La nueva econom¨ªa china
EN LAS v¨ªsperas del viaje del vicepresidente chino Teng Hsiao-ping a Tokio, el Diario del Pueblo de Pek¨ªn ha hecho p¨²blico, por primera vez, un informe del presidente de la Academia de Ciencias Sociales, Hu Chiao-mu, que fue entregado al Gobierno en el mes de julio. La l¨ªnea esencial del informe es esta: China tiene que hacer un aprendizaje en los pa¨ªses occidentales capitalistas, no s¨®lo en cuanto se refiere a t¨¦cnicas, sino tambi¨¦n en cuanto a organizaci¨®n interna del trabajo, de la producci¨®n y de los mercados. La autarqu¨ªa es un despilfarro, la burocracia es una r¨¦mora: Un sistema de responsabilidades y una noci¨®n de beneficios parece imprescindible para alcanzar el ?nivel de bienestar? -frase de otro editorial del Diario del Pueblo- que requiere el pueblo chino. Se dir¨ªa que es un eco de la Uni¨®n Sovi¨¦tica de 1962. cuando Evsei Grigorivitch Liberman publicaba en Pravda el famoso art¨ªculo ?Plan, beneficio, prima?, donde introduc¨ªa lo que ¨¦l llamaba la noci¨®n de ?tasa de rentabilidad? que para los ?kremlin¨®logos? supon¨ªa un regreso a la empresa libre y a la ley del beneficio. Pero a?os m¨¢s tarde, el propio Liberman dec¨ªa que ?el libermanismo es un mito?: el refresco pol¨ªtico y econ¨®mico de Krutschev (1958-1964) se hab¨ªa consumido y la URSS regresaba a una esclerosis en la que los vectores de fuerza se equilibraban demasiado bien hacia el inmovilismo. La nueva l¨ªnea econ¨®mica de China -que algunos atribuyen a Sun Yeh-fang, rehabilitado recientemente parece que nace con una fuerza mayor. Tiene sus enemigos y probablemente el mayor de ellos el presidente. Hua Kuo-feng. Simplificando la oposici¨®n, podr¨ªa decirse que el presidente Hua defiende sobre todo las premisas ideol¨®gicas y el vicepresidente Teng y los nuevos economistas, la modernizaci¨®n por encima de todo. No sin acogerse a las imprescindibles citas te¨®ricas que le den garant¨ªa y solvencia revolucionarias, como una frase de Mao (1948) en la que se dice que ?hay que reconocer la realidad del sistema de propiedad colectiva de los campesinos reconocer que son los propietarios de esta Propiedad colectiva y que son los due?os de sus medios de producci¨®n, de sus fuerzas de trabajo y de sus productos? de forma que organicen ?su gesti¨®n y su producci¨®n seg¨²n sus propios intereses en el marco de la organizaci¨®n del Estado?. Comentando esta frase, el Diario del Pueblo la extiende a las empresas industriales, pidiendo que se establezca una relaci¨®n ?entre la eficacia econ¨®mica de las empresas por una parte, y por otra, el inter¨¦s de sus obreros, de sus empleados y de sus dirigentes?. Cierto que la autoridad china no se contiene en la gradaci¨®n de est¨ªmulos. como sucede en los pa¨ªses capitalistas, sino que proclama la necesidad de mantener sistemas de fuerza. Un p¨¢rrafo del informe de Hu Chiao-mu dice: ?Cada empresa y cada uno de sus trabajadores debe evitar el despilfarro de un solo minuto; de no ser as¨ª, la empresa y el individuo ser¨¢n responsabilizados y penalizados por la p¨¦rdida.?
El intento m¨¢s visible, adem¨¢s del de acortar realmente circuitos de distribuci¨®n, relacionar el consumo con la producci¨®n, suprimir burocracia, buscar ?especializaci¨®n? -a lo que se oponen los dogm¨¢ticos exhumando textos marxistas contra la ?divisi¨®n del trabajo?- y mayor eficacia de las t¨¦cnicas nacionales o adquiridas es el de facilitar las inversiones exteriores. China las est¨¢ solicitando de todos los pa¨ªses. a nivel privado o a nivel de empresas o financieros privados.
En este punto es trascendental el viaje de Teng a Jap¨®n. Se ha visto pol¨ªticamente este viaje como una parte del ?cerco a la URSS? del ?eje Washington-Pek¨ªn? que pasa por Mosc¨² que ha cobrado una acuidad extraordinaria con el viaje del presidente Hua a Rumania. Yugoslavia e Ir¨¢n. Pero el significado trascendental para China de este viaje es sobre todo la participaci¨®n de Jap¨®n en la modernizaci¨®n de China y su inversi¨®n de capitales. Un mes despu¨¦s de la firma del tratado que ahora se ratifica visitaba Pek¨ªn el ministro de Comercio Exterior y de Industria de Jap¨®n. Komoto para revisar el principio de acuerdo econ¨®mico de los dos pa¨ªses establecido en febrero: la revisi¨®n ha sido tan profunda que el acuerdo se ha elevado a un intercambio de 80.000 millones de d¨®lares -cuatro veces m¨¢s que la cifra, Prevista en el acuerdo original- y se ha prolongado hasta 1990. Parece que no va a haber, ahora, grandes obst¨¢culos por parte del Cocom (el comit¨¦ de los catorce aliados occidentales y de Jap¨®n que controla las exportaciones consideradas como estrat¨¦gicas para los Estados de r¨¦gimen comunista). En cuanto a la oposici¨®n interior china, la de los ?izquierdistas? -m¨¢s moderados que los radicales de la ?Banda de los Cuatro?- que querr¨ªan mantener ciertos principios sagrados del marxismo-leninismo, su liquidaci¨®n parece haber comenzado con las destituciones de Chen Hsi-lien, comandante militar de Pek¨ªn; el primer secretario de la Municipalidad de Pek¨ªn, Wu Teh; los primeros secretarios de Mongolia y de Liaoning. Por el momento, domina la frase de uno de los adjuntos de Teng: ?Debe considerarse como correcta cualquier medida que ayude a acelerar las cuatro modernizaciones y aumentar la productividad del trabajo al m¨¢ximo.? Recordernos, para los no iniciados en la jerga del partido, que ?correcto? se traduce por fiel a la ortodoxia. Y recordemos tambi¨¦n que las ?cuatro modernizaciones ? -defensa nacional, industria, agricultura y tecnolog¨ªa- es la doctrina de Teng frente a la de Hua de las ?tres diferencias? (la necesidad de encontrar la igualdad entre el trabajo manual y el intelectual, entre la agricultura y la industria, entre el campo y la ciudad).
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