Los herederos de Brejnev
?(...) El fen¨®meno de envejecimiento de las altas instancias del partido no puede enga?arnos. Su esp¨ªritu de iniciativa, su capacidad de respuesta tanto al interior como al exterior del imperio, prueban que la esclerosis del aparato no es un hecho inmediato. (...)Le¨®nidas Brejnev parece que no puede actuar y Kosiguin, debido a su estado de salud, tiene enormes dificultades para llevar a cabo sus tareas. Esto no impide que la m¨¢quina burocr¨¢tica funcione normalmente y que cada decisi¨®n sea adoptada con pertinencia y en el momento oportuno. (...)
(...) Una Uni¨®n Sovi¨¦tica en estado de anarqu¨ªa ser¨ªa m¨¢s peligrosa que la estrechamente encuadrada y vigilada que conocemos. Entonces ser¨ªa grande la tentaci¨®n para sus dirigentes (acci¨®n hist¨®rica cl¨¢sica) de buscar en el teatro de operaciones exteriores la soluci¨®n a sus problemas interiores.
La mayor¨ªa aplastante del pueblo ruso, v¨ªctima durante d¨¦cadas de una propaganda intensiva que denuncia al imperialismo, ir¨ªa, sin vacilar, al combate. (...)
A los que se regocijan de las vacilaciones del colectivo del partido para designar un sucesor de Le¨®nidas Brejnev responderemos que el continuismo ha sido, la regla en Mosc¨², despu¨¦s de la Revoluci¨®n de Octubre. (...)
La din¨¢mica ofensiva de la URSS se encuentra duplicada, puesto que a la sombra de incertidumbres esenciales, los instrumentos industriales y, sobre todo, militares contin¨²an su marcha inexorable hacia el apogeo de la potencia.
Entonces qu¨¦ importa que el sucesor de Le¨®nidas Brejnev sea ma?ana Gromiko, Andropov o Kirilenko; cualquiera de esos delfines debe sacrificarse al principio ya establecido de la colegialidad (...)
La condena de Stalin en el XX Congreso no ha sido rectificada. (...) Pero algunos retoques se han aportado a esta condena que no persigue m¨¢s que el culto de la personalidad. (...)
, 13 noviembre
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