El f¨²tbol de la posguerra se bas¨® en la pareja
El f¨²tbol espa?ol tiene en su historia dos ¨¦pocas muy definidas; la del tr¨ªo y la de la pareja. Antes de la guerra lo m¨¢s cl¨¢sico era reunir los nombres de tres en tres. Era imposible decir Zamora sin a?adir Ciriaco y Quincoces. Era citar a Cilauren, para que llegaran a la memoria Muguerza y Roberto. Y as¨ª suced¨ªa con Torralba, Sancho, Samitier; o Regueiro, Bonet, Sauto y Alc¨¢zar, Segura y Fede. Despu¨¦s de la guerra, pes¨¦ a los esfuerzos de Gabilondo, Germ¨¢n, Mach¨ªn; Celaya, Bertol, Nando y Bertol¨ª, Iturraspe y Lel¨¦, de acuerdo con el esp¨ªritu de la ¨¦poca fuimos a por la parejita. Serrano S¨²?er en sus discursos citaba a los h¨¦roes por d¨²os y Mat¨ªas Prats impuso a Santacatalina -que proced¨ªa de la raz¨®n social Santacatalina, Guill¨¦n, Santolaria- y Puchades; Mu?oz, Z¨¢rraga; Vergu¨¦s, Gensana y Mauri, Magueregui. La ¨²ltima popular fue la de Felines y Potele, y aqu¨¦l se despidi¨® el domingo.
Despu¨¦s de la guerra, por aquello de recuperar tradiciones recuperamos a Ind¨ªbil y Mandonio e Isabel y Fernando, el esp¨ªritu impera. Justo es decirlo, el personal se encari?¨® con las parejas de tal manera que volvimos a vivir lo de Joselito y Belmonte con Arruza y Manolete -torear dicen que lo hac¨ªa Pepe Luis-, lo de Mar¨ªa Guerrero y Fernando D¨ªaz de Mendoza con Mar¨ªa Fernanda Ladr¨®n de Guevara y Rafael Rivelles; lo de Picasso y Mir¨®, con Dal¨ª y Enrique Segura; lo de Machado y Juan Ram¨®n, con Pem¨¢n y Federico Muelas. Con todo, las dos parejas cumbre acabaron por ser Fermina y Bahamontes y Arilla y Santana.Hay dos jugadores de f¨²tbol espa?ol de quienes podr¨ªa decirse que fueron el m¨¢ximo ejemplo del ?matrimonio morgan¨¢tico?; Puchades y Miguel Mu?oz. El de Sueca form¨® pareja con Monzo, Pasieguito, Sendra y el citado Santacatalina, en el Valencia, y Gonzalvo III, Ontoria, Silva, el propio Mu?oz, Ramon¨ª y Bosch, en la selecci¨®n, y siempre su emparejamiento result¨® euf¨®rico. No resultaron tan armoniosos los d¨²os que form¨® Mu?oz, pero su larga trayectoria deportiva vio pasar a su lado a una larga lista de jugadores. Mu?oz estuvo a punto de darle un cambio a los tiempos con su larga permanencia en el Madrid. Mas acab¨® saliendo de la ?Casa Blanca? para que nadie pudiera pensar que formaba tr¨ªo con Bernab¨¦u y Saporta.
La ¨²ltima instituci¨®n ha sido la compuesta en Vallecas por Felines y Potele. Dos diminutos jugadores lograron durante una d¨¦cada galvanizar todo el inter¨¦s de la barriada. Felines y Potele fueron una versi¨®n de bolsillo de Belaustiguigoitia, aquel de ?a m¨ª el pelot¨®n, Sabino, que los arrollo?. Felines y Potele, como no pod¨ªan arrollar a nadie, porque corr¨ªan el peligro, por su peque?ez, de tropezar con el ¨¢ngulo frontal del ¨¢rea de castigo, se sirvieron del coraz¨®n y de la habilidad para enardecer a las masas vallecanas. Felines y Potele son la historia m¨¢s brillante del Rayo. Con ellos lleg¨® el Rayo a primera divisi¨®n y con ellos, cuando no hubo otros recursos humanos, se resolvieron todas las papeletas.
El domingo se despidi¨® Felines y en su homenaje volvieron a jugar los ¨ªdolos de otros tiempos. Hubo revival en Vallecas para los grandes del Bernab¨¦u y el Metropolitano. S¨®lo faltaron para completar el festejo Rial y Gento, otra pareja feliz.
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