquierda del Pa¨ªs Vasco organizaron una manifestaci¨®n para protestar por lo que ellos calificaban de ?desaparici¨®n del ¨²nico logro de autonom¨ªa programativa que se ha dado a la radio vasca?. Con la entrada en vigor del nuevo decreto las radios populares vascas y no vascas quedar¨ªan centralizadas de nuevo, con lo que se volver¨ªa a anteriores situaciones. En relaci¨®n con el tema de las radios y las autonom¨ªas tambi¨¦n en Galicia se hab¨ªan pronunciado diversas fuerzas pol¨ªticas, profesionales y laborales en parecidos t¨¦rminos
La primera consecuencia global que seg¨²n todos los indicios puede deducirse de la redistribuci¨®n de frecuencias es la de que se acent¨²a el proceso centralizador y estatal del medio radio. Aumentan directamente las frecuencias y emisoras estatales, se centraliza todav¨ªa m¨¢s la cadena SER (en la que el Estado participa en un 25%), y disminuye el poder de difusi¨®n de las emisoras tradicionalmente m¨¢s arraigadas en ciertas nacionalidades, como lo eran las de la COPE.
Por otra parte son tambi¨¦n importantes los problemas econ¨®micos que pueden derivarse para algunas emisoras privadas, ya que pueden ver afectada su onda de escucha y por tanto su audiencia y su publicidad.
La iniciativa privada como origen
La radio surge en Espa?a, como en la mayor¨ªa de los pa¨ªses del mundo, como iniciativa de la empresa privada. En 1917 se autoriza la instalaci¨®n de la primera emisora de la Compa?¨ªa Ib¨¦rica, que se fusiona en 1923 con la Sociedad Radiotelefon¨ªa Espa?ola. Radio Ib¨¦rica, desde Madrid, comienza la emisi¨®n de programas regulares en enero de 1924. En julio de ese mismo a?o se concede a Radio Barcelona el indicativo EAJ-1. Poco despu¨¦s inician emisiones Uni¨®n Radio de Madrid (que en la posguerra pasar¨¢ a denominarse SER y que ya en 1925 se une a otras emisoras y forma la primera cadena) y Radio Espa?a.Hasta la guerra civil funcionaron aproximadamente sesenta emisoras en r¨¦gimen de concesi¨®n, siete de ellas reconocidas de ?car¨¢cter comarcal? mientras que solamente una, la EAJ-3, Radio Valencia (antes Radio Grao), era de propiedad estatal.
Bajo la dictadura del general Primo de Rivera, el 26 de julio de 1929 se publica un real decreto por el que se crea el Servicio Nacional de Radiodifusi¨®n con plenitud de competencias en materia radiof¨®nica y al que se atribuye el monopolio de la titularidad de las frecuencias asignadas a Espa?a en los acuerdos internacionales. Se permite, aunque con muchas limitaciones, la explotaci¨®n de estaciones particulares. Pero el general Queipo de Llano, el mismo d¨ªa del ?alzamiento?, toma militarmente la emisora de Radio Sevilla. Meses despu¨¦s Hitler le env¨ªa a Franco una emisora Lorentz que es desembarcada en Vigo. Instalada en un cami¨®n inicia sus emisiones desde Salamanca el 19 de enero de 1937. Nac¨ªa Radio Nacional.
Estos tres datos configurar¨¢n por s¨ª mismos el futuro de la radiodifusi¨®n espa?ola. Pero al lado de las emisoras hijas de la guerra (tanto en campa?a como en retaguardia) y de la ideolog¨ªa de los vencedores, surge otro importante grupo, el de la Iglesia, primero en forma de emisoras parroquiales y despu¨¦s con marcadas tendencias locales y regionales. Surg¨ªa as¨ª la Cadena de Ondas Populares Espa?olas.
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