Autorizado para mayores
Est¨¢ claro. Es un espect¨¢culo infantil autorizado para mayores. Un revival burl¨®n y cordial de los puntos de vista -teatrales y cinematogr¨¢ficos- que pusieron de moda, all¨¢ por los a?os veinte, una gran oleada de espect¨¢culos terror¨ªficos. Este homenaje y recuerdo est¨¢ hecho con un punto agridulce de ternura burlona que no infravalora las seducciones de la ¨¦poca -no se atreve, l¨®gicamente, a rechazar el terna-, se sonr¨ªe con ella y mantiene, sin embargo, una distancia, un ?estar de vuelta?, una propuesta de escapismo y fantas¨ªa.Estos dos planos se complementan con una buena voluntad de integraci¨®n. El plano general del tema es conocido. Poco antes de la primera guerra europea, Bram Stoker public¨® una novela inmediatamente famosa: Dr¨¢cula, historia de un vampiro transilvano ingeniosamente trasladada a Londres. Esta britanizaci¨®n la integr¨® en la gran antolog¨ªa de escritores ?sobrenaturales? y, dentro de ella, en los ?vampiristas? de ¨¦xito -Le Fanu y su archifamosa Carmilla; Visible e invisible, de Benson; La sangre es vida, de Marion Crawford; La habitaci¨®n de la torre, de Benson; El par¨¢sito, de Conan Doyle, etc¨¦tera-, promoviendo muy poco despu¨¦s esta adaptaci¨®n .teatral que, en 1927, protagoniz¨® Bela Lugosi en el Fulton de Nueva York. Es la que ahora se reactiva con ciertos suplementos provocados por las versiones cinematogr¨¢ficas de Browning, Gibson y Curtis. No hay que extra?arse de tanta abundancia. Los amigos Werarios del mundo sobrenatural suelen sugerir, como arranque del g¨¦nero, nada menos que el Eclesiast¨¦s-que en XXXIX, 33, admite esp¨ªritus atormentados y furiosos y bajan por asirios, egipcios y griegos elaborando una colosal genealog¨ªa. Lo que hay de un cuento de Plinio a la novela de Stoker es uno de los primeros canales de drenaje de la novela g¨®tica y del esp¨ªritu rom¨¢ntico. Nadie puede, por tanto arruinar el g¨¦nero.
Dr¨¢cula,
de Hamilton DeaneyJohn L. Balderston. Versi¨®n: Ib¨¢?ez, A rtechey Azpilicueta. Direcci¨®n: Greg Kayne, Jaime Azpilicueta. Int¨¦rpretes: Cristina Galbo, Mary Carmen Yepes, Narciso Ib¨¢?ez Menta, Jaime Blanch, Nicol¨¢s Due?as, Pedro Sempsony Fernando Valverde.En el teatro de la Comedia.
As¨ª que esta producci¨®n ameri cana, trasplantada a Madrid, respeta ese g¨¦nero y se limita a proponernos su contemplaci¨®n risue?a. Sobre el texto original se grapa un montaje y, sobre todo una interpretaci¨®n distanciada c¨®mplice y burlona. Confieso que me divirti¨® ver a Pellicena hacien do de vampiro seductor, a Ib¨¢?ez Menta organizando su ruina y a Nicol¨¢s Due?as evitando que aquello pudiese tomarse en serio.
Tambi¨¦n me desilusion¨¦ un poco. Esperaba un despliegue de trucos, inventos, y desmadres esc¨¦nicos que, la verdad, no est¨¢n. Lo cuatro truquitos son poca cosa. Sobre todo aqu¨ª y en noviembre. El acto del-cementerio del Tenorio vale m¨¢s que todo Dr¨¢cula. Porque lo mejor de esta producci¨®n es que Pellicena me recuerda a Don Juan, la Galbo a Do?a In¨¦s y a lo que realmente se parece Ib¨¢?ez Menta es al Comendador.
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