La poblaci¨®n de ratas ha disminuido en tres millones desde 1967
El pr¨®ximo d¨ªa 25 concluir¨¢ la campa?a de oto?o que el Ayuntamiento ha financiado para controlar la poblaci¨®n madrile?a de ratas. Se calcula que en ella se han empleado 14.700 kilos de raticida, de los que ha sido preciso reponer unos 4.500 para equilibrar los que han consumido los roedores. En los laboratorios tradicionalmente encargados de la desratizaci¨®n de Madrid se estima que el n¨²mero actual de roedores en el casco de la ciudad no supera el mill¨®n, frente a los cuatro millones a que ascend¨ªa la poblaci¨®n en 1967, a?o en que comenzaron a aplicarse estas campa?as.El plan de control de la poblaci¨®n de ratas en Madrid incluye dos acciones anuales paralelas: una campa?a permanente de control, y dos de choque, una de las cuales est¨¢ despleg¨¢ndose en estos d¨ªas y desde hace aproximadamente tres semanas. Los costos globales a los que el Ayuntamiento habr¨¢ de hacer frente suponen, por a?o, la cantidad exacta de 6.426.500 pesetas. En palabras del doctor Herrero Mart¨ªn, director de la campa?a, ?en estas acciones de choque, que se aplican en primavera y en oto?o, atacamos el alcantarillado de la ciudad, especialmente en su zona visitable, que alcanza unos 1.200 kil¨®metros, y tambi¨¦n las zonas inaccesibles al hombre, en las que disponemos cebos que se cuelgan de los pozos de registro?. Aparte el establecimiento de esta red del subsuelo, se atacan tambi¨¦n todas las zonas de chabolas, traper¨ªas y, en general, todos los lugares sucios de la ciudad o, simplemente, los que detectamos como invadidos por las ratas?.
Respecto al grado de eficacia del sistema, el doctor Herrero dispone de datos reveladores: ?De esta forma hemos logrado disminuir ostensiblemente el n¨²mero de roedores que exist¨ªan en Madrid en 1967. Dada la extraordinaria capacidad de procreaci¨®n de los m¨²ridos, aquella poblaci¨®n de cuatro millones de individuos amenazaba convertirse en una important¨ªsima plaga, que hubiera podido tener grandes repercusiones en la econom¨ªa de la ciudad.? La situaci¨®n actual no le parece preocupante al doctor Herrero, ? ni siquiera en una peque?a medida. Creo que Madrid es una de las ciudades del mundo que mejor cuida este problema. Tenemos la seguridad de si no llegaremos al control del 100% de los roedores, s¨ª lograremos reducirlos hasta una cifra que no cause trastornos a la poblaci¨®n?.
Primeros c¨¢lculos
El c¨¢lculo del n¨²mero de ratas que se eliminan con cada campa?a se logra de un modo simple. Se ha establecido que, para morir, cada roedor ingiere veinte gramos de raticida. Basta, pues, hacer el inventario en gramos de la cantidad que falta de los cebos y dividirla por los veinte que representan el consumo individual. En este sentido, son expresivas las cifras que se han obtenido despu¨¦s de estudiar los resultados de dos campanas extremas: la de 1967 y la del a?o pasado. En la primera se emple¨® un total de 53.178 kilos de raticida, de los que fueron consumidos 23.483. Se dedujo, entonces, que el n¨²mero de ratas eliminadas era de 782.766. En sucesivos a?os, las cifras de consumo descendieron, lo que se interpret¨® como una evidencia del propio descenso de la poblaci¨®n de m¨²ridos. En 1977 fueron eliminados 150.733, y se piensa que la situaci¨®n apenas ha variado desde entonces.A pesar de todo, en el plan de ataque de oto?o se ha incorporado una novedad: ?Concretamente, hemos empleado por primera vez un producto orientado al exterminio de los ratones. Este roedor causa tambi¨¦n grandes p¨¦rdidas econ¨®micas y produce los previsibles efectos negativos en la higiene p¨²blica. Se da la circunstancia de que, a consecuencia de una serie de maravillosas mutaciones gen¨¦ticas- la especie hab¨ªa logrado hacerse resistente a los raticidas convencionales. Por fortuna hemos encontrado una nueva f¨®rmula eficaz en cualquier lugar y situaci¨®n, con lo que hemos logrado complementar de una manera notable la actual campa?a.?
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